domingo, 4 de junho de 2017

¿Cuál ha sido el mejor título de una película?

Publicado por Javier Bilbao
En los años ochenta y noventa hubo una excelente cosecha de películas de acción y policíacas que presentaban el pequeño inconveniente de resultar casi indistinguibles, al menos tal como eran traducidas en España. Un título con dos palabras del que el primero podía ser «venganza», «justicia», «desafío» o «escape» y la segunda era necesariamente «total», «letal» y «mortal». Otros géneros también presentaban sus clichés, ahí teníamos Aterriza como puedas, cuyo título abrió la veda: Espía como puedas, Agárralo como puedas, Acampa como puedas, Aprende como puedas, Roba como puedas… Pero no vayan a creer que es la única manera de expresar que estamos ante una historia alocada con la que reír a carcajadas, existe otra: Un rockero de pelotas, Hermanos por pelotas, Cuestión de pelotas, Una pandilla de pelotas, Una juerga de pelotas… ¿Perciben un patrón común? Mi humilde sugerencia es que la próxima comedia que se estrene en nuestro país tenga un título que permita identificarla como la más hilarante del siglo: Pelotas como puedas.
Pero no vamos a cargar contra los traductores, pues a menudo el estropicio viene de fábrica. Según este análisis si la cinta es de terror incluirá en su título original casi obligatoriamente «dead» y «night», si es de ciencia ficción «space» y «star», si es porno «sex» y «black» y si es romántica «love» y «girl». Hay más lugares comunes. Es frecuente que el nudo argumental sea un enfrentamiento, así que cuanto más alejados sean los contendientes mejor, el cielo es el límite: Batman vs Superman, Freddy vs. Jason, Cowboys vs Dinosaurs, Milfs vs. Zombies… Para que no parezca un mero combate de boxeo cabe la posibilidad de usar en vez de «vs» el más formal «meets»: When Harry Met Sally, Frankenstein Meets the Wolf Man, Jesse James Meets Frankenstein’s Daughter, Bela Lugosi Meets a Brooklyn Gorilla o el definitivo Hitler Meets Christ.
A veces se emplean títulos provisionales llamados «working title», que pueden servir para mantener la discreción durante el rodaje o en ocasiones realmente ser candidatos a falta de una idea mejor, lo que visto en perspectiva es una bala esquivada: How The Solar Space Was Won para 2001: una odisea del espacio, The Tribal Rites of the New Saturday Night para Fiebre del sábado noche o el espantoso Star Beast para una película tan elegante como Alien. Y finalmente hay títulos —a menudo de producciones de muy bajo presupuesto— que buscan llamar la atención a toda costa resultando disparatadamente largos, pese a que ello dificulte su memorización y resulten un tanto difíciles de mencionar en una conversación cualquiera: Night of the Day of the Dawn of the Son of the Bride of the Return of the Revenge of the Terror of the Attack of the Evil, Mutant, Hellbound, Flesh-Eating Subhumanoid Zombified Living Dead, Part 3.
En fin, pudiera llegar el día en que hablásemos de todos estos asuntos con gran detalle y la atención que sin duda merecen, pero hoy no es ese día. Hoy nos centraremos en los títulos buenos. Aquellos que son certeros, brillantes, inspiradores e ingeniosos y que a menudo (aunque no necesariamente) corresponden también a grandes películas. Para ello citaremos el original en inglés o la traducción al castellano si esta ha sido fiel. Naturalmente además de votar puede añadir sus favoritas si lo desean.
(La caja de voto se encuentra al final del artículo)
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Sexo, mentiras y cintas de vídeo
Como sabe cualquiera que escriba en internet, donde puede medirse con exactitud el número de visitas, añadir la palabra «sexo» a un titular es un éxito seguro. Steven Soderbergh ya lo intuía allá por 1989 y solo tuvo que añadir dos términos más, de manera que en conjunto resultaba una certera definición del argumento de la película y se convertía en una expresión sorprendentemente pegadiza. Una manera de evaluar la calidad de un título —además del criterio personal— está en observar su capacidad para convertirse en un meme y replicarse incontroladamente, de manera que todo el mundo llegue a conocerlo y finalmente, movido por la curiosidad, termine viendo la película. Algunos títulos de películas llegan a ser motivo de múltiples referencias, homenajes y juegos de palabras en el ámbito periodístico, en canciones e incluso en el habla cotidiana. Es el caso de todos los que veremos a continuación, pero me atrevería a decir que este es, no sé si el mejor, pero sí el más parafraseado en toda clase de contextos.
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Al este del Edén
El título fue mérito del autor de la novela adaptada, John Steinbeck, quien ya había mostrado pericia en esa tarea con Las uvas de la ira. Ambos resultar ser citas bíblicas, un filón extraordinariamente fructífero para bautizar películas: La costilla de Adán, La escalera de Jacob, Carros de fuego, La herencia del viento, Hijos de los hombres, El séptimo sello, Tiempo de silencio, La venganza es mía, Tiempo de morir… los ejemplos son interminables. En este caso en concreto la referencia procede del Génesis, en el que se explica cómo Eva y Adán fueron expulsados por su lado oriental, situar allí la narración es una forma metafórica muy hermosa de hablar sobre la pérdida de la inocencia.
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Ser o no ser
Tras la Biblia, la otra gran fuente de inspiración a la hora de poner nombre a una historia se ha encontrado tradicionalmente en ShakespeareEl ruido y la furia, El invierno de nuestro descontento, Band of Brothers, Los perros de la guerra, Mañana en la batalla piensa en mí… En el caso de la cinta de Lubitsch, además de dar pie al monólogo más célebre de la literatura es una parte fundamental del argumento, siendo el momento en que un actor de la compañía teatral lo recita una de las escenas clave.
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Esplendor en la hierba
Por supuesto otros muchos poetas han dado también combinaciones de palabras tan acertadas que ya solo quedaba recortarlas e imprimirlas en un cartel junto a la cara de los protagonistas. Es el caso del verso que William Wordsworth incluyó en «Oda a la inmortalidad»:
Aunque mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
que en mi juventud me deslumbraba.
Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos,
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo.
Como en el ejemplo anterior están incluidos en momentos cruciales del guion, primero con Natalie Woodrecitándolo en mitad de la clase y finalmente en el desenlace con ella rememorándolo íntimamente y entendiendo, ahora sí, su significado.
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Eternal Sunshine of the Spotless Mind
Aquí fue un verso del poema «Eloísa a Abelardo», de Alexander Pope:
¡Qué feliz es la suerte de la vestal sin tacha!
Olvidarse del mundo, por el mundo olvidada.
¡Eterno resplandor de la mente inmaculada!
Cada rezo aceptado, cada deseo vencido.
Es bonito, aunque para tratarse de una película de Jim Carrey debió parecerle demasiado sofisticado a la distribuidora en nuestro país y optó por ¡Olvídate de mí! Le quita mucho encanto, la verdad, aunque nos queda el consuelo de que peor hubiera sido Olvido por pelotas.  
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Lo que el viento se llevó
Otro poeta que merece mención, y por partida doble, es Ernest Dowson. De su poema «Vitae Summa Brevis» surgió el título de la película de Jack Lemmon Días de vino y rosas, mientras que de «Non sum qualis eram bonae sub regno Cynarae» la novelista Margaret Mitchell extrajo lo que daría nombre a su obra más conocida y tan bien adaptada al cine.
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La novia vestía de negro
Aunque recuerda a aquel célebre oxímoron de Paul Celán «leche negra del alba», el escritor Cornell Woolrich no pudo inspirarse en él dado que su novela es anterior. En cualquier caso es un título muy acertado para un thriller que va en la línea de Kill Bill.
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Moscú no cree en las lágrimas
En un año de gran tensión política en el que Estados Unidos boicoteó los Juegos Olímpicos de la URSS, esta película logró sin embargo el Óscar al mejor film en lengua extranjera. Pues eso, que los rusos no lloran, de hecho viendo ciertos vídeos de YouTube ni siquiera parecen saber qué es el dolor.
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Centauros del desierto
No todo va a ser tronar contra los títulos traducidos, The Searchers resulta bastante escueto, no nos ubica, pero uno oye Centauros del desierto y ya es otra cosa. Es tan característica la imagen de un vaquero montado a caballo que casi parecen un solo ser, como aquellas criaturas mitológicas, aunque ya nos especifican que no habitan ninguna montaña griega sino el desierto.
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El bueno, el feo y el malo
Seguimos con los wésterns dado que han aportado muchos títulos memorables, quizá porque requieren expresar épica o brutalidad en unas pocas palabras. Este que rodó Sergio Leone en España no puede ser más certero, presentándonos a los tres protagonistas y el rol que cada uno cumple en la historia.
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Sospechosos habituales
Convertida gracias a esta película en una expresión de uso común en los medios de comunicación, curiosamente el guionista la encontró en uno: en un artículo de Spy Magazine titulado «The Usual Suspects». Ese texto aludía a un diálogo de Casablanca, cuando el capitán Renault encubre a Rick por la muerte de un oficial nazi, pidiendo a su subordinado que convoque a los sospechosos habituales.
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Alguien voló sobre el nido del cuco
Oliver Goldsmith fue un escritor irlandés del siglo XVIII autor de diversas rimas infantiles, una de ellas hablaba de una bandada de gansos, de los que uno voló hacia el este, otro hacia el oeste y otro voló sobre el nido del cuco. La canción la recordaba dentro de la narración el personaje del indio corpulento, de cuando se la cantaba su madre de niño y simboliza el destino de cada uno de los personajes.
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Amanece, que no es poco
Una cinta rebosante de frases memorables debía tener un título a la altura. Pues eso, que ver comenzar un nuevo día, por malo que sea, ya es algo importante. Faulkner, por el que en este pueblo hay verdadera devoción, lo dijo con otras palabras: «Si tuviera que elegir entre el dolor y la nada, elegiría el dolor».
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La naranja mecánica
Anthony Burgess afirmaba que en 1945, en un pub de Londres, escuchó por primera vez la expresión «tan raro como una naranja de relojería» y le gustó tanto que quiso utilizarla en una de sus novelas. Esta que adaptó Kubrick dotaba la expresión de un nuevo sentido, añadía el autor, al representar de forma metafórica el método pavloviano al que se somete al protagonista, como una máquina controlando un organismo vivo.  
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Apocalypse Now
Contaba John Milius en un documental que le dedicaron que en los años sesenta disfrutaba provocando a los hippies sustituyendo en sus chapas el símbolo de la paz por un hongo nuclear y su lema «Nirvana Now» por «Apocalypse Now». La expresión es contundente y le viene como anillo al dedo a una película bélica centrada en un personaje tan nihilista como el coronel Kurtz. A tan peculiar guionista y director ya le dedicamos este artículo.
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A Nymphoid Barbarian In Dinosaur Hell
Las producciones de bajo presupuesto del género de terror y ciencia ficción suelen carecer, a diferencia del porno, de esa clase de rimas que no hacen prisioneros (Bajo el abeto te la meto, etc.), pero hay que admitir que en ocasiones son también brillantes. Ahí tenemos a C.H.U.D. (Caníbales Humanoides Ululantes Demoníacos) o esta otra con la que cerramos la lista, de la que nos tememos viendo su tráiler que no es capaz de estar a la altura de su título.

[Fuente: www.jotdown.es]

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