El sonido contemporáneo de las calles de Almagro

Lautaro y Emiliano Greco presentan su septeto y un nuevo disco mañana, en el Café Vinilo

Escrito por Gabriel Plaza 

"Nuestra manera de hacer tango siempre se ha caracterizado por adoptar una forma interpretativa muy enérgica", advierte Lautaro Greco, bandoneonista y líder, junto a su hermano Emiliano, de un poderoso septeto instrumental, con el que acaban de editar el disco Inflexión, que presentarán mañana, en el Café Vinilo (Gorriti 3780). 

Lautaro y Emiliano Greco son dos referentes de la escena tanguera desde hace quince años. Su caso es particular. Crearon espacios nuevos para el género, como los Conciertos Atorrantes, en Sanata Bar; el Festival de Tango de Almagro, y el Almagro Tango Club. A pesar de su juventud, compartieron escenario con maestros como Leopoldo Federico, Osvaldo Berlingieri y Rubén Juárez. A la vez, en su casa, tuvieron su primera escuela. "Venimos de una familia tanguera, padre bandoneonista y madre cantante, aparte de médica. Crecer en una familia así tiene una ventaja muy fuerte, que es la de sentir muy natural el género. Cuando hacemos nuestra música, no sentimos que nos invaden interrogantes sobre si lo que estamos escribiendo "es tango o no es tango", cuenta Lautaro. 

En el disco Inflexión, los hermanos Greco muestran reveladoras obras propias, como la "Suite Almagro" y "Michelle", que conviven con temas de Julián Plaza, Anselmo Aietta, la dupla Cobián-Cadícamo, y Eduardo Arolas. El ensamble acústico, que completan César Rago y Bruno Cavallaro, en violines; Karmen Rencar, en violoncelo; Pablo Motta, en contrabajo, y Nicolás Enrich, en bandoneón, redondean una atmósfera musical contemporánea y elegante. "Reflejamos ese vigor en el sonido, pero también aprovechamos la riqueza de las cuerdas para llevar al oyente a diferentes climas de sonoridad, algunos más profundos (como el tema "Las tristezas y las calles") y otros más oscuros ("La cachila"). 

-El disco termina con "Adiós Nonino". ¿Qué tiene para decir Piazzolla a su generación?

-Piazzolla para nosotros representa el ícono fundamental de nuestra forma de sentir el tango. El verdadero pospiazzollismo debería ser romper las barreras, siguiendo ese espíritu que tenía Ástor de ir siempre hacia adelante.

[Fuente: www.lanacion.com.ar]