Tiene nada menos que 101 años, pero ahora puede asegurar que sigue siendo el mismo del primer día. Se trata de Monopole, la marca de vino blanco más antigua de España y que elabora la bodega CVNE desde el año 1915.
Este vino fresco, fino y seco que con los años ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y a los gustos de la sociedad, vuelve a sus orígenes con Monopole Clásico. Actualmente está disponible la cosecha 2014 en el mercado.
Ezequiel García "El Brujo", enólogo de CVNE desde la década de los 40 a los 70, ha vuelto al trabajo a sus más de 80 años para recuperar el Monopole que él recordaba y quería.
Con María Larrea, actual directora técnica de la bodega, de su lado, han conseguido trasladar a otra época a todos aquellos que ya han catado este vino, que se han lanzado en una edición exclusiva en botella de 75 cl. y un número limitado de magnums de 1,5 litros. Tal y como lo ha descrito Luis Gutiérrez, catador para Parker, Monopole Clásico es "espectacular".
Monopole Clásico nos remonta a los años 70, a través de un vino sabroso, fresco, equilibrado y delicioso, elaborado de una mezcla de uvas blancas.
La crianza tiene una duración aproximada de 8 meses en barricas de 225 litros y botas de 500 litros, uniendo así en este vino a La Rioja y Jerez, dos de las zonas vitivinícolas más emblemáticas de la península.
CARACTERÍSTICAS ELABORACIÓN
Elaborado a partir de la mezcla de variedades de uva que, llegado su punto óptimo de maduración, son vendimiadas de forma manual en cajas de 20 kg. Se prensan suavemente y, al igual que en los años 70, el mosto es llevado a depósito de hormigón para su desfangado.
La fermentación alcohólica se realiza en depósitos de acero inoxidable y terminado este proceso el vino irá junto con la lía fina a completar su crianza a barricas y botas usadas que han contenido anteriormente dos, tres y más vinos, siendo de 300 y 500 l de capacidad.
NOTAS DE CATA
Color amarillo pajizo con tonalidades doradas. En nariz es un vino interesante por su complejidad, notamos no solo las frutas como pera, manzana, grosella blanca y las flores blancas, sino que aparecen aromas más complejos de frutos secos y especiados. En su paso por el paladar nuestros sentidos perciben suavidad, notas de salinidad y un final de elegante acidez que nos proporciona frescor y una retronasal a flores y frutos secos.
[Fuente: www.vinetur.com]
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