segunda-feira, 9 de novembro de 2015

El gobierno chileno admite que Neruda pudo haber sido asesinado por el régimen de Pinochet


Escrito por ALEJANDRO GAMERO 

En febrero de 1973 Pablo Neruda renunció a su cargo de embajador por razones de salud. El poeta padecía desde hacía algún tiempo cáncer de próstata, aunque en un estado no demasiado avanzado. Cuando el 11 de septiembre se produjo el golpe militar y Allende se suicidó, su salud se agravó de forma considerable. El día 19 fue trasladado de urgencia desde su casa de Isla Negra a la Clínica Santa María en Santiago, donde murió el 23 a las diez y media de la noche. Según la versión oficial, la muerte de Neruda se produjo por causas naturales, como consecuencia de su enfermedad. Sin embargo, desde el primer momento parecía haber piezas que no encajaban, sospechas que fueron acalladas por el régimen de Pinochet. 
Y así fue hasta 2011, año en el que Manuel Araya Osorio, asistente del poeta desde noviembre de 1972 hasta su muerte, hizo unas declaraciones en el diario Clarín en las que aseguraba que Neruda habría sido asesinado en la clínica, tras aplicársele una inyección letal. Aunque inicialmente la información fue desmentida por la Fundación Pablo Neruda, el Partido Comunista solicitó, el 6 de diciembre, la exhumación de los restos del Nobel de Literatura, para verificar si fue envenenado. 
En 2013 el juez Mario Carroza, al cargo de la investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte del poeta, ordenó, tras 20 meses de interrogatorios y pericias, la exhumación del cuerpo de Neruda. En noviembre, Patricio Bustos, director del Servicio Médico Legal de Chile, confirmó que los resultados de los exámenes toxicológicos descartaban que Neruda hubiera sido envenenado y confirmaban la muerte natural como resultado del avanzado cáncer de próstata. Sin embargo, Rodolfo Reyes, sobrino del poeta, insistió en el asesinato como causa de la muerte y solicitó nuevas diligencias
En marzo de 2015 un informe realizado a petición de la Corte de Apelaciones de Santiago concluyó que era muy probable que el poeta hubiera muerto como consecuencia de una inyección recibida. «Resulta claramente posible y altamente probable la intervención de terceros», dice el texto, recientemente difundido por El País. Como consecuencia, el Ministerio del Interior chileno ha elaborado un comunicado en el que confirma el documento y admite, por primera vez, la posibilidad de que Neruda hubiera sido asesinado. 
Además de un grandísimo poeta Neruda era conocido por su militancia política en la izquierda, por su labor como diplomático y por su amistad con Allende. La mañana siguiente a su muerte el poeta tenía previsto viajar a México, donde posiblemente planeaba encabezar un Gobierno en el exilio para denunciar la actuación del general Pinochet, que había dado el golpe de Estado. Así, con su asesinato, se eliminaba el problema que podría haber supuesto una voz influyente a nivel internacional como la de Neruda en contra de la dictadura.

[Fuente: www.lapiedradesisifo.com]


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