Andrés Calamaro lanza su nuevo trabajo, Bohemio, con la distintiva portada del diseñador e ilustrador argentino Jorge Alderete.
Una portada que avanza el contenido del disco, sugiriendo imágenes que
luego serán canciones, personajes y figuras que, al escuchar el disco,
irán apareciendo entre estrofas y estribillos. Esta nueva entrega de
Calamaro viene cargada de incontestables buenas composiciones. Turrón y
Babas te muestran, en esta entrevista, como ha sido la concepción de
este disco.
La carrera como solista empezó para este argentino (de Buenos Aires) en el año 1984 con el disco Hotel Calamaro, aún estaba en activo con Los Abuelos de la Nada (por cierto, Cachorro López,
el productor de este disco, fue compañero suyo en aquella formación)
banda en la que no ejercía de líder, pero en la que dejaba ya evidentes
huellas de su marcada personalidad y de su solvencia con los
instrumentos. Siguió publicando discos con su nombre propio, trazando un
paréntesis en la década de los noventa que rellenó con su estancia en
los exitosos Los Rodriguez, con los que publicó cinco
discos repletos de inolvidables singles, ya marcados a fuego en la
memoria musical popular. Y después, se zambulló en su carrera personal,
trabajando a destajo, girando con fruición, componiendo como si en ello
le fuera la vida, lanzando canciones nuevas una vez al año, girando por
España y arrasando por toda Latinoamérica.
En el 2008 hizo un nuevo paréntesis para estrechar lazos con el bilbaino Fito Cabrales, amistad que dio para un disco en directo, Dos son Multitud.
No es raro ver a Calamaro acercarse a otros artistas para crear cosas
en común, hay mil nombres sobrevolando el ala de su ancho sombrero: Los
Fabulosos Cadillacs, Niño Josele, Jerry González, Loquillo, Fito Páez,
El Cigala, Ariel Rot, etc, artistas con los que colabora, se mezcla y a
los que invita a tocar con él.
La leyenda de Andrés Calamaro es larga, el
personaje, en ocasiones, eclipsa al artista, en el patio trasero se
habla de una personalidad fuerte, de una agenda con muchos reajustes de
última hora, de excesos tóxicos, de rotundas declaraciones, de eternas
sesiones de estudio donde músicos y productor terminan exhaustos, una
leyenda que le viene al artista como un guante pues Calamaro, sin duda,
no esconde ser un músico y compositor con una excepcional sensibilidad,
un tipo perfeccionista y temperamental dedicado en cuerpo y alma a su
profesión.
Bohemio tiene joyas como las cuatro primeras
canciones con las que empieza el disco, entre ellas el single que ya
está rulando por Youtube. Canciones que te trasladan a momentos reales, a
lugares agradablemente familiares, a sentimientos que son tan difíciles
de describir que tan solo una canción puede hacerlo. Son “Belgrano”,
“Cuando no estás”, “Tantas veces” y “Rehenes”, temas donde las guitarras
acústicas tienen plano principal, y donde las teclas hilan muy fino. Y
así será hasta la canción diez, el final, titulado “Doce pasos” (que son
los que debe seguir quién ingresa en un centro de desintoxicación, si
quiere sacar el curso adelante), y que junto a “Plástico fino”, merodea
por los oscuros pasillos de adicciones pasadas y desfases históricos,
como siempre, dede la humilde maestría que gasta el bonaerense. El señor
Calamaro tiene mucha destreza al usar la mina de su lápiz, pero además,
tiene una garganta portentosa que transmite emoción, sabe dotar de una
profundidad asombrosa a frases y palabras que podrían pasar
desapercibidas en boca de otros, logra describir, con pocas palabras,
estados de ánimo que a cualquiera le llevarían páginas, nos pinta, con
todo acierto y un par de adjetivos, a personajes y lugares que ya serán
nuestros para siempre.
Mientras la gira de presentación sigue su curso al otro lado del charco (no dejes de visitar su sitio), Andrés nos atendió y respondió, vía e-mail, a estas preguntas.
Tras
leer críticas de tu disco que van saliendo en España, observo que la
mayoría de los críticos establecen comparaciones entre otros discos
tuyos. Siempre dicen que si Bohemio es mejor que On the rock, pero que
si no tanto como Honestidad Brutal… creo que se abusa de ese recurso
contigo, en mi opinión, cada disco tiene su tiempo, su lugar único, y
creo que comparar y usar eso para valorar no es bueno. ¿Qué opinas?
Me preocupa el estado de la crítica como generador de opinión, porque
(la crítica) se impone la imperdonable gestión de "perder la capacidad
de admirar" y proyectarlo generando opinión ciudadana; contagian la
agonía del éxtasis (que solo se reserva a la luz sagrada de los artistas
angloparlantes), quizás más cómodos escuchando grabaciones cantadas en
un idioma que ningún español "de a pie" habla o entiende. Sin embargo
tengo que lamentar que no exista un verdadero "frente crítico"; las
críticas son opiniones individuales, el periodismo musical está en manos
de aficionados, que proyectan los rechazos obvios de la razón crítica
infantil. La prensa generalísima ignora la existencia de actividades
musicales locales, no hay críticas de discos en los periódicos que
impulsan una realidad apegada a la actualidad rabiosa o a los cánones
culturales conservadores. El único sector crítico que sigue en pie es el
de los talibanes de la prensa musical de Barcelona, que publican
ediciones impresas a la par de las británicas. La minoría crítica
celebra los fracasos, se regodea aplaudiendo la muerte y la crisis. La
crítica necesita terapia o tratamiento de psicofármacos.
Entre las canciones, hay algunas que hablan del
amor, de la perdida, de la espera… ¿Qué te ha inspirado esos temas?
¿Anda la casa revuelta?
No soy un empleado público que tenga que trabajar a las nueve de la
mañana; sé amar y ser amado con sus consecuencias. Prefiero soñar
despierto que soñar durmiendo, cuando se hace realidad todo lo que
deseamos se rompen algunos platos, no se puede todo. Aun así, las
canciones tienen que sostenerse fuera de su contexto textual. Hay que
resistirse al análisis más obvio, las letras son tramposas, la que
siempre dice la verdad es la música. No soy creyente practicante de la
"inspiración", me motiva el trabajo musical y escribir los textos de las
letras es aquello que vamos a cantar.
He leído que grabaste con tu banda de directo, cosa que no sueles hacer habitualmente. ¿Por qué esta vez ha sido así?
Empezamos a grabar el "Bohemio" en marzo, mientras ensayábamos con
seriedad y muy conjuntados para salir de gira. Y mis compañeros son
músicos extraordinarios. El anterior álbum (On the Rock) también lo
grabamos con la banda habitual de las giras entonces; una banda
residente en Madrid que no grabó "La Lengua Popular" (2007), que grabamos
en Buenos Aires.
Cuando llegaste al estudio, ¿llevabas bocetos de esas canciones en plan acústico con el fin de mostrarlas o no sueles hacer eso?
Mis bocetos son completos, escribo grabando; no hago las canciones
con una guitarra o con un piano, siempre tengo la grabadora encendida y
escribo una letra mientras desarrollo una idea musical armónica y una
grabación completa, con guitarras, estereofonías y coros. Y llego con
cientos de opciones; pudimos elegir un disco abstracto, grabarlo con
programaciones y teclados, teníamos rock lisérgico, letras de ateísmo
rabioso, rimas marginales y mi colección de "mixtape mash up", que grabo
con sampleras y cables RCA… Pero me puse de acuerdo para grabar este
disco de diez canciones y el resto de la música no desaparece. Podría
hacer discos para seducir a la crítica tardo hypster, pero tengo gustos caros y un status de artista reconocido y amado por el pueblo.
“Doce Pasos” y “Plástico Fino” hacen referencia a lo
que todos sabemos. ¿Cómo llevas tu relación con los tóxicos en lo
cotidiano?
No tengo términos medios, y prefiero no consumir. A rajatabla. Nunca
fui un consumidor de fines de semana; no puedo comprar medio gramo para
tomarlo en el baño de un bar; no tengo ese "compás" madrileño de tomar
cerveza y fumar todo el rato, ni tengo la costumbre de salir "a saco"
los viernes, beber como un cosaco y meterme dos rayitas adulteradas para
hablar sin parar al oído de algún amigo. Soy "profesional" o no soy
nada, no compro por las noches ni en los bares. Hace muchos años de mi
última temporada "salvaje", de años sostenidos. En la última década solo
lamentamos dos recaídas de unos pocos meses, me sorprendí consumiendo,
quemé las naves pero solvente estas complicaciones por "mis propios
medios"; me sometí a los rigores psiquiátricos necesarios y aquello no
paso de unos pocos meses de navegación mar adentro.
“Plástico fino”, “tacto divino”… me lleva a pensar, claro, en Radio Futura… ¿Por qué se asomaron los Auserón a la canción?
Me cuesta creerlo pero no estaba pensando en los gloriosos versos de
Radio Futura; este plástico fino no envuelve el tacto divino de una
mujer curvilínea, es el envoltorio del tiempo… Pero me alegra que esta
letra gire en torno a estos versos, imposibles de despegar del gran
repertorio de RF. Que sea un homenaje.
Hay otra frase impagable en esa canción: buen día
nariz estancada de corte español. No hace falta usar la imaginación para
comprender este verso… no todo el mundo está capacitado para cantar
eso… y que suene tan bonito.
¿Qué más puedo decir? Fui textual, literal y sincero. Tenía más
textos narcóticos y lisérgicos en el cofre de posibilidades y opciones.
Por ejemplo "Barro y Frío", la reunión de dos rimas que armaban una
"suite" de un primer movimiento invernal donde narramos un episodio
violento con rumanos que terminó en el calabozo de la comisaría de
Leganitos, y (segundo movimiento) ese momento de debilidad cuando nos
ofrecemos a las tentaciones prohibidas del opio. O "Nieve Nieve Nieve",
una oda al precio de las cosas, una letra graciosa sobre resignarse y
pagar los sesenta euros que cuesta el gramo de miércoles. "Cazador de
Ateos" es una rabiosa fábula moral que reivindica el ateísmo urgente, mi
protesta contra esta babosa "corrección política" medieval, tardo
progresista; némesis de la cultura y la libertad. "La Rima y La Prosa"
es un abracadabrante duelo entre los versos rimados y la prosa prosaica;
un turno para que cada rama del verso inverso dispare y defienda su
integridad literaria.
Has vuelto con tu “Diario de gira”… ¿qué momentos buscas para desarrollar estas bonitas narraciones que nos entregas?
Estás atento a todo y te doy las gracias. Estamos viajando entre
capitales de provincias argentinas y no hay vuelos que comuniquen estas
ciudades entre sí; entonces alquilamos un avión privado. Y viajamos en
nuestro avión a hélice, todos apretados. Por tierra van dos "semis" con
el equipo de luces, sonido y pantallas; llevamos el mejor equipo posible
en Argentina, aunque algún concierto no nos genere superávit; estamos
felices si le damos trabajo a nuestros compañeros. Llegamos vivos y en
avioneta; me instalo en la mejor habitación del hotel local y tengo un
día entero hasta tocar. El repertorio lo elige nuestro pianista "Niño
Jero" y yo tengo tiempo para escribir un poco.
El trabajo de Alderete es realmente bello. ¿Por qué le elegiste para el arte del CD?
Me gusta mucho Alderete, hicimos contacto y es una maravilla de
artista y profesional; una muy buena persona y un compañero que nos dio
todas las facilidades posibles. Si no hacia una portada con Alderete me
hacía un tatuaje con alguna fantasía mexicana del "doctor".
[Fuente: www.manerasdevivir.com]
Sem comentários:
Enviar um comentário