sexta-feira, 9 de dezembro de 2016

‘Ultramodernos’: la crónica del concierto de Mariana Carrizo

El ciclo Hamaques de música tradicional y popular latinoamericana de Casa Amèrica Catalunya ha finalizado el año natural con un gran concierto de la argentina Mariana Carrizo. Con el título Ultramodernos, el periodista Jordi Martí se ha hecho eco en el portal web enderrock.cat. 


Hay maneras genuinas de colocar la voz que plantan cara a esta uniformidad gris y chafada que nos rodea. Hay percusiones orgánicas que reproducen el latido de la tierra que el músico pisa. Estas voces y percusiones no existen porque sí. Responden a la historia y la vida de los pueblos que habitan la tierra. Las podemos encontrar en la otra punta del mundo y aquí mismo. Solo falta rascar un poco.

La coplera y cantante Mariana Carrizo hipnotizó el CAT el pasado viernes a base de voz y caja. Es pequeñita y viaja sola, pero podríamos decir que allí donde se plantan ella y su instrumento de cui se instala todo un paisaje de montañas, las del noroeste argentino y, también todo el paisaje que la ha gastado a lo largo del tiempo. Tiene un canto que recorre cimas y abismos aferrado a un pequeño timbal.

Muchas de las tonadas que interpreta tienen que ver con rituales colectivos, fiestas, encuentros, trabajo del campo… Y otras, en cambio, parece que despliegan profundas inquietudes existenciales. Por ejemplo, la desoladora “Vidala para mi sombra”, que cantó con voz de trueno al final del concierto: 

A veces sigo a mi sombra, 
a veces viene detrás. 
A veces sigo a mi sombra,
a veces viene detrás.
Pobrecita, si me muero,
con quién va a andar. 

Cuando se mueve en este registro, me parece que reproduce un grito de dolor que atraviesa muchas músicas tradicionales. Supongo que tiene que ver con las duras condiciones de vida de la gente humilde, pero es un grito primitivo muy parecido al del rock de verdad y a las canciones desesperadas de Nirvana, por ejemplo. Antes de este final aterrador, la cantante, acompañándose del guitarrista Diego López, invocó a Atahualpa Yupanqui con la dulce “Recuerdos del Portezuelo”.

En otros momentos y sola en el escenario, Mariana Carrizo se burla de las suegras, reivindica la mujer trabajadora, expone antiguos dichos y frases hechas, se ríe de las propias ocurrencias y de las ajenas… tiene una forma más humana que comercial de relacionarse con el público, más atenta a las vivencias que al negocio. En eso es como nuestro maestro Pep Gimeno ‘Botifarra’.



[Foto: Adriana Calisaya - fuente: www.americat.cat]


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