La Xunta sigue sin ofrecer clases en los institutos a pesar del aumento de la demanda en los últimos años y de la proximidad lingüística con el gallego
Escrito por Raúl Ríos
“El gallego tiene una gran utilidad y es que, sabiendo gallego, te puedes comunicar con más de 200 millones de habitantes. Excluido el chino, después del inglés y del español, está el portugués”. No es una cita del profesor Carvalho Calero, ni de Castelao, ni de Isaac Díaz Pardo o cualquier otro galleguista. Es lo que contestaba el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista que le realizaron en el canal Intereconomía, preguntado por el “problema” que suponía para los niños dar algunas asignaturas en gallego.
La cuestión no es nueva, por sorprendente que pueda parecer
escucharla en boca del presidente que redujo las clases en gallego al
33% o que votó en contra de una propuesta no de ley del BNG para
introducir el portugués como segunda lengua extranjera en 2011. Durante
los dos últimos siglos la mayoría de las élites intelectuales de Galicia
defendieron los vínculos que guarda el idioma propio con la lusofonía.
El escritor y periodista Álvaro Cunqueiro ya auguraba en 1970 que para
el año 2000 el gallego sería hablado “por 200 millones de personas”,
contando todos los países lusófonos. El de Mondoñedo se quedaba algo
corto, pues el portugués tiene ya más de 250 millones de hablantes (el
3,6% de la humanidad), siendo la cuarta lengua más hablada del globo.
El pasado 25 de junio la Mesa del Parlamento admitía a trámite una
Iniciativa Legislativa Popular (ILP) con el nombre de Valentín
Paz-Andrade, el escritor y empresario homenajeado este año en el Día das
Letras Galegas. Sus promotores deben recoger 15.000 firmas para que se debata en el Hórreo la opción de incluir clases de portugués en
la enseñanza obligatoria y aprovechar los vínculos del gallego con la
lusofonía. El empresario pontevedrés ya veía el potencial económico del
gallego como herramienta comunicativa mundial con la que se pueden
entender millones de personas, “aunque lo hablen con distinto acento o
escriban de forma diferente cierto número de vocablos”.
Y es que, a la hora de hacer negocios, el portugués es cada vez más
importante. Brasil, uno de los ocho países en los que es oficial, es ya
la quinta economía más grande del mundo. Un estudio del Banco Espírito
Santo de Portugal cuantifica que la lusofonía supone, en términos
económicos, un 4,6% del PIB mundial, además de ser la lengua del 2% de
las relaciones comerciales de todo el planeta. “En los currículos que
llegan a la empresa es muy frecuente que la gente ponga que sabe
portugués, aunque no tenga ningún título, solo por ser gallegos”. José
Ramom Pichel es el responsable de imaxin|software, la única empresa
gallega que desarrolla software directamente para Microsoft. Pichel,
después de ir a Brasil en viajes de negocios, subraya la importancia no
solo de entender, sino también de dominar una lengua y sus variantes a
la hora de generar confianza: “El trato personal es fundamental en el
mundo de la empresa. Allí el gallego es una ventaja”.
“El portugués es como un gallego más culto. Estudiando portugués
aprendo nuevas palabras gallegas que no conocía”. Es la impresión de
Sabela, una joven alumna que empezó recientemente un curso de portugués
en la Escuela Oficial de Idiomas de Santiago y que, en una semana,
percibe que “no hay casi diferencias entre gallego y portugués”. Para su
profesor, Ângelo Meraio, un gallego parte con casi todo el camino
andado a la hora de aprender este idioma.
El dominio de una lengua se mide a través de cuatro destrezas: la
expresión escrita y oral (activas) y la comprensión escrita y oral
(pasivas). "Un gallego, sin ningún tipo de aprendizaje previo, casi
domina la comprensión escrita y oral". Eduardo Sanches, también
profesor, comparte que la mayor dificultad del portugués está a la hora
de aprender la fonética de otras zonas. Por el resto, "alguien con buen
nivel de gallego culto parte ya de un punto muy avanzado".
Con menos de 2.000 estudiantes de portugués el curso pasado —que ya
supusieron un incremento del 18% con respecto al año anterior—, el común
de los gallegos está aún lejos de explotar al máximo las
potencialidades del idioma de Camões. Los expertos del ámbito lusófono y
las entidades que trabajan con el portugués coinciden en el
diagnóstico: falta apoyo institucional. Desde organismos como la
Associaçom Galega da Língua, la Academia Galega da Língua Portuguesa o
la Asociación de Profesores de Lengua Portuguesa en España también
coinciden en la cura: el primer paso es introducir el portugués en la
enseñanza. Con la ILP Paz-Andrade se abre esta opción, si es que los
gallegos quieren que el portugués se vuelva a acercar de nuevo a la
tierra donde nació.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Extremadura gana
Extremadura, con tan solo medio millón de habitantes, es la comunidad
autónoma con más estudiantes de portugués. Gracias al apoyo
institucional y a la proximidad geográfica, son alrededor de 20.000 los
ciudadanos que aprenden a escribir con 'nh' y 'ç', entre las Escuelas
Oficiales de Idiomas y la asignatura optativa que se incluye en la
enseñanza obligatoria. La Junta realiza convocatorias de plazas
específicas para cubrir estos puestos.
A pesar de la facilidad que el idioma otorga a los gallegos, la
realidad es que en Galicia el total de estudiantes de portugués no llega
a los 2.000, de entre casi tres millones de habitantes. Solo hay 800
jóvenes que aprenden portugués en los institutos públicos y las
matrículas de las escuelas oficiales de idiomas fueron 1.104 en el curso
2011-2012 (un 18% más que el año anterior). La Xunta no convoca plazas
para docentes de portugués en Galicia y solo 25 centros ofrecen esta
optativa, que depende por completo del voluntarismo de profesores de
otras materias.
[Fuente: www.elpais.com]
Sem comentários:
Enviar um comentário