El teatro raramente se habrá centrado en las convulsiones del mundo
como en la 70ª edición del Festival de Aviñón, que concluye este domingo
tras casi tres semanas en una Francia conmocionada por el atentado del
14 de julio en Niza.
La asistencia, que se preveía buena por un
alto nivel de reservas, no se amedrentó por el ataque, reivindicado por
el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y que dejó 84 muertos y
centenares de heridos.
La organización, después de estudiar una
cancelación o suspensión de la programación, decidió mantenerla como "un
gesto de resistencia" frente a "las tinieblas".
Y el público
halló en las obras indagaciones sobre una actualidad que no da tregua,
con ecos del ascenso de fuerzas neonazis, de éxodos de proporciones
bíblicas o del exterminio de mujeres en la ciudad mexicana de Ciudad
Juárez.
- Violencia y extremismos -
Ya desde la apertura, el
belga flamenco Ivo van Hove retrató la caída a los infiernos de una
familia de industriales en la Alemania nazi en la obra 'Los condenados'.
El
Palacio de los Papas acogió esa pieza, una adaptación de la película
'La caída de los dioses' de Luchino Visconti, interpretada
magistralmente ahora por los actores de la Comédie Française, que
concluye con un escalofriante simulacro de fusilamiento del público.
Tampoco la pieza visionaria del austriaco Thomas Bernhard fue el mejor remedio para reconfortarse.
'Plaza
de los héroes', publicado en 1989, dibuja el retrato ácido de un país
que no ha saldado cuentas con su pasado, en momentos en que Austria se
prepara para unas elecciones presidenciales que en noviembre opondrán a
un candidato ultraderechista y un ecologista.
"Hoy en día hay más
nazis en Viena que en 1938", clama el dramaturgo. "Esto no acabará bien,
no hace falta ser particularmente inteligente para comprenderlo", dice
uno de los personajes.
"El arte debe anticipar la actualidad",
considera su director, el polaco Krystian Lupa. "Cuando ocurren cosas
peligrosas en nuestros países, el deber del artista es protestar,
compartir sus intuiciones".
En 'Tristesses', la belga Anne-Cécile Vandalem contó, como
si de una novela policiaca escandinava se tratara, la cínica llegada al
poder de un dirigente de la ultraderecha en Dinamarca.
Y
mientras el atentado de Niza del pasado 14 de julio dejaba un reguero de
dolor, la obra '20 de noviembre', dirigida por la sueca Sofia Jupither,
describía minuciosamente la confesión delante de una cámara de un joven
que se dispone a cometer una masacre.
- 'Compromiso barato' -
El
francés Julien Gosselein participó en el festival con una adaptación de
la célebre novela del chileno Roberto Bolaño '2666', en una maratoniana
pieza de doce horas, muy aplaudida.
También la violencia es parte
esencial de esta obra, en la que el vídeo está omnipresente, en forma de
una serie de asesinatos de mujeres en una localidad de México inspirada
en Ciudad Juárez, donde cientos de mujeres y niñas han sido realmente
asesinadas desde 1993.
Otro
chileno, Marco Layera, arremete contra los "burgueses bohemios" de su
generación en la obra 'La dictadura de lo cool', una crítica de la élite
cultural a la que pertenece el propio director, que trata de arrancarle
la máscara del compromiso barato, muy en boga en nuestros días.
- ¿Y Dios en todo esto? -
¿Cómo
vivir sin Dios? Es la pregunta recurrente que plantea Dostoievski en
'Karamazov', adaptada en cinco horas por Jean Belloroni. Su teatro
expresivo, sin vídeo pero con canciones, música y decorados móviles
entusiasmó a los jóvenes especialmente.
En 'Le radeau de la
méduse' ('La balsa de la medusa'), Thomas Jolly representó la deriva de
una barca donde 13 niños habían encontrado refugio. La rígida fe de Anna
la llevará a sacrificar a otro niño para conjurar la maldición bíblica
que ella cree ver en el 13 de la Última Cena.
[Fuente: www.globedia.com]
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