Exposición 600 años de historia del pueblo gitano en Cataluña

El próximo martes día 22 a las 10, 30 horas en el Casal social Mariola, se inaugura la exposición 600 años de historia de el pueblo gitano en Cataluña

Escrito por Víctor Manuel Ruiz

La Generalitat de Cataluña con la colaboración del ayuntamiento de Lleida inaugura, este próximo martes día 22, la exposición 600 años de historia del pueblo gitano en Cataluña en el Casal social Mariola.

Permitirme el privilegio de escribir estas letras como presidente de el barrio de La Mariola, un barrio donde todas las personas payos, gitanos, y personas llegadas de otros países somos una familia.

Mi experiencia para con el pueblo gitano va mucho más haya de mi presidencia vecinal, mis padres se dedicaron durante toda su vida a la venta ambulante, yo también me dediqué al comercio ambulante toda mi vida  hasta hace  tres semanas que, por motivos personales y difíciles, tuve que tomar la dura decisión de cambiar de trabajo.

Como vendedores ambulantes, no solo compartimos experiencias, compañerismo, alegrías y penas con el pueblo gitano en Cataluña, nuestras vivencias también fueron en tierras asturianas y leonesas, donde hicimos mercadillos durante muchos años, pues mi padre, que en paz descanse, era leones, un gran leonés y el mejor padre que uno pueda tener .

Hemos compartido muchas vivencias imposibles de plasmar en unas letras, pero señalaré algunas Recuerdo cuando, para hacer mercadillo al día siguiente, la noche anterior dormíamos junto a un río, unas veces en la furgoneta y otras en la parada que montabamos junto al río Órbigo con otros vendedores gitanos, payos etc. Allí no había distinción alguna y ello me sirvió para ver el mundo de otra forma y no hacer distinción de personas. E lavado mi ropa en el río y los enseres de comida en el mismo junto a mis familiares, ¿y saben qué? Que no cambiaría esos felices momentos por nada del mundo.

En la vida hay que tocar de pies en el suelo para no perder el contacto ni la perfección de la propia realidad de la misma, al fin y al cabo, al final de la misma, todos terminaremos en el mismo sitio, sin distinción alguna.

He conocido buenas personas en todas partes que han dejado huella en mi corazón y también me he llevado decepciones muchas veces.

Aquí en Cataluña, en mi tierra, en Lleida, he compartido muchísimos momentos con el pueblo gitano, aprendí a llamar tío a las personas mayores, como hace el pueblo gitano, aprendí a no discutir y respetar las decisiones de las mayores y también aprendí a no avergonzarme de creer en Dios.

El Casal social Mariola, el Casal de todos los vecinos del barrio

Pero también muchas cosas más, como por ejemplo, a no mirar por encima del hombro a nadie y a no valorar a las personas por su estatus o pertenencias, sino por su corazón.

Llegó un día en el que tuve que dar un paso al frente y hacerme cargo de la presidencia del barrio, no quería que el mismo se quedará desamparado y a la deriva.

Siempre tuve un sueño como presidente, que fue recuperar la fiesta mayor y traer las ferias a nuestro barrio, pese a que muchos me decían que eran sueños imposibles de alcanzar. El día que recuperamos nuestra fiesta mayor vi un barrio unido, un barrio cohesionado y hermanado, sin distinción alguna de personas.

Ese fue uno de los días más felices de mi vida, el ver a todos los vecinos unidos disfrutando y dando un ejemplo de convivencia digno de señalar, este próximo martes no podré asistir a la inauguración de la exposición del pueblo gitano por motivos de trabajo, por eso quiero escribir estas letras y haceros llegar el siguiente mensaje: 

Muchas personas me han dicho que me hubiera sido más fácil ser presidente de otro barrio, otras me han dicho que tendría que ser más crítico y otras que no tendría que publicar tantas cosas referentes a nuestras creencias. En primer lugar, yo no podría ser presidente de ningún otro barrio, pues en mi corazón solo está la Mariola. En segundo lugar, yo no puedo ni quiero ser crítico con nadie, pues quien se dedica a criticar es porque no tiene nada que ofrecer; y en tercer lugar, no tengo porqué avergonzarme de creer en Dios, pues yo siempre digo que nuestro barrio es uno de los más creyentes, y para mí eso es un orgullo, respetando por encima de todos a los no creyentes y a todo el mundo en general.

Soy conocedor de mis defectos, que no son pocos, pero también reconozco que muchas veces los mismos son porque actuó de corazón.

Como presidente del barrio de La Mariola, un barrio con un gran número de vecinos gitanos, solo quiero deciros gracias, muchas gracias por todos los momentos compartidos, por las experiencias vividas, por ser como sois y por mostrarme el cariño que siempre me habéis dado, no solo en el mercadillo, sino como presidente, amigo y compañero vuestro.

Para mí, ya sabéis que no existe distinción alguna entre personas, y que siempre he trabajado y me he esforzado para que no existan vecinos de primera y vecinos de segunda.

Hago mención a nuestro equipo de fútbol, el Fútbol Club Mariola, que me escogió como presidente y que lleva el nombre de nuestro barrio con mucho orgullo, unos chicos jóvenes que lo dan todo por ilusión, y como no también a nuestros entrenadores, que también merecen especial mención.

Quiero señalar también el gran trabajo de las iglesias, impartiendo valores, respeto y muchas cosas que hoy desaparecen en parte  de nuestra sociedad.

Quiero decirles a todos que para mí, como persona, es un orgullo ser presidente de el barrio de La Mariola de Lleida.

No podré estar en la inauguración de la exposición de los 600 Años del pueblo gitano en Cataluña por motivos personales de trabajo, como señalé anteriormente, pero quiero decir que para mí, como presidente y amigo, es un orgullo que esa exposición esté en el Casal social de nuestro barrio, el Casal de todos los vecinos de nuestro barrio, ricos, pobres, payos, gitanos y personas venidas desde cualquier lugar.

He dormido junto a un río, bajo una parada y aprendí a ver el mundo de forma distinta

Vuestro amigo y presidente Víctor Ruiz 

[Fuente: www.globedia.com]