Biografía de Tom Waits
Perro de la lluvia
Luis Fernando Iglesias
SI EN EL NEGOCIO de la música existe alguien interesado en mantener su vida privada lejos de las biografías, es Tom Waits. El deseo de reserva aumentó cuando en agosto de 1980 se casó con Kathleen Brennan, la mujer que pasó a ser, además de su esposa, su socia artística. El cerrojo a su intimidad ha querido ser violado por periodistas que desean averiguar los detalles del camino que sacó a Waits de las cloacas y lo llevó a una confortable casa suburbana. Pero ni siquiera han podido ubicar, con certeza, el preciso lugar donde la pareja vive con sus tres hijos, en Sonoma County, California, que debe parecerse a los hogares que él definía como el "infierno" en sus épocas de joven cantante del club The Troubadour de Los Angeles, a comienzos de los setenta.
Es tentador abordar una biografía en la que su autor aclara desde el prólogo que no tuvo colaboración del protagonista ni de sus personas más cercanas. Keith Richards, al recibir un breve mensaje de la pareja Waits-Brennan, revió su decisión original de hablar con Barney Hoskyns, porfiado autor de The lowside of the Road, espantosamente rebautizada en español como La coz cantante. Biografía en dos actos. Aunque resulte irónico esa perseverancia de la pareja por mantener a salvo su vida de miradas indiscretas, solo ha incrementado la curiosidad.
En la canción "What`s He Building?" (¿Qué es lo que está construyendo?) de Mule Variations (1999), Waits recita las inquietudes de vecinos que escuchan y ven cosas extrañas en una casa donde vive una persona solitaria y misteriosa. Se preguntan qué hace ahí dentro y terminan con un imperativo "nosotros tenemos derecho a saber". La ironía es clara. Waits se identifica con ese solitario sospechoso y, en su concepto, la gente solo tiene derecho a saber lo que él quiera contar o mentir. "A la gente no le importa que le cuenten la verdad o no, solo quieren que les cuenten algo que no sepan... Si estás viendo una película muy mala y alguien te dice `Esta es una historia real`, ¿hace eso que la película sea mejor?"
Años salvajes. Nació el 7 de diciembre de 1949, en la localidad de Pomona, California. Hijo de Jesse Frank Waits y de Alma Johnson McMurray, ambos maestros de escuela, sus padres se separaron y el niño, junto a sus dos hermanas y su madre, se mudaron a San Diego, cerca de la frontera con México. Frank enseñaba español y era usual que llevara a sus hijos a cortos viajes por Tijuana. De ese tiempo, recuerda las rancheras que escuchaban y presiente que ahí fue que nació su vocación por la música, aunque el recuerdo es agridulce. Su padre daba un par de dólares a los mariachis, para que tocaran mientras bebía en forma descontrolada, y terminaba marchándose con los músicos. Los tres niños debían encontrar el camino hacia el hotel por sus propios medios. El padre aparecía al día siguiente "…porque se había quedado dormido en la cima de algún monte contemplando la ciudad." El alcoholismo de Frank fue una pesada herencia.
Un compañero de colegio le enseñó una breve progresión de acordes en la guitarra y supo que ese era su destino. En lugar de sumarse a lo que escuchaban los adolescentes californianos, a Waits le gustaba la música negra, en especial la de James Brown, y lo apasionaban los primeros discos de Bob Dylan. Nada podría separarlo ya de la música, pero sus primeros empleos fueron como lavaplatos en una pizzería de nombre Napoleone, a la que mencionaría en su canción "The Ghosts of Saturday Night (After Hours at Napoleone`s Pizza House)". Después fue portero del Club Heritage de San Diego, donde montó un número en la puerta, que hacía que hubiera más personas afuera que adentro del club. Finalmente consiguió su primera actuación como cantante del local, aunque, por un buen tiempo, ganaba más dinero cuidando la entrada que sobre el escenario.
En 1973, consiguió grabar su primer álbum, Closing Time, con el sello Elektra/Asylum. Parecía el surgimiento de un nuevo cantautor de baladas folk con buenas tonadas y letras de amor. Sin embargo, había sospechas de que no sería uno más. En su segundo trabajo, el excelente The Heart of Saturday Night (1974), la sospecha se confirma. La música es más rica y compleja con influencias, entre otros, de Thelonious Monk, Randy Newman, George Gershwin, Ray Charles y Frank Sinatra. Un álbum con mucho piano, baladas, blues, algo de jazz y un puñado de canciones que permanecen entre las mejores del músico, como "San Diego Serenade", "Semi Suite", "Shiver Me Timbers" o la que le da el nombre al disco. Las letras se refieren a la vida nocturna en Los Angeles, bares y clubes atestados de gente con poco dinero en el bolsillo y casi ninguna idea acerca de qué hacer con sus vidas. "Me gusta la contaminación, el tráfico, la gente rara, los atascos, los vecinos molestos, los bares abarrotados, y paso la mayor parte del tiempo en el coche yendo a ver una película...", decía en una entrevista para promocionar el disco. Su notoriedad comenzaba a crecer pero, como declaró un año después, "soy tan sólo un rumor".
La voz. En los primeros años de su carrera, Waits fue telonero de varios artistas. Entre ellos Frank Zappa, con quien compartía el mismo manager, Herb Cohen. Las giras con Zappa y su banda, The Mothers of Invention, fueron un verdadero martirio. El público lo hostigaba todo el tiempo que estaba en escena a solas con su piano vertical. El músico enfrentaba al público forzando su garganta para intentar ser escuchado sobre el abucheo. Según Hoskyns, esa pudo ser una de las razones del cambio de su voz, a lo que también contribuyó el descontrolado consumo de cigarrillos, café y alcohol. Waits siempre quiso parecer un hombre mayor y comenzó a delinear su personaje. Gorro de vendedor de diarios de los años veinte, pantalones arrugados y camisas sucias, junto a un cigarrillo Viceroy colgando siempre de sus labios. Eso se completaba con un bastón de madera de segunda mano comprado al Ejército de Salvación, en el que grabó su nombre. Waits fue siempre apasionado de la cultura beatnik, lector de Jack Kerouac y admirador de Charles Bukowski. Fue este último quien dio uno de los juicios más duros sobre el cantante, al decir que no tenía un solo hueso original en su cuerpo, y que le resultaba obsceno ese aprendizaje de perdedor de las clases bajas que había inventado. Waits comenzaba a parecerse, en forma peligrosa, a su personaje.
El cambio de registro de voz comienza a notarse en Nighthawks at the Diner (1975), un álbum doble grabado en vivo en un restaurante, donde matiza canciones con bromas e historias, pero que se transforma en un sonido carrasposo y lleno de emoción, definido como una mezcla de Louis Armstrong con Humphrey Bogart, en "Tom Traubert`s Blues", la canción que abre su cuarto álbum, Small Change (1976). En ella, cuenta la historia de un hombre que anda arruinado y herido por las calles nocturnas de una incierta ciudad, cansado de que nadie hable inglés y de estar rodeado de soldados. Es un hombre con un último recurso: pedir un par de dólares a un tal Frank, para poder ir a bailar un vals con Matilda. El estribillo, sacado de una tonada tradicional australiana, es el que ha dado su título alternativo "Waltzing Matilda", una sucesión de profundas imágenes sobre la soledad: "…es una vieja valija, hacia un hotel en algún lado, y una herida que nunca cicatrizará, ninguna prima donna, el perfume de una vieja camisa manchada de sangre y whisky, y buenas noches a los barrenderos, los vigilantes que mantienen la llama y buenas noches también a Matilda".
Cuando Waits fue a Australia, antes de cantarla dijo: "Esta es una canción, que tomé prestada de vuestro himno nacional no oficial… conocí a esta mujer llamada Matilda... había tomado un poco de más esa noche. Tiene que ver con vomitar en un país extranjero. Ese sentimiento". En una corta visita a Dinamarca, Waits asistió a un programa de televisión donde le presentaron una bella cantante llamada Mathilde Bondo. Congeniaron y ella se prestó a mostrarle la parte más sórdida de la ciudad, "...fueron a varios bares... y terminaron en un hotel, borrachos como cubas. ¿Qué pasó en ese hotel? Nadie, excepto ellos dos, lo sabe". Años después, en una radio, el incidente fue mencionado. Llamaron a Mathilde y la pusieron al aire. "Ella se sorprendió, pero confirmó la historia. También dijo que Tom le envió una copia del álbum Small Change, como recuerdo de una buena noche."
Rescate. En 1979, cuando se acercaba a los 30 años, Waits comenzó a preocuparse. "Beber y fumar, fumar y beber, comienzan a pasarme la factura", y, por primera vez, hizo algún comentario referido a que le gustaría formar una familia. Su relación con la cantante Rickie Lee Jones había finalizado, pero los huesos del músico ya no se sentían cómodos durmiendo en hoteles baratos o despertando en algún auto. Había grabado seis álbumes y ya tenía algunas canciones para el próximo, que se llamaría Heartattack and Vine. Su relación con Elektra/Asylum era mala. Las ventas no eran tentadoras para la discográfica y Waits, un eterno inconformista, buscaba algo nuevo.
El director Francis Ford Coppola, luego de terminar Apocalypse Now, lo convocó para su próximo proyecto: una película de amor ambientada en Las Vegas que se llamaría One from the Heart. El director se había enamorado del dúo Waits-Bette Midler que había escuchado en la canción "I Never Talk to Strangers", de Foreign Affairs (1977), y quería construir una película a través del diálogo de una pareja en ese mismo estilo. Midler no aceptó el ofrecimiento y la "pareja" de Waits fue la cantante country Crystal Gayle. Para componer el resto de las canciones, el músico se instaló en Zoetrope, la productora montada por Coppola, donde ocurrió lo siguiente: "Anoche me ocurrió algo alucinante. Estaba sentado tocando el piano, cuando llaman a la puerta… y me encuentro a una hermosa chica…`¿Qué haces?´ Y yo le digo: `Estoy escribiendo canciones…´". Así conoció a quien sería la persona más importante en su vida: Kathleen Brennan. Un año después, rompería con Elektra/Asylum, al no ser aceptado su nuevo y extraño trabajo. Alentado por quien ya era su esposa, el músico comenzaría la segunda gran etapa de su vida.
Bajo tierra. Si la apertura de "Tom Traubert`s Blues" había impresionado al oyente desprevenido ante el cambio de voz, "Underground" (la primera canción de Swordfishtrombones, de 1983) fue un puñetazo al oído de los seguidores de Waits. La canción, que años después sería utilizada en la película Robots (2005), de Pixar, parece grabada en medio de una fábrica, con sonidos "industriales" y percusión de caños, mientras habla del mundo que existe bajo la tierra. El resto del álbum apenas se permite algunos respiros, con impecables baladas como la hermosa "Soldier`s Things", intercalada con canciones extrañas interpretadas con instrumentos no tradicionales. El álbum fue bien recibido por la crítica, pero no tuvo demasiado éxito comercial. Sus seguidores contuvieron la respiración a la espera del siguiente registro.
Rain Dogs (1985) es una colección de diecinueve canciones compuestas en un sótano del bajo Manhattan, en un período de dos meses. En forma inevitable, los sonidos de New York se colaron en casi todos los temas. Apenas se incluía el piano y en cambio se utilizaban instrumentos poco presentes en el rock: acordeón a piano, marimbas, banjo, trombón. Cuando le preguntaron con qué músico le gustaría contar para la grabación, por hacer una broma, dijo: Keith Richards. A los pocos días, recibió una esquela "Que empiece el baile" firmada por el guitarrista, que llegó a Nueva York con un asistente, varias de sus guitarras y una botella de whisky "amargo". No pudo seguirle el tren en cuanto a la bebida, dado que en esa época intentaba controlarse. Podía tomar una copita de jerez antes de acostarse, leer un poco a Balzac, pero "…apagas la luz a las ocho y media… y, antes de darte cuenta, estás con una caja de Cutty Sark en una habitación barata y con una revista porno". En cuanto al título, Waits expresó: "…cuando llueve los perros, no encuentran el camino de vuelta a casa… todos los lugares donde mearon han sido lavados por el agua". Todo ha cambiado de lugar para los "…que duermen en los portales… no tienen tarjetas de crédito… no van a la iglesias... vuelan por intuición, sentados en el suelo del avión". La vida de esos desposeídos que buscan una razón para seguir era la temática del disco donde se encuentra el primer tema compuesto junto a su esposa: "Hang Down Your Head". Considerado uno de sus mejores álbumes, recibió veladas críticas, al incluir una canción netamente pop como "Downtown Train", también editada como simple, para la que contrató a músicos de sesión, entre los que se encontraba el bajista Tony Levin.
La trilogía de discos "raros" grabados para Island Records concluye en 1987, con la versión final del musical o pequeña ópera Frank`s Wild Years. La decisión de su padre de terminar con su matrimonio le serviría de inspiración para relatar esa historia de un hombre que abandona a su familia y prende fuego su casa, antes de intentar triunfar en New York. El oyente nunca está seguro de si lo que pasa es realidad o todo se trata de un sueño de Frank.
Aún más oscuro que los dos discos anteriores, sobresalen las canciones "Innocent When You Dream", utilizada posteriormente en el final de la película Smoke, de Wayne Wang y Paul Auster, y "Way Down in the Hole" que sirviera, años más tardes, como presentación de la exitosa serie The Wire.
Años por venir. En los noventa, pareció que el "rumor Waits" crecía. Bone Machine (1992), nuevamente con la colaboración de Richards, fue uno de sus álbumes de mayor éxito y ganó un Grammy al mejor disco de rock alternativo. "¿Alternativo a qué?", comentó el músico, molesto. Abandonó Island y se enroló en el pequeño sello discográfico Anti, con el que en 1999 sacó al mercado el excelente y también exitoso Mule Variations, que obtuvo un Grammy a mejor álbum folk contemporáneo. El disco finalizaba con un fervoroso himno religioso, "Come on Up to the House", donde el cantante muestra su filosa pluma: "Todos tus llantos no harán nada bueno, vengan a la casa, baja de la cruz, podemos usar la madera, vengan a la casa".
Waits entendió que no era necesario ser el personaje que relataba en sus canciones para contar esas historias, y que las podía componer con su mujer, en su casa suburbana. Sabe que al público le gusta que sus ídolos cometan excesos que ellos no pueden, y que le cuenten cómo es, pero que también les apasiona ver cómo esas almas perdidas, luego de rebotar contra el fondo, se recuperan.
Con la ayuda de Alcohólicos Anónimos, Waits ha logrado mantenerse sobrio, pero que lleve una tranquila vida familiar no significa que se haya domesticado. Es capaz de sacar dos álbumes a la vez (Alice y Blood Money, de 2002) donde se notan sus dos personalidades. De un lado, la afilada espada de imprevisible y furioso músico. Del otro, el dulce pianista de baladas. Ha experimentado con el hip hop y el funky en Real Gone (2004) y desafiado la lógica del mercado editando el álbum triple Orphans: Brawlers, Bawlers & Bastards (2006), con algunas canciones nuevas, material anteriormente descartado, covers y experimentos. Glitter and Doom Live (2009) refleja parte de la acotada gira que realizó por países europeos y estados norteamericanos a los que eligió según su presentimiento o la forma en que se alineaban los astros. En su último registro, Bad as Me (2011), ha logrado una sabia mezcla de baladas folk ("Back in the Crowd", "Pay Me"), ritmos funky ("Bad as Me") y roqueros ("Chicago"), junto a algunas canciones inclasificables, todas con el inconfundible estilo de Waits.
Es, antes que nada, admirado por otros músicos que han hecho populares sus canciones, como Rod Stewart, Bruce Springsteen, Tori Amos, The Eagles o The Ramones. Incluso la actriz Scarlett Johansson se animó a grabar en 2008 Anywhere I Lay My Head, interpretando diez canciones de Waits a las que el músico, en forma discreta, dio su bendición.
En ese personal camino de más de cuarenta años, peleando por su derecho a ser original e independiente, Waits ha logrado que la industria piense dos veces antes de meterse con él. Pese a ello, o acaso a consecuencia de ello, en 2011 fue incluido en el Rock and Roll Hall of Fame. "Dicen que no hago canciones de éxito y que soy un tipo difícil con quien trabajar… ¡y lo dicen como si fuera algo malo!", declaró entonces. Agradeció a sus hijos y a su esposa, afirmando que "en realidad las canciones son sólo cosas interesantes que puedes hacer con el aire". Cuando recibió el trofeo de manos de Neil Young, pidió una pequeña réplica para usarla como llavero. Le sería de utilidad cuando algún policía quisiera arrestarlo y, al verlo, algún compañero le diría: "Ey, Mack, quítale las esposas. Creo que éste tipo está en el Hall of Fame."
TOM WAITS. LA COZ CANTANTE, de Barney Hoskyns. Global Rhythm, 2009. Barcelona, 430 págs. Distribuye Océano.
(Otra nota sobre Waits fue publicada en el nº 1018 de El País Cultural).
Publicidad e imitadores
WAITS no admite que su música se relacione con ninguna marca comercial. Alguna vez comentó que, si Michael Jackson deseaba trabajar para Pepsi, debería conseguir un traje y pedir una oficina a dicha empresa para darse el gusto. En la década del ochenta, ganó un sonado juicio a Frito Lay, que tuvo que pagarle casi dos millones y medio de dólares. La demanda se basó en apropiación indebida de la voz y falsa designación de productos, lo que atacaba la propiedad intelectual y el derecho a la imagen del músico. La firma demandada argumentó que solamente habían reproducido su estilo de cantar, lo que no fue aceptado por el jurado. Un detalle gracioso es la forma en que dicho tribunal definió la voz de Waits a través de la opinión de un fan: "…es como uno sonaría si bebiera un cuarto de bourbon, fumara un paquete de cigarrillos y se tragara unas hojas de afeitar… tarde en la noche, luego de no dormir por tres días".
Las arañas, el hombre y Dios
ADEMÁS DE SER un músico original, Waits es un excelente letrista. Quizás su frase más conocida y poderosa sea "no sabes que no existe ningún diablo, es solo Dios cuando se emborracha", que pertenece a la canción "Heartattack and Vine", del álbum del mismo nombre. El músico ha contado la forma en que se le ocurrió. Mientras fumaba en el baño, vio una araña a la que le acercó un fósforo encendido. El insecto comenzó a subir por la tela. Waits abrió una lata de cerveza y comenzó a beber, tomándose su tiempo para decidir si quemaba a la araña, junto con su tela, o si la dejaba tranquila. "Me imaginé que debía de haber alguien allá arriba: se toma un par de copas de vez en cuando, y entonces hay problemas en Times Square".
[Fuente: www.elpais.com.uy]
Me gusta mucho el músico Waits. Hace unos años fui a Estados Unidos y me hospedé en un hotel barato en las vegas. para sorpresa mia, un empleado de allí sabia toda su biografia y me la contó detalladamente por lo que volver a leerla me sorprendió y me hizo acordar a ese viaje. Saludos
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