Por Hector Baptista/@totomomento
Uno va caminando por el pueblo,
La Paloma, Uruguay, y escucha dos cosas; “es culpa de Cristina que no
dejó salir a los argentinos”, y “con esta lluvia quién va a venir”. La
primera quincena de Enero se llenó de brasileros, es más por las calles
solo se oía el portugués, después murió la temporada, restaurantes
vacíos, playas desiertas, libros estancados (soy librero). Una y otra vez
“no los dejan salir”, “con este tiempo”. Poca gente en las playas,
generalmente abarrotadas, un lugar lleno de naturaleza que no fue
disfrutado, y los medios y la cultura reclamando a los gobiernos y a las
nubes.
Vivimos dentro de un sistema. Este
sistema basa sus tiempos en intereses, teorías y por último en
resistencia. Por supuesto que lo principal son los intereses económicos,
está todo pensado para acomodar a la producción y al capital, lo
importante y que no se nos olvide, es producir. Distintas teorías,
sindicales, sanitarias, ideológicas, organizan medianamente lo que la
economía les permite, siempre en función de la producción. Por último,
se toma en consideración la resistencia de las partes del sistema y su
bienestar para que funcionen correctamente, nosotros, lo importante es
que los engranajes no se pudran antes de tiempo, por eso tenemos horarios laborales, jubilaciones, y vacaciones.
Como está todo en papel, las vacaciones
tocan cuando corresponde, y la teoría dice que son en verano, porque
hace calor, o por que así se hace en otro lado, o simplemente porque así
se decidió. El peor mes para visitar este pueblo es enero. El agua del
mar está fría, como viene todo el mundo
todo está un 30% más caro, y aparte es un mes de lluvia. Pero el
individuo no puede razonar sobre su bienestar, tiene que razonar sobre
sus posibilidades, y cuando puede venir es en enero. Todos vienen al
mismo tiempo. Tal día se llena, y así es, todos saben cuando se vacía.
El primero de enero llegan los VW, los mercedes y los mochileros. Esto
por supuesto permite que los supermercados suban los precios, que las
inmobiliarias manipulen los alquileres, y que la fuerza laboral sea
contratada sin desperdicio.
A veces parece no funcionar. Aparecen
realidades económicas y climáticas que hacen que ese plan se vaya al
carajo. A las personas se les hace caro viajar y con la lluvia quién
quiere ir a la playa. Pero si afinás un poco la mirada,
ves que las dos primeras partes del sistema siguen inalterables, porque
las vacaciones ya te las dieron, así que la plata la gastás igual en tu
casa o en el shopping, y los grupos que se procuran tu bienestar ya
hicieron su trabajo, así que solo quedas tú el individuo, entre el
calendario y la lluvia, queriendo tan solo tomar un poco de sol y salir
de tu rutina. Y digo parece, porque me atrevo a pensar que es hasta
mejor para este sistema que las vacaciones salgan mal, porque como
sabemos nada genera mejor economía que el conflicto, nada reactiva como
una guerra, y nadie gasta más que un infeliz, un inconforme, el
individuo lejos de una tranquilidad mental, en teoría proporcionada por
unas buenas vacaciones, se vuelve un problema a resolver, un conflicto.
Nada de dejar la pastillita, es más, aumentamos la dosis.
Si te llovió en las vacaciones es tu
problema, si nadie vino, si nadie fue, la culpa fue de alguien o del
cielo. El tema, por supuesto, es eso, culpar a alguien o culpar al
cielo, nunca al sistema. Ahora se espera que en carnaval venga una
oleada de gente, que va a venir, porque así lo decidieron, y así va a
ser.
Dato. Así fue el cambio en los bancos y casas de cambio de La Paloma,
Uruguay, de peso Argentino a Uruguayo: diciembre, 1 a 1,90; del 1 al 15
de enero, 1 a 1,50; del 15 al 31 de enero, 1 a 1; de febrero en
adelante 1 a 1,60.///PACO
[Fuente: www.revistapaco.com.ar]
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