Dos lenguas de Ecuador están en grave peligro de desaparecer para siempre
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Gabriela Balarezo R.
Redactora 16:33 Miércoles 02/04/2014
Catorce puntos de colores- unos naranjas, otros amarillos, algunos
negros- distribuidos por todo el territorio nacional reflejan la
situación de las lenguas nativas en Ecuador.
Es lo que se observa en el Atlas interactivo de las lenguas del mundo en
peligro, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Del total de dialectos dos
constan como extintos- identificados en negro-, dos atraviesan una
‘situación crítica’ y cuatro están seriamente en peligro.
Una lengua desaparece cuando se extinguen sus hablantes, se clasifican
en ‘situación crítica’ cuando solo los abuelos y los más ancianos la
conocen y la usan parcialmente y con escasa frecuencia y está seriamente
en peligro cuando únicamente los abuelos y las personas de generaciones
viejas la hablan, mientras los miembros jóvenes de la comunidad la
comprenden medianamente.
En el escalafón que va de un dialecto que está a salvo a uno que se ha
perdido para siempre, influyen y confluyen varios factores. Los expertos
de la Unesco han identificado cerca de nueve circunstancias que afectan
la situación de una lengua, que deben considerarse en conjunto.
Según Alcira Sandoval Ruiz, especialista del Sector de Cultura de la
Unesco, el principal riesgo para un idioma empieza cuando sus hablantes
dejan de utilizarlo- recurren cada vez menos a sus registros y estilos
idiomáticos- y cuando dejan de transmitirla a la generación siguiente.
En Ecuador, las trabas en la transmisión de saberes de generación han
tenido repercusiones en la supervivencia de los dialectos en peligro de
extinción. Estos obstáculos fueron determinantes en la desaparición de
las lenguas andoa, tetete- que ya no tienen locutores vivos- e inclusive
de la llamada esmeralda (no consta en el atlas de la Unesco), que dejó
existir a inicios del siglo pasado.
Es poco lo que se puede hacer cuando un idioma perece, según refleja un
artículo de Russ Rymer publicado en la revista National Geographic. Los
intentos por volverla a la vida, serían equiparados a los esfuerzos por
resucitar a alguien que ha fallecido. Así, en el país, las actividades
de lingüistas, líderes de comunidades y funcionarios de entidades
gubernamentales se centran en salvar a aquellos que están al borde del
fin pero que aun tienen oportunidades.
A partir de que la Unesco hizo público el atlas (2010) y desde que en
Quito se realizará el encuentro ‘Voces e imágenes de las lenguas en
peligro’, en septiembre de 2011, no se ha hecho nada en la práctica en
pos de salvaguardar las lenguas ecuatorianas en riesgo. Esto según Luis
Montaluisa, lingüista experto en el tema y quien por casi 40 años se ha
dedicado a su estudio- visitando las comunidades y escuchando las
lenguas en vivo.
Una de las claves que identifica Montaluisa para emprender el camino de
recuperación de un dialecto es asegurarse de que exista una gramática,
para lo cual es fundamental que sus hablantes no dejen de usarlo a
diario.
Lo cual presenta dificultades, por ejemplo, en el caso de las
comunidades sápara-hablantes en las que existen solo tres y cuatro
miembros que conocen el idioma nativo y no pueden utilizarlo en el día a
día por vivir alejados los unos de los otros.
“Si hay una gramática es fácil que una lengua reviva”, agrega el experto
y asimismo destaca que a partir de esto debe crear un método de
enseñanza para reintroducirlo como segunda lengua. Este plan que parece
sencillo y lógico es posible -sigue Montaluisa, siempre y cuando haya
voluntad del Gobierno.
En Ecuador está voluntad del Gobierno está centrada en rescatar una sola
lengua por el momento. El proyecto está a cargo de la Secretaría de
Patrimonio del Ministerio de Cultura, en coordinación con otras
instituciones públicas como el Ministerio de Educación y la Secretaría
Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación
(Senescyt).
El seleccionado entre los seis dialectos altamente vulnerables es el
sápara (como prefieren sus hablantes que se escriba) o zápara (o) como
se lo conoce comúnmente. Se priorizó la acción de sobre esta lengua por
su cualidad de Patrimonio Oral Inmaterial de la Humanidad por parte de
la Unesco (2002) y por su situación crítica
Desde el 2010 el número de locutores bajó de nueve a cuatro o tres (el
número es impreciso), lo que lo equipara con los casos más graves
alrededor del mundo, como son el miwok que tiene únicamente cuatro
hablantes o el yidiny de Australia que cuenta con no más de 12
locutores.
En Ecuador la lengua que se encuentra en la misma categoría de peligro
que el sápara es el sia pedee (Esmeraldas), con 30 hablantes según datos
del 2005. Ambas están en el nivel 7 de la escala de la salud de las
lenguas, un paso antes de la desaparición absoluta.
Luis Páez, antropólogo y Subsecretario de Patrimonio, sostiene que hasta
el momento las acciones por rescatar las lenguas en peligro de
extinción han sido tibias. Lo más relevante realizado hasta el momento
es la capacitación de jóvenes sápara en la Universidad del Azuay, para
potenciar el idioma en sus comunidades.
Por lo tanto el trabajo para salvar al sápara apenas comienza. En un
principio se propone armar un comité multidisciplinar, conformado por un
grupo de entidades gubernamentales y también tener reuniones con
distintos lingüistas informados en el campo.
Lo primordial es trabajar en los aspectos lingüísticos para instituir
una metodología pedagógica (de la que habla Montaluisa) y así enseñar a
los niños a hablar la lengua nativa de sus ancestros. Esta inmensa tarea
estaría liderada por el Ministerio de Educación.
El subsecretario reconoce que es muy difícil construir una gramática del
sápara, aun cuando existe un diccionario elaborado por Carlos Andrade
Pallares en el 2002, porque esta lengua no se parece a ninguna otra en
el país. Sabe que recuperarla al 100% es imposible.
Por otra parte, el papel de la Secretaría de Patrimonio se centrará en
la revalorización del idioma fomentando los mitos y leyendas propios de
las comunidades. “Los niños recitan mitos en sápara y no los entienden…o
los traducen al quichua”, aclara Páez y recalca que cuando se acaba una
lengua, se acaba también una cultura y una cosmovisión.
El antropólogo aclara que el trabajo no se hará solo desde el
escritorio, el punto es “ir donde las papas queman”, por lo que es vital
para su proyecto manterner un estrecho contacto con los miembros de la
comunidad sápara, sobre todo con quienes aún hablan la lengua.
Uno de ellos es Alberto Ushigua Manya de 72 años, oriundo de Imatiña
Katerika, en la provincia de Pastaza. Páez conoció a Ushingua porque
éste resultó ganador del Concurso Nacional de Reconocimiento a
Portadores de Saberes Tradicionales 2013, por su habilidad como tejedor
de canastos.
Durante la premiación Ushingua compartió un mensaje en su idioma natal,
el sápara. Dijo estar consciente del estado de su lengua y quiere ser
parte de lo que se haga para salvarla.
Si bien Alberto y los miembros de su comunidad entienden la grave
situación de su lengua, el resto de ecuatorianos no lo hacemos, según
Páez. El problema de fondo detrás de la muerte de los dialectos en el
país es la negación de nuestra identidad y de los orígenes indígenas.
Esto es correcto en segunda instancia para el lingüista Montaluisa.
Quien considera que mayor mal para las lenguas en Ecuador es la invasión
petrolera. Lo primero para mantener vivo un dialecto es mantener a
salvo el territorio que da cobijo a la comunidad.
Por lo que antes de poner en marcha cualquier proyecto
interinstitucional o implementar cualquier método de enseñanza, el
Gobierno debe poner un freno a la expansión de le frontera petrolera.
Montaluisa remarca esta postura recordando que la exploración del bloque
Yasuní-ITT que afecta a la provincia deB, tendrá repercusiones directas
en la vida de los tres o cuatro sápara-hablantes que quedan como luces
de esperanza para salvar la lengua.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/cultura/Lenguas-peligro-extincion-extintas-Ecuador-amenzadas-sapara-nativas_0_1112888885.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Por Gabriela Balarezo
R.
Catorce puntos de colores- unos naranjas, otros
amarillos, algunos negros- distribuidos por todo el territorio nacional
reflejan la situación de las lenguas
nativas en Ecuador.
Es lo que se observa en el Atlas interactivo de las lenguas del mundo en peligro,
elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(Unesco). Del total de dialectos dos constan como extintos- identificados en
negro-, dos atraviesan una ‘situación
crítica’ y cuatro están seriamente
en peligro.
Una lengua desaparece cuando se extinguen sus hablantes, se
clasifican en ‘situación crítica’ cuando solo los abuelos y los más ancianos la
conocen y la usan parcialmente y con escasa frecuencia y está seriamente en
peligro cuando únicamente los abuelos y las personas de generaciones viejas la
hablan, mientras los miembros jóvenes de la comunidad la comprenden
medianamente.
En el escalafón
que va de un dialecto
que está a salvo a uno que se ha perdido para siempre influyen y confluyen varios
factores. Los expertos de la Unesco han identificado cerca de nueve circunstancias que
afectan la situación de una lengua, que deben considerarse en conjunto.
Según Alcira
Sandoval Ruiz, especialista del Sector de Cultura de la Unesco,
el principal
riesgo para un idioma empieza cuando sus hablantes dejan de
utilizarlo- recurren cada vez
menos a sus registros y estilos idiomáticos- y cuando dejan de transmitirlo a la generación siguiente.
En Ecuador,
las trabas en la transmisión de saberes de generación han tenido repercusiones
en la
supervivencia de los dialectos en peligro de extinción. Estos
obstáculos fueron determinantes en la desaparición de las lenguas andoa,
tetete- que ya no tienen locutores vivos- e inclusive de la llamada esmeralda
(no consta en el atlas de la Unesco), que dejó existir a inicios del siglo
pasado.
Es poco lo que se puede hacer cuando un idioma
perece, según refleja un artículo de Russ
Rymer publicado en la revista National Geographic. Los intentos por volverla a
la vida, serían equiparados a los esfuerzos por resucitar a alguien que ha
fallecido. Así, en el país, las actividades de lingüistas, líderes de
comunidades y funcionarios de entidades gubernamentales se centran en salvar a
aquellos que están al borde del fin, pero que aún tienen oportunidades.
A partir de que la Unesco hizo público el atlas
(2010) y desde que en Quito se realizará el encuentro ‘Voces e imágenes de las lenguas
en peligro’, en septiembre de 2011, no se
ha hecho nada en la práctica en pos de salvaguardar las lenguas ecuatorianas en riesgo.
Esto según Luis
Montaluisa, lingüista experto en el tema y quien por casi 40
años se ha dedicado a su estudio- visitando las comunidades y escuchando las
lenguas en vivo.
Una de las claves que identifica Montaluisa para
emprender el camino de recuperación de un dialecto es asegurarse de que exista
una
gramática, para lo cual es fundamental que sus hablantes no dejen de usarlo a diario.
Lo cual presenta dificultades, por ejemplo, en el caso de las comunidades sápara-hablantes en las que existen solo tres y cuatro miembros que conocen el idioma nativo y no pueden utilizarlo en el día a día por vivir alejados los unos de los otros. “Si hay una gramática es fácil que una lengua reviva”, agrega el experto y asimismo destaca que a partir de esto debe crear un método de enseñanza para reintroducirlo como segunda lengua. Este plan que parece sencillo y lógico es posible -sigue Montaluisa, siempre y cuando haya voluntad del Gobierno.
En Ecuador está voluntad del Gobierno está
centrada en rescatar
una sola lengua por el momento. El proyecto está a cargo de la Secretaría de Patrimonio del Ministerio de
Cultura, en coordinación con otras instituciones públicas como
el Ministerio de Educación y la Secretaría Nacional
de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
El seleccionado entre los seis dialectos altamente vulnerables
es el sápara
(como prefieren sus hablantes que se escriba) o zápara (o) como se lo conoce
comúnmente. Se priorizó la acción de sobre esta lengua por su cualidad de Patrimonio Oral Inmaterial de la Humanidad
por parte de la Unesco (2002) y por su situación crítica.
Desde el 2010 el número de locutores bajó de nueve
a cuatro o tres (el número es impreciso), lo que lo equipara con los casos más
graves alrededor del mundo, como son el miwok,
que tiene únicamente cuatro hablantes, o el yidiny de Australia, que cuenta
con no más de 12 locutores.
En Ecuador la lengua que se encuentra en la misma
categoría de peligro que el sápara es el sia
pedee (Esmeraldas), con 30 hablantes, según datos del 2005.
Ambas están en el nivel 7
de la escala de la salud
de las lenguas, un paso antes de la desaparición absoluta.
Luis Páez, antropólogo y Subsecretario de
Patrimonio, sostiene que hasta el momento las acciones por rescatar las lenguas
en peligro de extinción han sido tibias. Lo más relevante realizado hasta el
momento es la capacitación de jóvenes sápara en la Universidad del Azuay, para
potenciar el idioma en sus comunidades.
Por lo tanto, el trabajo para salvar al sápara
apenas comienza. En un principio se propone armar un comité multidisciplinar conformado por un grupo de entidades gubernamentales y también tener reuniones
con distintos lingüistas informados en el campo.
Lo primordial es trabajar en los aspectos lingüísticos para
instituir una metodología
pedagógica (de la que habla Montaluisa) y así enseñar a los niños a hablar
la lengua nativa de sus ancestros. Esta inmensa tarea estaría liderada por el
Ministerio de Educación.
El subsecretario reconoce que es muy difícil
construir una gramática del sápara, aun cuando existe un diccionario elaborado por Carlos Andrade Pallares en el
2002, porque esta lengua no se parece a ninguna otra en el país. Sabe que recuperarla al 100% es imposible.
Por otra parte, el papel de la Secretaría de
Patrimonio se centrará en la revalorización del idioma fomentando los mitos y leyendas propios de las
comunidades. “Los niños recitan mitos en sápara y no los entienden…o los
traducen al quichua”, aclara Páez y recalca que, cuando se acaba una lengua, se
acaba también una cultura
y una cosmovisión.
El antropólogo aclara que el trabajo no se hará
solo desde el escritorio, el punto es “ir donde las papas queman”, por lo que
es vital para su proyecto manterner un estrecho contacto con los miembros de la comunidad sápara, sobre todo
con quienes aún hablan la lengua.
Uno de ellos es Alberto Ushigua Manya de 72
años, oriundo de Imatiña
Katerika, en la provincia de Pastaza. Páez conoció a
Ushingua porque éste resultó ganador del Concurso Nacional de Reconocimiento a
Portadores de Saberes Tradicionales 2013, por su habilidad como tejedor de
canastos.
Durante la premiación, Ushingua compartió un mensaje en su idioma natal, el sápara. Dijo estar consciente del estado de su lengua y quiere ser parte de lo que se haga para salvarla.
Si bien Alberto y los miembros de su comunidad
entienden la grave situación de su lengua, el resto de ecuatorianos no lo
hacemos, según Páez. El problema
de fondo detrás de la muerte de los dialectos en el país es la negación de nuestra identidad y de los orígenes indígenas.
Esto es correcto en segunda instancia para el
lingüista Montaluisa, quien considera que mayor mal para las lenguas en Ecuador
es la invasión
petrolera. Lo primero para mantener vivo un dialecto es
mantener a salvo el
territorio que da cobijo a la comunidad.
Por lo que antes de poner en marcha cualquier
proyecto interinstitucional o implementar cualquier método de enseñanza, el
Gobierno debe poner un freno
a la
expansión de le frontera petrolera.
Montaluisa remarca esta postura recordando que la
exploración del bloque Yasuní-ITT que afecta a la provincia tendrá
repercusiones directas en la vida de los tres o cuatro sápara-hablantes que
quedan como luces de esperanza para salvar la lengua.
Fuente: Documento 'Lenguas Indígenas Vivas del Ecuador' de Luis Montaluisa (2008)y Atlas UNESCO de las lenguas del mundo en peligro. Nota: No se incluye en el mapa al kiwcha, porque en conjunto no se considera amenaza. Leyenda. Negro: Extinta, Rojo: Situación Crítica, Naranja: Seriamente en Peligro, Amarillo: En Peligro.
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Isac Nunes da Luz Cordeiro *** Tradutor Público e Intérprete do Comércio *** Idiomas: francês, espanhol, catalão e galego *** Matriculado na Junta Comercial do Estado do Paraná *** Curitiba *** República Federativa do Brasil
quinta-feira, 10 de abril de 2014
Dos lenguas de Ecuador están en grave peligro de desaparecer ...
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