sexta-feira, 11 de agosto de 2017

La distancia que nos separa de muchas bodegas de otros países

Con un detallado análisis el Informe Trimestral de la División Vinos del Banco Supervielle compara la performance de empresas de otros países con aquellas que operan en Argentina. De allí resulta elocuente cuáles son las principales diferencias competitivas que las separan y aparecen señales para las políticas macroeconómicas en relación al sector. 

Escrito por Javier Merino 

Que Argentina necesita volver a crecer sostenidamente en su economía no requiere demasiadas explicaciones si se tiene en cuenta el deterioro social actual, cuya representación más dramática y elocuente son las cifras de pobreza.

Para volver a crecer sostenidamente el único camino posible parece ser una tasa robusta de inversión en los próximos años que permita aumentar el Producto Bruto y el empleo. Pero para ello deben existir señales de largo plazo que mejoren la capacidad de generar ganancias empresarias y disminuir el riesgo. Aunque parece ser que los caminos alternativos para alcanzar estos propósitos pueden ser varios, por la discusión de la dirigencia argentina, lo que no parece dejar dudas es que las metas finales son las mismas.


La vitivinicultura es un ejemplo de cómo un sector con incentivos adecuados logró en pocos años una transformación estructural de fondo que lo colocó como modelo de éxito. Sin embargo, en los últimos años también mostró que cuando crece la incertidumbre y disminuyen los incentivos de generación de ganancias el resultado es una merma considerable del ritmo de inversión, disminución del empleo y muchas empresas con problemas de subsistencia.

Lo que resulta evidente es que la competitividad del sector no se perdió porque falló la gestión de los negocios individuales sino que fueron condiciones de contexto económico y político las que quitaron la vitalidad que tenía. Por ello, conviene plantearse cuáles son los cambios de contexto, deseables y posibles, para que la vitivinicultura retorne a estándares internacionales que la hicieron competitiva.


La Competitividad del Sector Vitivinícola está hoy en el centro de la escena y su dirigencia negocia con autoridades nacionales y provinciales modos alternativos de recuperar espacio perdido. Además, mientras el sector nacional transita ese camino sus competidores internacionales avanzan vigorosamente y toman espacios de mercado en un ambiente de alta rivalidad competitiva.

Este informe aborda la brecha que existe entre las empresas que operan en el sector vitivinícola argentino y aquellas que lo hacen en países competidores. El abordaje se realiza mirando los resultados de las empresas como reflejo de la competitividad de los lugares donde desempeñan sus actividades.

El concepto es que los indicadores de rentabilidad, productividad de los activos, productividad del trabajo, inversión y costos son reflejo de diferentes ambientes de negocios y es allí donde deben buscarse las soluciones de largo plazo.

Solo algunos datos permiten mostrar la caída de competitividad:
•    La rentabilidad de las bodegas más grandes en Argentina, que se suponen las más competitivas, en los últimos cinco años ha sido alrededor de un 70% de la de sus pares en el exterior.
•    El valor de las empresas vitivinícolas que producen vinos locales cayó más de un 25%, mientras que las de buena performance internacional aumentaron significativamente, algunas hasta duplicarse.
•    En el mundo la tasa de inversión de las empresas más grandes duplicó la tasa de expansión de las ventas lo cual trajo un significativo aumento del rendimiento general de los negocios.
•    En el mismo tiempo, en Argentina cayó la tasa de inversión por debajo de la caída de ventas, bajando así la productividad general de los negocios.
•    Por primera vez en más de dos décadas la superficie plantada de variedades demandadas tanto en el mercado nacional como en los mercados mundiales ha caído, luego de haberse expandido en más de 77 mil hectáreas.
•    El sector se ha ajustado disminuyendo la inversión, bajando el empleo, pagando precios bajos por la materia prima y aumentando su endeudamiento de corto plazo.
•    Son varias las razones que explican este cambio de ambiente de negocios, pero los más significativos han sido: una inflación creciente, impuestos muy superiores a los que se pagan en el mundo y que traban la expansión, escaso crédito, déficit de infraestructura de todo tipo y un marco de incertidumbre política y económica que desalentaron la inversión.



[Fuente: www.areadelvino.com]

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