Por Daniel Ajzen
El gran autor, escritor, novelista, cuentista y pensador judío I.L. Peretz falleció el 2 de abril de 1915, dejando tras de sí la colección más completa e intrigante de pensamiento humanista judío.
Su influencia fue tal que hasta la fecha, cuando una escuela o institución quiere presumir de ser progresista, incluyente, secular, tradicional y pensante en toda la extensión de la palabra, usa su nombre como referencia.
No es accidental que la mayoría de activistas sociales en México hayan sido producto de la escuela que llevaba su nombre y que, para vergüenza de la comunidad, desapareció hace unos años.
Hoy, sin embargo, debemos abrir un paréntesis para leer las obras de Peretz, que llevan el alma judía a alturas que ningún otro autor pudo alcanzar, donde los actos de cada uno -siempre empapados en la realidad diaria del hombre común- son los instrumentos del hombre para alcanzar la divinidad.
Oib Nisht Noj Ejer (si no más alto aun), Dray Matones (Tres Regalos) son dos de sus obras más famosas en las que el misticismo y la superstición se enfrentan con la realidad y la ciencia para encontrar un idioma común en el que, lo que la persona hace –y la razón por la que lo hace- se entremezcla para crear una simbiosis automáticamente judía, una simbiosis que no cualquiera comprende entre secularismo y ortodoxia, religión y acción donde -desafortunadamente- solo quienes han leído, vivido y estudiado en alguna institución con su nombre pueden comprender la profundidad del alma judía, tener una clara identidad y estar al mismo tiempo, al margen de una religión que sin representarlos, los integra.
Adquieia libros en línea de I. L. Peretz:
[Fuente: www.diariojudio.com]
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