segunda-feira, 31 de agosto de 2015

Creadores de pequeños universos

Por GRACIELA MELGAREJO

Corregir no siempre es una tarea grata (lo reconocen todos los escritores), porque no solo exige relecturas muy atentas del texto, sino también estar dispuesto a resignar la más mínima distracción personal. En cambio, editar es siempre poner organización en el caos primigenio, en el propio o en el ajeno, para crear un pequeño y armónico universo final. Los editores de textos que no son los suyos son personas generalmente felices y "de bajo perfil", como se dice ahora, demiurgos en las sombras.
Quien haya leído el jueves pasado "Una manera de convertirnos en ciudadanos digitales" (http://bit.ly/1MT8At6), la inspirada columna del periodista y editor de Tecnología de este diario Ariel Torres, sabrá que programar -esa nueva materia que empezarán a aprender los niños argentinos en los colegios muy pronto- se parece a editar y que es, en sus palabras, "muy adictivo; estimula el intelecto en casi todos los aspectos". La programación, asegura bien Torres, "es una nueva lectoescritura".
Sus reflexiones mueven a otras reflexiones: ¿podemos aprender a programar sin haber dominado la etapa anterior, con la que se la compara; es decir, sin haber aprendido a leer y escribir cabalmente, que es condición indispensable "para comprender el mundo y para estudiar todas las demás destrezas"?
Estas y otras dudas surgen a propósito de una de esas tan útiles comunicaciones de Fundéu, que a veces se adelantan a las recomendaciones tomadas de la Gramática o de la Ortografía que hace la misma RAE en su página de Internet (http://www.rae.es/) o las desarrollan con ejemplos tomados de los medios gráficos principalmente.
Dice Fundéu que "construcciones como temas a tratar o problemas a resolver resultan desaconsejables cuando la preposición a se puede reemplazar por paraque o por.
Como siempre, la influencia de estructuras tomadas de otros idiomas puede llevar a error. "Las construcciones que se adaptan a la estructura sustantivo + a + infinitivo del tipo aspectos a tratarcuestiones a resolver o asuntos a comentar constituyen un calco del francés. Tal como señala la Gramática académica, esta construcción no es inédita en la lengua clásica, pero puntualiza que, a pesar de su extensión, goza de poco prestigio en la lengua actual y, por tanto, recomienda que en su lugar se empleen expresiones alternativas con las preposiciones por y para o con el relativo que, según resulte más apropiado."
Por último, Fundéu completa el concepto con un ejemplo que va más allá del uso incorrecto: "Menos recomendable aún es su uso cuando puede suprimirse el complemento formado por a + infinitivo sin modificar el significado de la frase: «Ese comportamiento no es un modelo» mejor que «... un modelo a seguir» y «Ese es el objetivo de la primera fase» mejor que «... el objetivo a cumplir en...»
A veces, el hablante atento siente que nos estamos acostumbrando a hablar o escribir de manera redundante, o a agregar palabras simplemente por agregarlas. Cuando alguien dice: "En el día de ayer...", en lugar de decir simplemente: "Ayer..." no es ni más claro ni se expresa mejor.
Quizá la falta de lecturas más complejas que las crónicas periodísticas haya contribuido a que el discurso de todos se empobrezca. No estaría mal proponerse una "edición" somera de lo que decimos o escribimos diariamente, para ganar en síntesis, claridad y belleza de expresión.

[Fuente: www.lanacion.com.ar]

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