Le Musée d’Art et d’Histoire du Judaïsme (MAHJ), en París, en el Hôtel de Saint-Aignan, un museo del S. XXI, del pueblo judío y de visita más que recomendable.

Le Marais -la marisma- aún hoy la judería más grande de Europa (Le Pletzl) es también conocido como el Barrio del Temple, pues su límite occidental es la Calle del Temple, vía pública en donde aún perduran vestigios templarios; ese cuerpo de élite de las Cruzadas, velando por la seguridad de los peregrinos al Templo de Jerusalén acabaron por preservar las joyas y fortunas de las coronas europeas. Pero el rey de Francia, Felipe IV “El hermoso”, hundió en la miseria el país y para justificar la situación se alió con el papa Clemente V y la Orden de los Dominicos -núcleo de la Inquisición-y montó la mayor campaña de descrédito conocida: acusó a los templarios de herejía, sacrilegio y sodomía. Acabó quemándolos vivos en París. Sus consecuencias históricas aún se dejan sentir hoy.
Lo que de los templarios queda en París perdura en en los números 69 y 70 de la Rue du Temple. El número 71 pertenece al Hotel de Saint Aignan, sede con fundamento para ello, del Museo del Arte y la Historia del Judaísmo.

El hotel se construyó dos siglos después de lo de los Templarios para el Conde d´Avaux, que sirvió a Richilieu y a Mazarin cuando la Paz de Westfalia. Poco después, en 1688, lo compra el duque D´Avaux. Con la Revolución fue confiscado, sede del séptimo distrito hasta 1823.
En ese año se reparten sus locales en pequeños comercios, los inmigrantes judíos que vienen desde Polonia, Rumanía y Ucrania. Poco más de un siglo después, en 1942, los habitantes de este condominio sufrieron constantes redadas, con familias enteras llevadas a los campos de la muerte nazi.

Comprado por la ciudad de París en 1962, el ayuntamiento lo declara de inmediato Monumento Histórico. Pero no es hasta 1978 cuando, tras una gran restauración, se vuelve a utilizar como sede de los archivos de París.
Pero el museo como tal tenía otro origen. Todo había empezado con la gran exposición del bisabuelo del gran intelectual del S. XX, Levy Strauss. Mar Isaaac Strauss, músico, director de la ópera y gran coleccionista de arte judaico en el S XIX, tuvo una gran exposición en el Grand Palais en 1985. Pero esa colección tenía una historia también. Tras la exhibición primigenia en la Exposición Internacional de 1878, la compró íntegra el Barón de Nathaniel de Rothschild, que la legó al Museo de Cluny. En 1998, por iniciativa del alcalde de París, Jacques Chirac, el Hotel Saint-Aignan es asignado como sede de un museo dedicado a la civilización judía: el Museo de Arte e Historia del Judaísmo y la colección de M. Strauss-Rotthschild pasó a ser su vértebra principal.

No solo hace honor a los judíos de Francia, sino, desde la Edad Media, a todos los judíos europeos y norteafricanos, convirtiéndolo en uno de los museos más importantes del mundo hebreo en todo el mundo por su colección, historiografía y fondos, entre los cuales se conservan, pro ejemplo, los 2700 documentos del Affaire Dreyfus, una de las mayores notas del antisemitismo francés. Además, contiene obras de artistas de la Escuela de París, desde Chagall a Soutine, por solo nombrar a los grandes nombres. Legendarias son su biblioteca, fonoteca y videoteca, así como sus debates, foros, conferencias, exposiciones itinerantes, vistas guiadas, salas enteras dedicadas a fiestas concretas (la de Janucá es memorable) actividades infantiles, librería con editorial propia.

[Fuente: phuergocaso.wordpress.com]
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