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Un
nuevo volumen publicado por la RAE y Espasa aclara alguna de las dudas más frecuentes que surgen en nuestra utilización del español. |
Por Héctor G. Barnés
Suele decirse que las lenguas son organismos vivos y que, como tales, crecen, mutan, se desarrollan y, en algunos casos, mueren.
Por eso es normal que el uso, el encuentro con otras lenguas y las
innovaciones tecnológicas aceleren estos cambios. En ocasiones, para
bien, al dar una nueva vida a viejas lenguas y proporcionar nuevos
conceptos a través de los cuales podamos conocer el mundo que nos rodea.
En otras, para mal, al fomentar el empobrecimiento de nuestros recursos
expresivos.
Pero en la mayor parte de casos, simplemente se trata
de pequeñas mutaciones antes las cuales debemos recordar los usos
correctos de nuestro idioma, sin dejarnos arrastrar por la influencia extranjera. Con dicho objetivo se acaba de publicar El buen uso del español
(Espasa), realizado de manera conjunta por la Real Academia Española y
la Asociación de Academias de la Lengua Española y que será presentado
hoy en la sede madrileña de la RAE.
Como se recuerda en la introducción, el volumen tiene el objetivo de “dar a conocer a los hablantes las normas que ellos mismos han aprobado en plebiscito cotidiano”.
Es decir, la norma sigue al uso, y no al revés. A continuación,
presentamos alguna de esas dudas que suelen surgir en el empleo del
castellano y algunas de las incorrecciones más frecuentes que aparecen
señaladas en el libro, con el objetivo de que alcancemos ese esplendor
que figura en el lema de la RAE.
- ¿Cómo se escriben los nombres comerciales? ¿“iPhone” o “Iphone”?
La
irrupción de marcas como Apple ha hecho proliferar los inventos cuyo
nombre comienza por una i minúscula seguida por una mayúscula, como
“iPhone”, “iPad” o “iPod”. También son frecuentes grafías como
“iBanesto” o “MásVital”, que los académicos consideran admisibles como “recursos expresivos o estilísticos
en los logotipos, el diseño gráfico y la publicidad”, pero que no deben
utilizarse “abusiva e indiscriminadamente”. Así pues, respetemos la
mayúscula inicial.
- Nos podemos relajar con el móvil, pero no en un correo electrónico
Los académicos conceden que las comunicaciones a través de móvil están presididas por “la rapidez y la economía”,
lo que provoca “la frecuente relajación de la ortografía”. Sin embargo,
recuerdan que debido a que el correo electrónico no está tan
condicionado por limitaciones de espacio o tiempo como otras
herramientas de comunicación, en él se deben aplicar con rigor las
normas ortográficas. La precisión no tiene en cuenta, no obstante, que
cada vez más correos electrónicos se escriben a través de un smartphone.
- Qué es un extranjerismo crudo y qué no lo es: ¿Irak o Iraq?
Con el nombre de extranjerismo crudo se conoce a “aquellas voces de otros idiomas que se usan en textos escritos en español, sin que hayan sufrido adaptación formal
para adecuarse a los patrones gráfico-fonológicos de nuestra lengua, de
forma que conservan su grafía y su pronunciación originarias”. Por
ejemplo, “pizza” o “rock”.
Ejemplos de palabras que suelen dar
lugar a confusión son países como “Irak” o “Catar”. Se recomienda
escribir así dichas palabras, puesto que “el empleo autónomo de la q en
representación del fonema /k/ es ajeno a la ortografía del español”.
Voces como “cuark” o “cuásar” deben adaptarse al español, en lugar de escribir quark o quasar.
- ¿“Amigos y amigas, compañeros y compañeras”? Nada de repeticiones ni arrobas
Cuando
la corrección política llegó a la lengua, la fórmula que explicitaba
ambos géneros naturales con el objetivo de representar la paridad entre
los mismos comenzó a utilizarse con una mayor frecuencia. La academia
desaconseja dicho uso, como es el caso de “amigos y amigas”, puesto que
se considera innecesario. Además, deben evitarse también soluciones que contravienen las reglas gramaticales,
como la utilización de la arroba, “que ni siquiera es un signo
lingüístico” en el lenguaje escrito, como ocurre con “l@s diputad@s”. El
femenino “miembra” es incorrecto hasta nueva orden.
- Ni “currícula”, ni “media”
Paradójicamente,
la influencia del inglés ha contribuido a que abunden plurales latinos
como “currícula”, “media” (como plural de “medios de comunicación”) o
“referenda”. En dicho caso, se deben utilizar o los plurales invariables
(“corpus”) o los correspondientes a las formas adaptadas en “o”, como “currículos” o “medios”.
- ¿Cómo se escriben las palabras con prefijo?
Una
de las dudas más habituales en la escritura surge cuando se ha de
añadir un prefijo a determinadas palabras, y dudamos si juntarlo a la
palabra, unirlo con un guion o simplemente presentarlo como una palabra
aparte. Debemos unirlos a la base a la que afectan si
esta se trata de una única palabra, como es el caso de “antirrobo” o
“exalcohólico”. Si la palabra comienza con una mayúscula, debemos unirla
al prefijo con un guion (“pro-Obama”) y, si la base es pluriverbal (es
decir, sea constituida por varias palabras), se ha de separar de la
misma, como ocurre con “vice primer ministro” o “anti pena de muerte”.
- Las siglas no tienen plural escrito
Es habitual ver escrito “CDs”* u “ONGs”*, pero se trata de grafías no recomendadas. Las siglas son invariables en la escritura, aunque varíen oralmente. Es decir, se ha de escribir “las ONG”, pero puede pronunciarse “las oenegés”.
- "Dios" no siempre se escribe con mayúscula
No se trata de un asunto de fe.
El término empleado para designar a la divinidad debe ser escrito con
mayúscula inicial en el caso de que se refiera al ser supremo de una
religión monoteísta (“Dios perdonó los pecados de los mortales”), pero
en minúscula cuando se habla del ser supremo de modo genérico o de una
divinidad de una religión politeísta, como es el caso de “Jehová es el
nombre hebreo del dios de judíos y cristianos”.
- No se deben omitir los artículos, aunque los periodistas lo hagan
Las
retransmisiones de eventos deportivos a través de la radio y la
televisión suelen eliminar, por influencia de idiomas extranjeros,
ciertos determinantes. Es el caso de “entran en túnel de vestuarios”* o
“remata con pierna derecha”*, fórmulas incorrectas que deben
reemplazarse por “entran en el túnel de vestuarios” o “remata con la
pierna derecha”. Sin embargo, los académicos reconocen que la necesidad de condensar la información de la prensa escrita provoca que enunciados como “presunto atracador huye cuando iba a ser detenido” sean válidos en un titular.
- Las fechas se escriben sin ceros
La informática ha provocado que escribamos de manera frecuente las fechas con dos dígitos, puesto que la mayor parte de formularios,
especialmente los bancarios, así nos lo exigen. Sin embargo, deberíamos
escribir las fechas sin dichos ceros, separando día, mes y año con
puntos, guiones o barras (jamás espacios), de manera que la primera
jornada del año próximo sería el “1-1-14”, no el “01-01-14”*.
- Usos incorrectos del gerundio
En previos artículos ya hablamos de que el empleo del gerundio de posterioridad,
es decir, aquel que expresa una acción que ocurre después de otra, como
en el caso de “se cayó por la escalera rompiéndose la pierna”, es
incorrecto. También lo es el gerundio como modificador restrictivo del nombre,
habitual en el lenguaje periodístico y administrativo. Por ejemplo,
“nueva ley reformando las pensiones”. Es preferible utilizar una oración
de relativo, es decir, “nueva ley que reforma las pensiones”.
- La tilde en los monosílabos: “guion y “truhan”
La edición de 2010 de la Ortografía de la Lengua Española eliminaba la tilde de las palabras “guion” y “truhan”. Como recuerda El buen uso del español, muchos hispanohablantes pronuncian con hiato dichas palabras, que realmente contienen diptongos ortográficos, por lo que a efectos de acentuación gráfica, no deben llevar tilde.
[Foto: Corbis - fuente: www.elconfidencial.com]
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