Una joven que busca incansablemente a su padre en el norte argentino y un grupo de mujeres mayores que hilvanan recuerdos de ese hombre que durante los años de la dictadura pasó por ese pueblo buscando también sus raíces, atraviesan la trama de Los manchados, nuevo libro de María Teresa Andruetto que explora los matices regionales de la lengua y el proceso de construcción de la identidad.
Por Analía Páez
Julieta Linares, una de las tantas protagonistas de esta historia editada por Random House, llega al norte argentino en busca de Nicolás, su padre, quién pasó por ese pueblo en épocas de persecuciones.
La primera voz de esta historia coral es Emerita, esposa de Pepe, quien relata con tranquilidad pueblerina todos y cada uno de los detalles del encuentro con Nicolás, quien se alojó en su humilde pensión una noche en busca de cama y comida.
"El comienzo de un libro es siempre una pregunta, una imagen o una inquietud -asegura Andruetto en una entrevista con Télam-. Particularmente éste se basó en un poema de mi hija Juana, poeta, que habla de la búsqueda de raíces en el mundo andino".
"Ese universo llegó a mi hija a través de unas tías abuelas que le fueron contando lo que necesitaba en un momento determinado de su vida y ahora, en agradecimiento a lo que hicieron por ella, les dedico este libro", afirma la autora.
Andruetto escribió en 2003 Tama, libro sobre un pueblo azotado por un terremoto que reaparece fragmentariamente en "Los manchados", donde hace constante referencia a esa obra escrita en lengua madre, una conjunción que hace fluir en el lector una sensación de tranquilidad, de familiaridad con lo que se narra.
"La lengua madre -refiere- es un fluir de sentimientos nobles. No es un lenguaje documentado, lo tengo dentro mío porque viajé mucho a la zona de noroeste argentino. Esas hablas están dentro mío".
"Me importaba que sonara verosímil y, a la vez, cómo estas mujeres son casi todas de origen norteña, que tuvieran su diferencia en el lenguaje, sus matices. Eso sí lo trabajé mucho, hice un proceso de decantación importante al terminar de escribir la novela", explica.
"En un principio pensé que Emerita -la primera voz de la novela- podía contar toda la historia pero después sentí que no, que era mejor un relato coral que es algo que a mí me atraviesa, esa idea de la multiplicidad de voces para decir una cosa".
En la obra de Andruetto queda una vez más reflejado el rol de la mujer, de esas hembras -en el sentido rústico de la palabra- que necesitan ser protagonistas, narrar con lujo de detalles parte de lo que vieron, hacer sentir cómo vivían a las sombras del hombre de turno, de las injusticias, de la pobreza.
Las mujeres que irrumpen en la obra -Arminda, Milagros, Petrona Paula, la hermana Dora, la rubia y Rosa, entre otras- muestran su necesidad de contar el encuentro que tuvieron con el personaje de Nicolás, las distintas maneras en que lo ayudaron, su visión sobre la realidad del momento y cómo salieron adelante a pesar de los males que les tenía preparada la vida.
"En esta obra aparece todo el tiempo mezclado la literatura y la política", aclara la escritora y enumera: "El Chacho Peñaloza, los asesinos de Operación Masacre, se hace referencia al padre Angelelli, la represión, entre otros hitos históricos".
"No sabía para dónde iba a ir la historia -revela la también autora de libros infantiles y juveniles-. pero fueron surgiendo tres épocas: un hoy (fechado en 2012 -momento de la escritura-) con la joven y el comienzo de su búsqueda, los años de la dictadura con la caída del peronismo y la fuerza en el noroeste con los 'cabecitas negras' y, finalmente, el tiempo del Chacho Peñaloza, ese gran padre de todos".
¿Cómo surgió el título Los Manchados? "Comenzó con una amiga que vive en Río Negro y que una vez me contó que una mujer estaba buscando a su padre en la zona y que la única referencia era que le decían «El manchado»".
"Me pareció superinteresante incluir esa cuestión en el libro, pero en la escritura fueron apareciendo otras cosas: los albinos a los que le quedaba una mancha por el tema de la pigmentación, la expulsión de la tierra era otra mancha, así que en un momento, avanzada la novela, pensé en Los manchados y así quedó".
Otro de los puntos que el lector logra rescatar es la pureza del ser humano, un aspecto que Andruetto -ganadora del Premio Hans Christian Andersen, el mayor galardón internacional otorgado a autores de literatura para niños y jóvenes-, detecta como uno de los focos de su narrativa: "Me doy cuenta de que más allá de cómo empiezan las cosas, hay una búsqueda en lo más profundamente humano y se ve que está en mi interior, no es que me lo proponga, aparece más allá de los horrores de la vida".
Nicolás, el hombre buscado por su hija en el norte argentino, termina siendo un poco hijo de todas esas mujeres que de alguna u otra manera lo cuidan, lo esconden, lo engrandecen, lo despiden y lo añoran, a pesar de los años transcurridos.
[Fuente: www.telam.com.ar]
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