segunda-feira, 9 de fevereiro de 2015

Una reconstrucción del frustrado regreso de Perón a la Argentina en 1964



En su libro 1964, el periodista Ariel Hendler reconstruye con minucia el frustrado intento de Juan Domingo Perón de regresar a la Argentina tras una década de exilio, una operación alentada por el clima de apertura democrática que se produjo con la llegada a la presidencia del radical Arturo Illia que sin embargo no prosperó y obligó al expresidente a prolongar su estancia en España. "Un hecho maldito en la larga historia de un hecho de por sí maldito como el peronismo": así define Hendler este episodio que tuvo lugar el 2 de diciembre de 1964, cuando Perón llegó hasta Río de Janeiro -donde su avión hizo escala- pero debió volver a España sin haber cumplido su propósito de retornar al país.

1964. Historia secreta de la vuelta frustrada de Perón, editado por Planeta, relata por primera vez en forma “orgánica” y detallada ese episodio del que sólo existían hasta ahora referencias fragmentarias y dispersas.

Según indica Hendler en la introducción, el suceso fue celosamente ocultado por todos los involucrados, ya que ninguno de ellos "tuvo de qué enorgullecerse": Perón fue detenido en el aeropuerto de Río de Janeiro por pedido expreso del gobierno de Illia a la dictadura brasileña, luego devuelto a Madrid en el mismo avión "y nadie tuvo nada que festejar".

La historia, narrada con un estilo ameno, comienza en el momento en que el líder peronista anuncia su retorno, poco después de la asunción del radical, elegido presidente en elecciones en que el peronismo estuvo proscripto y votó en blanco.

Apenas asumido, Illia hizo saber que el general era libre de volver al país como cualquier otro ciudadano y éste decidió aceptar el reto para recuperar la influencia perdida y retomar la conducción de su propio movimiento, amenazada por las conjuras en las sombras del metalúrgico Augusto Vandor.

Para contar todo lo que ocurrió a partir de entonces, Hendler se vale -y lo exhibe en cada página- de innumerables fuentes escritas: diarios y revista de la época, viejos libros de memorias de Antonio Cafiero o Jorge Antonio, y la correspondencia en tiempo real de Perón (entre otros con John William Cooke), entre muchas otras fuentes escritas.

La obra tiene su punto cumbre en un informe reservado e inédito enviado por el embajador argentino en Brasil al canciller Miguel Angel Zavala Ortiz, "un antiperonista furioso", en el que relata cómo monitoreó personalmente todas las diligencias del gobierno militar de Brasil para deshacerse de su ineperado huésped.

El texto se nutre también de entrevistas a viejos militantes peronistas aún vivos y con memoria lúcida, como el ferroviario Lorenzo Pepe o los por entonces jóvenes revolucionarios Jorge Rulli (autor del prólogo), Gonzalo Chaves y Pancho Gaitán. Pero también a exfuncionarios de Illia, como Juan Octavio Gauna -cuyo padre, del mismo nombre, era el embajador argentino en España,- que exponen su punto de vista sin caer en demonizaciones.

Sobre el final, Hendler reconstruye la “traición” a Perón por parte de la cúpula sindical, incapaz de movilizar a sus bases en apoyo al retorno del líder cuando éste se encontraba detenido en Río de Janeiro.

En este punto, el autor destaca el contraste entre esta pasividad y la capacidad de organización que había demostrado el vandorismo a mediados de ese mismo año, cuando lanzó su histórico plan de lucha con miles de ocupaciones de fábricas.

El libro se adentra en episodios del pasado reciente poco o nada conocidos, un camino que el autor había transitado ya en su primera obra, La guerrilla invisible, dedicado a las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL), y en la biografía Darío Santillán, el militante que puso el cuerpo -de la que es coautor junto a Mariano Pacheco y Juan Rey-, publicadas respectivamente en 2010 y 2012. 

[Fuente: www.telam.com.ar]

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