Ni bien la actriz Scarlett Johansson se convirtió en promotora de la
compañía israelí Sodastream, se convirtió en blanco de críticas por
apoyar a una empresa que hace cinco años desembarcó con gran éxito en el
mercado estadounidense, pero opera en la Margen Occidental.
Sodastream produce sistemas de carbonatación de bebidas que les
permiten a los consumidores convertir el agua corriente en soda o
gaseosas, provee recargas de gas y saborizadores.
Johansson aparecerá en la publicidad de la compañía durante el Super
Bowl, la final del campeonato nacional de fútbol americano y el mayor
evento televisivo estadounidense, pero algunos negocios siguen sin
vender el producto por su trasfondo político, a pesar de que la empresa
emplea a 900 palestinos y les paga salarios acordes al mercado israelí.
Fuente: Itongadol
[Publicado en www.diariojudio.com]
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