Escrito por María Pereira
La entrevista fue en Praia, precisamente el día del lanzamiento de su más reciente trabajo discográfico. Estaba rodeada de fans. Dejó los estudios de Comunicación y Multimedia en la Universidad de Cabo Verde para seguir la carrera musical. Desde entonces, guarda orgullosamente en casa algunos premios: Artista Revelación de los Cabo Verde Music Awards por cuatro veces consecutivas, Premio Descubrimientos de la RFI 2015, que le permitió recorrer el mundo después de treinta conciertos realizados en toda África y Mejor Artista de la Gala Somos Cabo Verde. En esta entrevista íntima, sincera, directa, Elida Almeida revela cómo, justo antes de su éxito mundial, estuvo a punto de dejarlo todo.
Elida, ¿nos habla de su nuevo disco?
Mi nuevo álbum se llama Djunta Kudjer, una expresión característica de la isla de Santiago (Cabo Verde), que significa "comer en el mismo plato". Es un nombre que creo que combina mucho con el mundo actual, un mundo sin amor, con mucho odio. Decidí hacer una invitación a las personas a cultivar un conjunto de sentimientos buenos como la amistad, la armonía y la felicidad. El disco se lanzó en Praia y va a estar en todas las tiendas del país y en todas las plataformas digitales. En este momento se está finalizando el video clip titulado Berçu di oru. Este es un homenaje que hago a los grandes nombres de la música, como Kacthás, Nacia Gomi entre otros.
Suele componer la mayor parte de las canciones que interpreta. ¿Sucede lo mismo en su nuevo álbum?
Sí. La mayor parte de las canciones de este nuevo álbum es de mi autoría. Excepto Txica que todo el mundo conoce y que es una composición de Carlos Reis y Discriminación de Jorge Tavares.
¿La Elida de hoy, después de tanto éxito, es la misma Elida de hace dos años?
Creo que ambas siguen siendo la misma persona. Después de dos años de mucha intensidad, de un recorrido repleto de cosas buenas, descubrí un mundo que hasta entonces era limitado para mí y que se resumía a mi isla y la isla de Maio. Creo que todo esto acabó por tener impacto en mi día a día, en mi manera de ser. Pero no por eso cambié.
¿Qué representa la música para usted?
¡Todo! Es la última cosa que hago antes de dormir y lo primero al levantarme. Es con la música que hago que las cosas que en un momento se revelan imposibles acaben por suceder. En este momento de turbulencia en el mundo, veo en la música como un lenguaje único, común.
¿Cuál es el escenario que le marcó más?
¡Difícil de responder! Pero pensando bien, creo que fue Portugal, más concretamente en el B.Leza. La sala estaba repleta. Sentí aquella noche el sudor y la vibración de los criollos en el aire, la autenticidad de los caboverdianos que en la noche no escondían las costumbres de la tierra. Me emocionó y marcó.
Elida trabaja hoy con uno de los grandes productores nacionales, José da Silva, que curiosamente fue el productor de la diva de los pies descalzos Cesária Évora. ¿Cómo pudo llegar hasta él?
Fue por casualidad. Conocí al Djo un día en que estaba muy baja de ánimo, con ganas de desistir de todo. Quería poner punto final a mi carrera. Me sentía defraudada y valoré volver a estudiar. En ese día decidí salir y fui a cantar al lugar de costumbre, en Fazenda, cuando vi al Djo en la sala. Me dije "¿eh? ... ¿ese no es el Djo da Silva?". Me pasé todo el tiempo mirando hacia él mientras actuaba. Al final se dirigió hacia mí, diciendo que le gustaba mi voz y que quería trabajar conmigo. En ese momento ni siquiera él sabía que componía. Desde entonces no paramos. Hemos andado por los cuatro rincones del mundo, desde Japón a Canadá, pasando por Estados Unidos, Europa y África. En fin, muchos escenarios.
¿Qué ha cambiado en su vida después de estos éxitos?
Hoy tengo más amigos, más abrazos, muchas madres y padres que me dan consejos. Por donde paso encuentro a alguien que me abraza y da aliento.
¿Es usted defensora de alguna causa?
Detesto la injusticia. Por eso que desde pequeña soñé con ser procuradora, pero acabé por entrar en el mundo de la música.
¿Quiere seguir estudiando?
Por supuesto. Necesito hacerlo. Continuar los estudios. Debo eso a mi madre. Tengo que darle ese diploma que todavía está por conseguir. En algún lugar allí a mi espera. Tengo que realizar el sueño de ella.
¿Y cuál es el suyo, su sueño?
Mi sueño... Mi sueño... Es ver a mi madre realizada, que tenga todo lo que ella siempre soñó y ver a cada uno de mis hermanos a hacer su vida sin problemas, todos debidamente encaminados a seguir su rumbo. Después que perdimos a nuestro padre, pensé que jamás nuestra familia iba a recomponer y que no íbamos a conseguir continuar con la vida.
[Fuente: www.globedia.com]
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