terça-feira, 15 de abril de 2014

Dos viejos anglicismos

"Una peligrosa moda se está instalando en ciertos sectores: la defensa de los linchamientos."

LINCHAR Y LINCHAMIENTO. En el último mes, estas palabras ganaron protagonismo en nuestra sociedad.
Por SUSANA ANAINE

Degraciadamente, en el último mes las palabras linchar y linchamiento ganaron protagonismo en nuestra sociedad. Para Joan Corominas, el verbo lynch, documentado en inglés en 1836, se originó en el apellido de un hacendado de Virginia que a fines del s. XVIII “instituyó tribunales privados para juzgar sumariamente a criminales flagrantes”. 

El español lo adecua como linchar unos sesenta años después y lo mismo hace con lynching (linchamiento), a principios del siglo XX. 

En el apartado etimológico de linchar , la RAE dice que el apellido de Lynch corresponde a Charles, el hacendado. 

Para el Diccionario Webster, to lynch procede de la frase Lynch law (ley de Lynch), atribuida a un tal William L. 

Afectos a las mismas prácticas y contemporáneos, según American Word Origins la autoría puede pertenecer a cualquiera de ellos. 

[Fuente: www.revistaenie.clarin.com]

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