Si existe algún movimiento estético dentro de los contornos del tango contemporáneo y su amplio abanico de derivados que vaya a ser señalado -por su singularidad y creatividad- con la perspectiva de los años es aquel que empuja el pianista Diego Schissi, que presentó ayer formalmente en Café Vinilo "Timba", su tercer álbum en formato de quinteto que, sin embargo, ya hace tiempo muestra en los escenarios.
Escrito por Mariano Suárez
En tango y su inmenso linaje habilitan diversas elecciones artísticas. El aprendizaje hijo de la repetición; el acto mercantil que impone un gesto de homogeneización; la afirmación de un estilo, como podría ser el caso del Quinteto Real en la custodia de los maravillosos arreglos de una determinada escuela; o –lo que es más audaz, pero no siempre feliz- la apuesta por la evolución del lenguaje. De este último campo, claro, es poco lo que sobrevive a la mera experimentación. De esa última posibilidad –la evolución-, Schissi representa, acaso, el gesto más lúcido de este tiempo.
De la deconstrucción de los elementos del tango y de puesta en escena detrás de un acto creador, Schissi ya había mostrado su pericia en "Tongos. Tangos improbables", en los que des-generó las fórmulas del tango, el vals y la milonga, en clave propia; en un impulso que, luego, ya en el territorio más emocional de la canción, reincidió en su segundo disco, "Tipas y tipos".
En otro tiempo de la música popular, este proceso, que ahora decantado en "Timba", donde anidan rupturas y continuidades con la propia línea compositiva de Schissi, habría concitado la atención mediática y facilitado un acceso más desinhibido al público dotado de las herramientas para el disfrute de la música de escucha. Hoy, sin embargo, la patria massmediática acepta –incluso estimula- el talento, pero no cuando a la vez se abraza a la complejidad.
Y la música de Schissi y su quinteto, por definición, al modo de una resultante natural de cinco músicos de consolidada formación en los estilos y rítmicas de la música popular que se aventuran hacia el presente (no hacia adelante), impone un acto de distinción con un molde musical, aunque el conocimiento de esas tradiciones preexistentes sea, justamente, lo que maximice el disfrute de esta música.
Ese recorrido fue propuesto anoche en escena por Diego Schissi (piano y composición), Guillermo Rubino (violín), Santiago Segret (bandoneón y voz), Ismael Grossman (guitarra) y Juan Pablo Navarro (contrabajo).
La secuencia transitó desde un set de composiciones del período precedente ("Astor de pibe", "Canción 1", "Canción 4", entre más), el recorrido integral de "Timba" y "Salto", un avance del material que el quintero sigue trabajando.
Hubo –también- un cruce con el tucumano Juan Quintero para entonar "Cususitas", del disco que el quinteto grabó con el trío Aca Seca en 2014. Quintero expresa, acaso simbolizado con la irrupción del primer disco de Aca Seca (2003), ese mismo reencuentro con la composición que exhibe Schissi, luego de estudios y búsquedas instrumentales de diferente prosapia.
"Timba", álbum editado por el Club del Disco, será presentado una vez más el próximo viernes 5 en Café Vinilo (Gorriti 3780), para luego ser mostrado en una gira europea que recorrerá Holanda, España, Dinamarca, Francia y Alemania.
De la deconstrucción de los elementos del tango y de puesta en escena detrás de un acto creador, Schissi ya había mostrado su pericia en "Tongos. Tangos improbables", en los que des-generó las fórmulas del tango, el vals y la milonga, en clave propia; en un impulso que, luego, ya en el territorio más emocional de la canción, reincidió en su segundo disco, "Tipas y tipos".
En otro tiempo de la música popular, este proceso, que ahora decantado en "Timba", donde anidan rupturas y continuidades con la propia línea compositiva de Schissi, habría concitado la atención mediática y facilitado un acceso más desinhibido al público dotado de las herramientas para el disfrute de la música de escucha. Hoy, sin embargo, la patria massmediática acepta –incluso estimula- el talento, pero no cuando a la vez se abraza a la complejidad.
Y la música de Schissi y su quinteto, por definición, al modo de una resultante natural de cinco músicos de consolidada formación en los estilos y rítmicas de la música popular que se aventuran hacia el presente (no hacia adelante), impone un acto de distinción con un molde musical, aunque el conocimiento de esas tradiciones preexistentes sea, justamente, lo que maximice el disfrute de esta música.
Ese recorrido fue propuesto anoche en escena por Diego Schissi (piano y composición), Guillermo Rubino (violín), Santiago Segret (bandoneón y voz), Ismael Grossman (guitarra) y Juan Pablo Navarro (contrabajo).
La secuencia transitó desde un set de composiciones del período precedente ("Astor de pibe", "Canción 1", "Canción 4", entre más), el recorrido integral de "Timba" y "Salto", un avance del material que el quintero sigue trabajando.
Hubo –también- un cruce con el tucumano Juan Quintero para entonar "Cususitas", del disco que el quinteto grabó con el trío Aca Seca en 2014. Quintero expresa, acaso simbolizado con la irrupción del primer disco de Aca Seca (2003), ese mismo reencuentro con la composición que exhibe Schissi, luego de estudios y búsquedas instrumentales de diferente prosapia.
"Timba", álbum editado por el Club del Disco, será presentado una vez más el próximo viernes 5 en Café Vinilo (Gorriti 3780), para luego ser mostrado en una gira europea que recorrerá Holanda, España, Dinamarca, Francia y Alemania.
[Fuente: www.telam.com.ar]
Sem comentários:
Enviar um comentário