Con la participación de 29 grupos indígenas de México, tres de Guatemala, cuatro del área yumana y los ocho barrios de Ixtapalapa, la Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios ofrece presentaciones de libros, conferencias, talleres, recitales de poesía, música, danza, medicina tradicional, herbolaria y juego de pelota
Escrito por José Pablo Espíndola
La Ciudad de México tiene un rostro profundamente indígena que ha sido invisibilizado, negado y discriminado. Para combatir eso, se creó la Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios, que busca mostrar todas esas cosas provenientes de la cultura indígena que dota de un rostro singular y caracteriza a los mexicanos.
La Fiesta surgió como resultado de un análisis que mostró un enorme desconocimiento en los capitalinos sobre la realidad indígena en la Ciudad de México. El estudio indicó que los indígenas eran discriminados por su tono de piel, por hablar una lengua distinta al español y por una cuestión económica
“La Fiesta se creó en el Zócalo para visibilizar la presencia indígena y para dignificarla. Muchas de las cosas que nosotros apelamos en nuestro idea de nación, en el pasado, existen ahora, están vivas, son contemporáneas y contribuyen a darle un rostro singular a la Ciudad y al país, y eso es fundamental para entenderla”, explica Iván Pérez Téllez, encargado del Área de Asuntos Indígenas de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
El eje temático de la Fiesta permite elegir tanto al país, la región indígena y al pueblo de la ciudad invitado, en virtud de compartir una misma problemática o una forma de solucionar o encarar algún asunto en común.
En esta ocasión es “Lenguas Indígenas y Movilidad Humana”, por lo que tiene a Guatemala como país invitado, en especial sus poblaciones indígenas quichés, kakchikeles y tzutujiles, mientras que la zona yumana (cucapá, kiliwa, pai-pai y kumiai), de Baja California, asistirá como región indígena mexicana invitada; asimismo, Ixtapalapa (Iztapalapa) y sus ocho barrios participarán como pueblo originario de la Ciudad de México: San Pedro, San Pablo, San José, San Miguel, La Asunción, San Lucas, San Ignacio y Santa Bárbara.
Los grupos indígenas de México que participan en esta fiesta son amuzgo, chol, huave, mazateco, otomí, zapoteco, totonaco, tepehua, chichimeca, huasteco, mazahua, mixteco, purépecha, triqui, tlahuica, chinanteco, chontal, nahuas, pame, tsotsil, tojolabal, tepehuanes, chatino, huichol, maya, mixe, popoloca, tzeltal y tlapaneco.
En años anteriores han asistido 800 mil visitantes, por lo que en esta quinta edición esperan llegar a más de un millón de visitantes, que disfruten de alrededor de 400 actividades, entre presentaciones de libros, funciones de cine, charlas, conferencias, talleres, recitales de poesía, música, danza, pláticas, talleres y exhibiciones de juego de pelota mixteca y purépecha.
PRODUCTOS A LA VENTA
La Fiesta cuenta con más de mil expositores que ponen al alcance de la ciudadanía las obras de arte popular más variadas, convirtiéndose en una gran oportunidad para acercarse a la riqueza textil y cerámica, pero también gastronómica y lingüística de las cosmogonías y las medicinas tradicionales.
“Esta expoventa busca que la gente que fue removida del primer cuadro del perímetro A de la Ciudad de México, como gente que vendía en las calles, que era ambulante, tenga un espacio de comercialización y que se reconozca su labor tradicional de hace décadas en el Zócalo, que ahora se ha criminalizado”, señala Pérez Téllez
La dependencia se puso a trabajar de manera conjunta con las organizaciones indígenas para construir un espacio plural y democrático a través de mecanismos, lo que hizo entender a las autoridades la multiculturalidad por medio de la gobernanza, de sectores que normalmente no se les permite opinar.
“No puede albergar la cantidad de gente que quiere participar, nosotros abrimos un nicho, abrimos un espacio y muchas sectores de artesanos quisieran participar, pero no caben, y la Fiesta tiene un perfil muy definido, que es ser indígena o de un pueblo barrio”, indica el funcionario.
No todo lo que se vende en este evento es una artesanía, porque muchos son revendedores; sin embargo, los organizadores consideran que el trabajo es un derecho humano.
“En nuestro horizonte idealmente creemos que todo lo que se presenta es de artesanos, pero la ciudad es un monstruo que genera ciertas particularidades, nosotros decimos que mucha de la gente que vende en la Fiesta de las culturas indígenas son artesanos, pero no necesariamente lo que venden son artesanías, porque en un contexto urbano, aprendieron a vender lo que se vende”, sentencia Pérez Téllez.
Para el encargado, depende mucho del contexto en que se desarrolla. Dice que los indígenas sí son capaces de comprar un huipil triqui de 8 mil pesos, pero una persona de la Ciudad de México difícilmente pagaría ese precio por algo de esta naturaleza.
“Cuando iniciamos, éramos más puristas creyendo que con una convocatoria y con un trabajo con las organizaciones íbamos a fomentar la labor textil en las comunidades, y nos dimos cuenta de que no, la gente necesita espacios para trabajar, necesita vender y lo que vende son forros de crochet, la gente los compra y eso es lo que se vende. Entonces, sí hay muchas personas que son maestros artesanos, que traen cosas increíbles, pero no los dos mil participantes”, aclara.
LA TRASCENDENCIA
Esta será la primera edición que se realiza luego de que el gobierno capitalino publicó, en 2017, el decreto por el que la Fiesta debe llevarse a cabo durante agosto con el fin de preservar el legado cultural indígena, a través de actividades culturales y en concordancia con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
“Es un espacio que se creó, que es muy importante ahora y que independientemente del gobierno que esté en turno, será un espacio que requiere la Ciudad de México”, opina.
El funcionario espera que también se conserve la visión de la Fiesta, no solo centrarla en el tema de la mexicanidad y el folclor, sino llevarla a todas sus consecuencias y mostrar el rostro indígena moderno en todos los sentidos de la palabra.
“En esta Ciudad viven la mayoría de los grupos étnicos del país, muchos de ellos están en distintos espacios de tomas de decisiones, hay intelectuales, físicos, matemáticos, músicos, poetas y escritores que se debe voltear a verlos. Ellos han construido estos espacios de interlocución con la sociedad no indígena”
Actividades hoy en el Zócalo
>11:00-11:45 Retén Musical
>12:00-12:45 Ollin Nikan Tenochtitlan, rock en idioma náhuatl y performance
>13:00-13:45 Balam Grandeño, música itsmeña
>14:00-14:45 Cantos de yumanos de kuri-kuri, Delfina Albañez cantora pai-pai, Kenneth Reza, cantor pai-pai y Fausto Díaz Ojeda, cantor kumiai
>16:00-16:45 Palabra florida, poesía indígena contemporánea, participan Zulvia América Romero, poeta huave; Claudia Guerra, poeta zapoteca y Óscar García, poeta mazateco
>17:00-17:45 Son de Barranca
>18:00-18:45 La Auténtica de San Juan, chilenas
>19:00-19:45 Niz Dau Ban’d, música oaxaqueña: sones, jarabes, chilenas, swing
[Fuente: www.reporteindigo.com]
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