Por Graciela Melgarejo
El tiempo pasa y, en materia de lenguaje y de palabras, cambia bastante algunas reglas. Lo cual, como se verá, trae alivio a muchos hablantes a los que les preocupa su idioma. La semana pasada, hubo dos coincidencias. Tanto Jorge Cubero Schiaffino como Rodolfo Rodríguez, lectores de LA NACION y de esta columna, resaltaron lo que a su juicio era un error.
En el artículo publicado el 12/9, "El previsible estallido de la banalidad", el profesor Mariano Narodowski, expresaba entre otros conceptos: "La administración surgida en 2003 mantuvo los fundamentos de inequidad y baja calidad que asolan a la educación argentina". La duda de los lectores era sobre la conjugación del verbo asolar en esa persona del presente de indicativo. Está muy bien la duda porque tradicionalmente este verbo, asolar 1, es irregular. Si se consulta el Diccionario de la RAE en línea, y se cliquea en el botón azul a la izquierda de la entrada, se despliega la conjugación del verbo asolar 1, como la de contar (http://bit.ly/1AXfrIT): "La vocalo de la raíz diptonga cuando es tónica". Claro que también está asolar 2, que es regular.
Para no perder más tiempo (ni caracteres), en la entrada asolar (http://bit.ly/1mmZ1YQ) del Diccionario panhispánico de dudas está la solución. Dice el DPD que asolar es el "infinitivo de dos verbos transitivos etimológicamente diversos". En el punto 2. (el que interesa a nuestros dos lectores, pero también a cualquier otro hispanohablante), está la explicación al misterio de por qué se mantuvo "asolan": "La distinción entre uno y otro verbo está desapareciendo: ambos comparten el sentido profundo de 'destruir por completo' y tienden a conjugarse como regulares. Por tanto, hoy son normales en la lengua culta las formas asolo, asolas, etc., también para el primero de los verbos indicados: «El tifón Linda [...] asola Vietnam y Tailandia» (Picazo Grillos [Esp. 2000])".
Las obras de consulta están, precisamente, para eso: para consultarlas. Ante otra inquietud del lector Rodríguez, volvemos al DPD. Escribe Rodríguez en el mismo mail: "Observo que no solamente se conjugó mal el verbo asolar sino que además es incorrecta la palabra inequidad, pues lo que corresponde es iniquidad". Para el DPD, inequidad es "Desigualdad o falta de equidad': «Una sociedad convencida de la inequidad del reparto de la renta y la riqueza carecerá del mínimo de cohesión social» (FdzOrdóñez España [Esp. 1980]). No debe confundirse con iniquidad (maldad o injusticia'; iniquidad)".
La práctica siempre pone en jaque a la teoría, porque siempre está un paso más adelante. Para concluir esta columna de hoy, una recomendación para lectores del vasto mundo del español: de Babelia, la revista literaria del diario El País de España, vale la pena leer a Antonio Muñoz Molina y su artículo "Bioy, centenario" (http://bit.ly/1p61ToU): "El español, lo mismo el de aquí que el de América -escribe Muñoz Molina-, no parece un idioma propicio a la confesión en voz baja, a los matices de lo íntimo en primera persona. O nos ponemos solemnes o nos ponemos hipócritas o pudibundos (...) En Bioy hay una desenvoltura de escritor de diarios inglés, con toda su ironía y su melancolía". Bioy, maestro de la lengua, ahora y siempre.
[Fuente: www.lanacion.com.ar]
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