segunda-feira, 28 de março de 2022

La Academia de Cine de Ucrania expulsa a Sergei Loznitsa de su seno por “cosmopolita”

 

Por Martin Blaney

La decisión de expulsar al director Sergei Loznitsa de la Academia de Cine de Ucrania "estaba directamente relacionada con el relato que el director cuenta acerca de Ucrania", según Anna Machukh, directora ejecutiva de la Academia y del Festival Internacional de Cine de Odesa.

Loznitsa anunció el sábado (19 de marzo) que había sido expulsado de la organización, en parte, por expresar su apoyo a los cineastas rusos disidentes (ver la traducción a continuación de este artículo).

Al explicar la expulsión, Machukh declaró: "Desde el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, hemos pedido incansablemente a la comunidad cinematográfica mundial que boicotee el cine ruso. Pero Sergei Loznitsa se opone públicamente a ello, negando así la responsabilidad colectiva de los rusos en la guerra que su país ha desatado en Ucrania".

Añadió que Loznitsa "recurre a menudo a la especulación sobre el tema de las relaciones entre Ucrania y Rusia", lo cual es una posición "inaceptable" y "contraria a los valores de la Academia de Cine de Ucrania".

La Academia dijo que "los países de Europa y el mundo entero deben tener una imagen completa e inequívoca de lo que el país agresor está haciendo en Ucrania. Por lo tanto, todo ucraniano es hoy embajador de su país".

"Recae hoy una responsabilidad especial sobre aquellos especialistas de las industrias creativas bien conocidos en el extranjero. Su posición debe ser clara e inequívoca".

La Academia añadió que Loznitsa había "subrayado repetidamente que se considera un cosmopolita, 'un hombre de mundo'. Sin embargo, hoy, cuando Ucrania lucha por defender su independencia, el concepto clave en la retórica de todo ucraniano debe ser el de su identidad nacional".

Loznitsa, "asombrado"

En un comunicado emitido el sábado por la noche en respuesta a la decisión de la Academia, Loznitsa afirmó haberse "asombrado" al leer que se le expulsaba por "cosmopolita".

Afirmó que este término solo había adquirido una connotación negativa durante la campaña antisemita de Stalin entre 1948 y 1953.

"Al hablar en contra del cosmopolitismo, los miembros de la Academia ucraniana recurren a este mismo discurso creado por Stalin, que se basa en el odio, en la negación de la libertad de expresión, la defensa de la culpa colectiva y la prohibición de cualquier manifestación de individualismo y de elección individual", declaró.

Afirmó que el enfoque de la "identidad nacional" era afín al nazismo y suponía "un regalo para los propagandistas del Kremlin".

También rechazó el llamamiento de la Academia a la comunidad mundial para que no le considere representante de la esfera cultural ucraniana.

"En mi vida he representado a ninguna comunidad, grupo, asociación o 'esfera'", escribió Loznitsa. "Todo lo que digo y hago han sido y serán siempre mis propias declaraciones y acciones individuales".

"Siempre he sido y seré un cineasta ucraniano", concluyó.

Loznitsa, habitual del Festival de Cine de Cannes, ha dedicado su carrera a explorar la historia y la política de Ucrania y de la región en general. Su película de 2018, Donbás, que ganó el premio Un Certain Regard de dirección en Cannes, captaba el conflicto entre las fuerzas del gobierno ucraniano y los separatistas respaldados por Rusia en el este de Ucrania, que precedió a la actual invasión a gran escala por parte de Rusia.

 

[Fuente: Screen international]

 

Carta abierta de Sergei Loznitsa acerca de su expulsión de la Academia de Cine de Ucrania

Sergei Loznitsa

Desde ayer noche he ido recibiendo cartas y llamadas de amigos y colegas de todo el mundo que expresan su asombro y piden una explicación de lo ocurrido con la Academia de Cine de Ucrania. También yo estoy tratando de entenderlo.

El 27 de febrero de 2022 difundí un comunicado:

"La guerra desatada por Rusia contra Ucrania constituye un acto suicida y demencial que conducirá inevitablemente al derrumbe del criminal régimen ruso. El mundo entero ha sido testigo de la batalla entre el Bien y el Mal, la Verdad y la Falsedad, una batalla de proporciones bíblicas. ¡La victoria será para Ucrania! Estoy consternado por la indecisión y cautela de los gobiernos, organizaciones públicas y ciudadanos que podrían ayudar a Ucrania no solo con palabras, sino también con acciones rápidas y decisivas. La tragedia humanitaria que se está desarrollando ante nuestros ojos está provocada en gran medida por la política hipócrita de apaciguamiento del monstruo, la política de hacer negocios con Rusia. A lo largo de decenios, el mundo occidental ha cerrado los ojos a los crímenes cometidos por el régimen ruso en Chechenia, Georgia, Crimea, el Donbás y otras regiones de Europa y del mundo, y ha hecho concesiones basadas en una política de "pragmatismo". ¡Ha llegado el momento de que la comunidad mundial despierte, se dé cuenta de lo que está pasando y aplaste al monstruo ruso!"

Abandoné la Academia Europea de Cine porque su declaración inicial, emitida pocos días después del comienzo de la guerra, era demasiado neutral, inoperante y conformista en relación con la agresión rusa. Ni siquiera consideraban posible calificar la guerra como tal.

En estos últimos días, he ido explicando a diversas publicaciones y periodistas de Europa y América las razones y la esencia del estallido de la guerra, llamando al mundo a unirse a la lucha contra la agresión rusa, además de participar en proyecciones benéficas de mis películas "Donbás" y "Maidán", cuyos fondos se destinan a ayudar a Ucrania; colaboro en la evacuación de personas de Ucrania y ayudo a los refugiados.

En esta trágica situación de guerra, me parece que hay que intentar mantener el sentido común. Estoy en contra del boicot a mis colegas, los cineastas rusos, que se opusieron y siguen oponiéndose a los crímenes del régimen de Putin.

He leído con asombro la declaración de la Academia de Cine ucraniana, de la que he sido expulsado por mi cosmopolitismo. Traducido del griego, "cosmopolita" significa "ciudadano del mundo". La primera persona que se proclamó cosmopolita fue el antiguo filósofo griego Diógenes. El filósofo estoico Zenón, el filósofo alemán Emmanuel Kant, los ilustrados Voltaire, Diderot, Hume y Jefferson se llamaron a sí mismos cosmopolitas.

Desde el siglo XVIII, se denominaba "cosmopolita" a aquella persona abierta a todo lo nuevo y libre de prejuicios culturales, religiosos y políticos. Solo en la época del estalinismo tardío, durante la campaña antisemita desatada por Stalin en 1948-1953, esta palabra adquirió una connotación negativa en el discurso propagandístico soviético.

Al hablar contra el "cosmopolitismo", los "académicos" ucranianos recurren al discurso estalinista, que se basa en el odio, la negación de la disidencia, la afirmación de la culpa colectiva y la prohibición de cualquier manifestación de libre elección individual. ¿O es que están en contra de la tradición filosófica de Diógenes, Zenón, Kant y Voltaire? ¿Contra los valores que sustentan la cultura y la sociedad de la Europa moderna, que dicen anhelar? Me veo obligado a hablar en detalle de la semántica del término "cosmopolita" porque, fuera del antiguo imperio soviético, los argumentos que dan los "académicos" solo son inteligibles para los sovietólogos.

Los profesores de lengua rusa de la Universidad de Nantes (Francia) celebran todos los años un festival, a cargo de la universidad, de películas de procedentes de aquellos países formados tras la caída de la URSS. De este festival me enteré por una carta de la Academia de Cine de Ucrania. Hoy me he puesto en contacto con los organizadores del festival y me he enterado de que la "Academia" y los miembros del estamento cultural ucraniano apoyan, en principio, la decisión de celebrar el festival, pero piden únicamente que todas las películas rusas sean substituidas por otras ucranianas. Literalmente: "... proponemos sustituir todas las películas del programa por películas producidas en Ucrania o sobre Ucrania, separando así (la carta dice "delimitando") nuestra cultura del cine ruso...".

Cuando los organizadores del festival se negaron a hacerlo, se vieron atacados e insultados por personalidades de la cultura ucraniana. El lema del festival es "Entre Lviv et l'Oural", que significa "Entre Lviv [Leópolis] y los Urales", y no "De Lviv a los Urales", como tradujeron los "académicos" del francés. Las proyecciones del festival son benéficas, todos los fondos recaudados se destinarán a la Cruz Roja, al programa de ayuda de emergencia a Ucrania. Así se indica en la página web del festival. El festival no cuenta con el apoyo de ninguna institución rusa.

"Ahora, cuando Ucrania lucha por defender su independencia, el concepto clave en la retórica de cada ucraniano debería ser el de su identidad nacional", escriben los "académicos" ucranianos. No una posición civil, no el deseo de unir a todas las personas cuerdas y amantes de la libertad en la lucha contra la agresión rusa, no un esfuerzo internacional de todos los países democráticos por ganar esta guerra, sino la "identidad nacional". Por desgracia, esto es nazismo. Un regalo de la Academia de Cine de Ucrania a la propaganda del Kremlin.

Los "académicos del cine" ucranianos exigen en su llamamiento a la comunidad mundial "no situarme como representante de la esfera cultural ucraniana". En mi vida he representado a ninguna comunidad, grupo, asociación o esfera. Todo lo que digo y hago ha sido y es solo mío, individual, de palabra y obra.

Siempre he sido y seguiré siendo un cineasta ucraniano.

Espero que todos mantengamos el sentido común en estos trágicos momentos.

Fuente: www.e-flux.com, 19 de marzo de 2022

 

 
periodista y crítico británico cinematográfico de Screen International en Alemania, Suiza y Austria desde los años 90, además de jurado en numerosos festivales internacionales.

 
director de cine ucraniano conocido por sus documentales y películas dramáticas, nació en Bielorrusia, estudió en Kiev Ingeniería y Matemáticas, y dirección en la Universidad Panrusa Guerásimov de Cinematografía de Moscú.

 

[Reproducido en www.sinpermiso.info]

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