domingo, 6 de agosto de 2017

Wilson: una ventana sensible sobre los uruguayos

Fui a ver la película “Wilson” de Mateo Gutiérrez. Estuve en el preestreno y fue un privilegio. Quiero mucho a la familia del “Toba” a su viuda, Matilde y a sus hijos. Era amigo de Marcos, el más grande que conocí junto a su padre en Buenos Aires, en ese maldito apartamento, frente a la embajada de Brasil donde secuestraron al Toba. No soy un observador “objetivo”. Estoy profundamente interesado.

Escrito por Esteban Valenti

"Wilson" es un documental, es un testimonio, es una historia contada desde el corazón, la razón, la profesionalidad y tiene esa rara virtud que cada espectador la recibirá, procesará y vivirá de acuerdo a su propia experiencia y a su propia vida. Porque tiene que ver directamente con nuestras vidas, las de los uruguayos.

Es una ventana que se asoma hacia una parte de la historia, de la crónica, de la tragedia nacional de aquellos años. Desde el nacimiento de Wilson en Nico Pérez- José Batlle y Ordoñez hasta su muerte el 15 de marzo de 1988 a los 69 años de edad, pasando sobre todo por la lucha contra la dictadura. Y voy a comenzar por el final, por la muerte. Es una historia muy bien contada, una historia triste porque todos los espectadores sabemos el final que es un final triste, porque Wilson se murió a una edad en que podía alcanzar el sueño de su vida y por el que militó tantos años: la primera magistratura de su país. Y eso hubiera cambiado la historia nacional.

El relato está construido a través de imágenes, algunas inéditas, otras muy íntimas, personales, familiares para diseñar un personaje en su complejidad y no solo en su figura pública y política. Y ese es un valor adicional.

Está el Wilson esposo, padre, abuelo, amigo y correligionario, no solo desde lo político, sino desde lo humano. Con el relato desde muchos entrevistados. De decenas de horas de grabaciones, se extraen segmentos, muy bien editados y sobre todo compaginados, en bloques temáticos, que siguen el relato de la película y no de las entrevistas. Es cierto, no son entrevistas periodísticas, son conversaciones, donde cada uno contó historias y testimonios sobre Wilson y no es una sucesión interminable de valoraciones y de elogios al caudillo blanco.

Es una película fiel a Wilson sin ser un banderazo blanco. Nadie puede entender a Wilson, su historia y sus vicisitudes personales, sin su condición de blanco, de hombre de partido y sobre todo de uruguayo. Es la vida de un gran uruguayo y la película logra retratarlo sin grandes adjetivos ni refucilos. A través de todo el relato.

Es una película que no rehúye los temas polémicos, las tensiones, las disyuntivas en su vida y en la del país y de su partido. Desde la lucha por las candidaturas dentro del Partido Nacional, hasta su regreso al país, su posición sobre el pacto del Club Naval, la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado y sobre todo su artículo 4to. Y la discusión, no se salda, no se pretende resolverla en el relato, sino dejar planteada las diversas visiones. Eso es ser delicado, sutil y justo con la historia, esa gran dama tan maltratada, incluso en nuestro país. Y me consta que Mateo Gutiérrez tiene fuertes y argumentadas opiniones, pero el hilo conductor de la película -que lo involucra personalmente y sobre todo familiarmente- no está realizada para corroborar una visión, una opinión. Esa parte tan delicada de una historia tan reciente, tan dolorosa, tan llena de apelaciones a las vidas de muchos uruguayos, queda librada a nuestra propia experiencia. No debe haber sido fácil.

Los testimonios son polémicos, algunos llenos de filo, incluso en algunos casos contradictorios si se los observa desde los diversos relatos que se han construido en estos años en el Uruguay, pero son una parte fundamental del relato.

La película tiene una carencia, retrata el esfuerzo, la militancia de Wilson por la libertad de todos los presos, la denuncia del asesinato de los uruguayos en Argentina, pero no cuenta los especiales esfuerzos por la libertad de Liber Seregni. Yo soy testigo directo de ese esfuerzo, en Italia, en Brasil y en otros países.

Es una película para discutir, porque todo lo que hizo Wilson con esa pasión desbordante, con esa oratoria torrencial, con su militancia política nacional, democrática y partidaria da para discutir.

"Wilson" tiene además un mérito innegable, que va más allá de la calidad técnica, de las imágenes y la edición muy bien tratada, no pretende que un muerto ilustre diga cosas "útiles" para nadie.

Es una amplia ventana, que conmoverá a los blancos, que muestra sus diferencias profundas, a veces difícil de hacer compatibles, pero que sin duda conmueve porque Wilson Ferreira es sin duda un caudillo, que le muestra al resto de los uruguayos una parte de nuestra historia reciente, obviamente desde uno de los ángulos, incluso desde una de las visiones polémicas.

Las ventanas cuando se asoman así sobre la realidad, con honestidad intelectual y humana, son siempre un aporte para construir lo que Ferreira Aldunate definió sobre el Uruguay "Una comunidad espiritual", a la cual él contribuyó de manera tan importante en el peor momento de su historia, la cruel dictadura.

Los que fuimos a esa función previa de la película tuvimos el privilegio de escuchar un breve relato de Mateo, cuando a sus 5 años de edad, Wilson visitó el apartamento de su familia en Buenos Aires, en aquellos días de horror y de muerte, y el niño le mostró un par de zapatitos nuevos, que para él, el menor de cuatro hermanos varones de la familia Gutiérrez, era una rareza, heredaba todo de sus hermanos. La anécdota tiene un particular significado, darle a las pequeñas cosas cotidianas, incluso desde la mirada de un niño, un espacio en los grandes frescos de la historia, de las tragedias, de los horrores. Pocos días después secuestraron a su padre y lo asesinaron. Y él tenía unos zapatitos nuevos que le regalaron sus padres...

"Wilson" es una ventana sensible sobre los uruguayos y su pasado reciente. Hacen falta muchas más ventanas de este tipo.


[Fuente: www.uypress.net]

Sem comentários:

Enviar um comentário