Ramiro Barrios encabeza este trío con el que aborda con imaginación temas ajenos y presenta su propio material. Con libertad y buen gusto nos regala un disco de alto vuelo, en el que el jazz dialoga con la tradición de la música popular rioplatense.
El disco abre con Rulitos, tema firmado por Ramiro Barrios (guitarra) en el que una progresión de acordes muy sugestiva es seguida por una melodía clara y contagiosa. Luego se escucha el Estudio N° 4 para guitarra del cubano Leo Brouwer, arreglado para el trío por el propio Barrios. Ya en este inicio tenemos a Pipi Piazzolla (batería) y a Roberto Seitz (contrabajo) haciendo de las suyas, poniéndole a la música ideada por el guitarrista su propia impronta.
Con la voz de Cucuza Castiello recitando los versos de Borges sobre la melodía de Astor Piazzolla cantada por la guitarra en su registro grave, el track 3 nos trae la Milonga de Jacinto Chiclana, que tras un comienzo muy respetuoso de la pieza original, luego de una modulación, deriva lúdicamente hacia otro lado. El track 4, con su aire de candombe abre el disco en una nueva dirección. El lamento es inminente (5) tiene algo de milonga lenta en su rítmica y cuenta con la participación de Santiago Kurchan en saxo soprano.
Por último, rodeada de otras dos piezas de Barrios, de gran inspiración, está su versión de La arenosa. En el año del centenario del nacimiento del Cuchi Leguizamón se trata de un potente homenaje. Disco para escuchar con tiempo, prestando atención a los pequeños detalles. Música de díficil catalogación, que entra en la denominación jazz argentino, sin dudas una estética propia de este sur.
[Fuente: www.clubdeldisco.com]
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