Escrito por H. A. T.
La programación del canal Europa-Europa en TV Cable suele dar alguna sorpresa mensual. La de junio fue un documental alemán de Werner Herzog, donde recuerda a su peculiar actor Klaus Kinski (1926-1991), con quien filmó cinco películas. Bajo otros directores Kinski se hizo cargo de personajes secundarios, pero con Herzog tomó papeles protagónicos en Aguirre la ira de Dios (1972), Nosferatu el vampiro (1979), Woyzeck (1979), Fitzcarraldo (1982) y Cobra verde (1988). Podría inferirse que ambos hombres fueron muy amigos, pero el contenido del documental y su título Mi enemigo íntimo obligan a pensar que esa fue una relación espinosa, porque ambos eran irascibles y ambos consideraban virtuosa su combinación de capricho y tenacidad.
Resulta lógico que ambos se hayan dedicado a Fitzcarraldo, un hombre de sus mismas características. A comienzos del siglo XX, el irlandés Brian Sweeney Fitzgerald quiso abrirse camino en la selva amazónica, porque era o quería ser un gran empresario del caucho. En manos de los indios, Fitzgerald fue pronunciado como Fitzcarraldo y así quedó en la historia. Llevado al libreto de Werner Herzog, quedó retratado como un gran maniático, devoto de la ópera, que viaja 1.200 millas por un río solo para escuchar al tenor Enrico Caruso (1873-1921). Y esa hazaña no fue la mayor. El Fitzcarraldo histórico se hizo cargo de un barco enorme, que necesitaba trasladar de un río a otro, para lo cual lo puso en tierra y lo hizo remontar una montaña, con abundante mano de obra india. El Fitzcarraldo de la ficción repite esa empresa, como parte de su ambicioso plan, que es crear una sala de ópera en la zona de Iquitos, al NE. de Perú. El papel debió entusiasmar a Kinski, que tenía algún filamento diabólico en la médula espinal, como lo había demostrado ya en el conquistador Aguirre, obseso por el poder, y en el supervampiro Nosferatu, de truculenta tradición. Tras el fallecimiento de Kinski, una nota necrológica señaló que había quedado sin publicar su autobiografía, titulada All I Need Is Love, y que su hija Nastassja, también actriz, había amenazado con demandarlo por algunas páginas de ese libro. No parece haber sido un buen vecino. Es fácil explicarse su título: "Todo lo que necesito es amor".
Pero Herzog debió sentirse apoyado al tener un colaborador de fuerte carácter. En julio 1979, cuando el equipo de filmación de Fitzcarraldo llegó a la selva en Perú, los indios aguarenas protestaron con firmeza por la invasión de su territorio, cuya propiedad estaba garantizada oficialmente por el gobierno peruano. El conflicto llegó a la prensa local y trascendió a Europa, pero era difícil derrotar a Herzog, un hombre tenaz que alguna vez se pronunció sobre el tabaco: "La única manera de dejar de fumar es dejar de fumar" Tras semanas de discusiones, los indios accedieron a trabajar para Herzog y el barco salió del río, subió la montaña entre cuerdas, poleas y sudor humano, hasta que llegó al otro río. Los esfuerzos de Herzog y su equipo para filmar la hazaña debieron ser iguales a los de Fitzcarraldo en su momento.
En la emergencia y las interrupciones de un rodaje accidentado, Jason Robards abandonó el papel de Fitzcarraldo y fue sustituido por Kinski. También Mick Jagger abandonó su papel. Pero en el documental Herzog incluyó después una escena de Robards y Jagger, que había quedado en el archivo.También se mostró a sí mismo en diálogos irónicos con Kinski, un enemigo insoportable e insustituible, con quien había reanudado una relación. Habían cortado su amistad en 1987, por alguna discusión durante el rodaje de Cobra verde, en Ghana (Africa Occidental). Allí Kinski interpretó a un tiránico traficante de esclavos, con lo que cabe suponer que vivió su papel y que no estaba dispuesto a obedecer órdenes de nadie.
Tras su fallecimiento en 1991, el actor fue homenajeado por una nota en el Anuario de la Enciclopedia Británica, distinción que pocos reciben. Allí dice que en 1989 Kinski escribió, dirigió e interpretó una película sobre Niccoló Paganini (1782-1840), un violinista virtuoso y exagerado, a quien se atribuye haber hecho una alianza con el diablo. La nota agrega que la película era "sexualmente explícita" y que Kinski no consiguió estrenarla, para lo cual tendría que haberse puesto de acuerdo con otras personas. Esa era la parte difícil.
[Fuente: www.elpais.com.uy]
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