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El autor de ‘El dios del jardín’ (derecha), junto a E.M. Foster.
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Amistades Particulares nos trae una nueva perla olvidada de otro heterodoxo de la lengua inglesa. Una novela de un amor homosexual publicada en una época en la que el escándalo por el juicio por “sodomita” a Oscar Wilde seguía en mente de todos en Gran Bretaña. Se trata de El dios del jardín, de Forrest Reid.
Graham es un muchacho de quince años que ha vivido siempre sin amigos, asilado del mundo en la gran casa solariega paterna. Su único compañero es un personaje imaginario, un chico griego, un amigo secreto con el que comparte sueños y aventuras ficticias y que lo visita mientras duerme. Cuando está a punto de cumplir los dieciséis años ingresa en un internado para continuar su formación, y allí, en aquel nuevo ambiente, rodeado de chicos como él, su secreto e invisible compañero desaparece, deja de visitarlo durante el sueño. Pero un día se encuentra con Harold, otro alumno del colegio –que se reincorpora tras una expulsión temporal por motivos un tanto oscuros–, el cual, para su sorpresa, resulta ser la viva encarnación de su amigo imaginario, del chico griego que en su casa lo visitaba durante el sueño. Graham se enamora profundamente de Harold, “hermoso como un ángel”, y para su dicha, descubre que el amor es correspondido. Pero el destino se interpondrá de forma trágica entre los muchachos, lo que cambiará para siempre la vida de Graham.
El dios del jardín fue publicado valientemente en 1905, cuando aún estaba en su auge la ola de represión y denuncia contra homosexuales que se propagó por toda Gran Bretaña como consecuencia del juicio por sodomía a Oscar Wilde, de virulencia tal que llevó a muchos de ellos a autoexiliarse. El autor dedicó el libro al gran escritor Henry James –homosexual también, aunque muy oculto y homófobo– que se indignó profundamente al leer la novela, tal vez asustado ante la posibilidad de que la dedicatoria de un libro que ensalzaba el amor romántico entre muchachos, pudiese dar indicios sobre su oculta sexualidad. Ni esta ni ninguna otra obra de Forrest Reid ha sido, hasta ahora, traducida al castellano.

[Fuente: www.papelenblanco.com]
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