segunda-feira, 24 de novembro de 2014

Gazapos a la vista de todos

Por Graciela Melgarejo 
Los lectores de LA NACION no descansan en su cruzada por un mejor uso del español. Por ejemplo, desde Washington DC escribe Alejandro Milberg sobre los "horrores de acentuación" que aparecen en los avisos fúnebres de los que es, dice, asiduo lector. La distancia no es óbice entonces para que Milberg deje de reconocer erratas (nosotros las llamaremos así, que es lo que corresponde): "¿No podrá el diario entrenar a esos escribientes, que parecen tener toneladas de acentos o tildes para desparramar generosamente en los escalofriantes *Cármen, *Juán y similares, pero que rara vez usan para apellidos españoles como Fernández, González, etcétera? Flaco favor hacen a la *imágen del diario".
Como se ve, el lector Milberg puede quejarse, pero lo hace con mucho sentido del humor. También con gran humor está escrito el artículo "Gazapos de «envergadura»" (http://bit.ly/1p67OQy), de David Gallego Barbeyto, traductor, profesor de escritura creativa y miembro del equipo de Fundéu (www.fundeu.es). Un título logrado y una nota sin desperdicio, de la que transcribimos algunos párrafos. Sobre la ligereza con que algunos periodistas deportivos utilizan ortografía y significado, dice Gallego Barbeyto: "Las palabras, libertadoras si se las trata con mimo y seso, se transforman de repente en barras de celda carcelera". Es que, en la crónica deportiva de un diario, ha encontrado este verdadero gazapo: "«El Valencia por ahora no ha cedido ningún punto en su estadio, aunque esta es la primera ocasión en que le visita un rival de embergadura». Ante rival tan malcarado, cualquier precaución será escasa", razona Gallego Barbeyto.
Además de esa versión ortográfica de envergadura imposible de encontrar en la 23» edición del DRAE (y en las anteriores, tampoco), el profesor de Fundéu advierte también que, por lo menos en algunos diarios de España, se confunde envergadura (en la segunda acepción, ?distancia de los brazos humanos completamente extendidos en cruz') con alturaestaturacorpulencia o fuerza, según el contexto: "¿Cómo interpretar a la luz de esta definición frases como «Su gran envergadura (1,85 metros) le permite imponerse en el juego aéreo», «Del Olmo es un extremo veloz, con poca envergadura física, pero inteligente y con una notable capacidad de desborde»".
Gallego Barbeyto quiere ser generoso y deduce: "Es verdad que este deslizamiento de significado desde el ancho hacia lo alto puede verse favorecido por la similitud semántica de las locuciones de altura ('excelente, de calidad') y de envergadura ('importante o que pretende serlo')" y entonces "la necesidad de informar a todo correr, según se están celebrando los partidos, puede forzar al redactor a seguir un ritmo vertiginoso. Y en ese aceleramiento reside el riesgo: uno se acostumbra a encadenar palabras precipitadamente". Quizá con la misma discrecionalidad que las tildes que mencionaba Milberg.
¿Estará muy desencaminado Umberto Eco cuando alerta sobre el hecho de que "en las redes sociales no sólo se pierde la identidad del autor -lo cual puede ser algo bueno-, sino que se escribe al infinito" y sin depuración? Este tema "continuará". 
[Fuente: www.lanacion.com.ar]

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