Por Thomas Moller Mulvad
”La feliz unión de lo clásico con lo castizo, de lo aristocrático con
lo popular, de la forma con el sentimiento, pudieran justificar las
preferencias por el Concierto de Aranjuez”. Así afirma el musicólogo
español Antonio Gallego Gallego que es el alma del Concierto de Aranjuez
del compositor valenciano Joaquín Rodrigo. El
Concierto es la obra española preferida por directores de orquestas
sinfónicas en todo el mundo y se celebra cómo la quintaesencia de la
música española. Y cómo afirma Gallego Gallego, es una obra que en sí
une conceptos que parecen contradictorios, por lo cual, sería
interesante investigar cómo esta obra ha llegado a ser sinónimo con la
música española en gran parte del mundo. Un estudio exhaustivo del
concierto y su recepción nos ayuda a acercarnos a una comprensión del
estado de la música española en siglo XX. La música española es un campo
de estudio muy amplio y algo que se ha debatido mucho en los últimos
siglos por parte de los intelectuales españoles que han querido definir
su carácter nacional. Tradicionalmente han existido dos visiones
distintas al respecto, dividos en dos campos: los que pensaban que la
cultura de España se encontraba exclusivamente dentro del marco
hispánico y los que apuntaban a que la cultura de un país se encuentra
en una relación recíproca con las culturas que rodean tal país. Las
distintas visiones al respecto por parte de los musicólogos españoles nos explican una historia importante del ámbito intelectual español y su
autocomprensión desde los primeros años del franquismo hasta nuestros
días. La obra de Joaquin Rodrigo, particularmente El Concierto de
Aranjuez, ha sido atribuida a motivos políticos en España, mientras ha
tenido una vida completamente apolítica en el mundo popular. Y una
investigación de esta realidad y de la tensión entre las dos
trayectorias de la obra también es parte de la historia musical de
España y una tarea analítica por parte de los musicólogos que quieren
escribir esa misma historia.
Presentación del Concierto de Aranjuez
El concierto fue compuesto en el año 1939 y desde su estreno en
Barcelona del año siguiente, el Concierto de Aranjuez ha sido repertorio
fijo para guitarristas clásicos. Está dividido en 3 movimientos: Allegro con spirito, Adagio y Allegro gentile.
Trata de la vida en el jardín del palacio de Aranjuez a finales del
siglo XVIII y comienzos del XIX en los reinados de Carlos IV y Fernando
VII. La obra, entonces, se puede entender como una descripción de algo
romántico y lejano en lugar y tiempo; una visión romántica hacia atrás.
Aparentemente, el segundo movimiento retrata la muerte del hijo de
Rodrigo – el ritmo estático de la guitarra representa el corazón. Esos
factores apoyan a la comprensión del concierte como una obra llena de
emoción y melancolía.
Un factor importante de la obra, que sin duda ha ayudado a aumentar
su popularidad, es el uso de la guitarra que hasta el momento del
estreno del concierto era casi exclusivamente un instrumento popular y
folclórico que no tenía lugar en la escena clásica. Varios de los
mejores guitarristas especializados en la guitarra clásica han
interpretado el concierto: Regino Sainz de la Maza, Narcisso Yepes, John
Williams y Paco de Lucía, de las cuales, la versión de Paco de Lucia es
muy recomendable. La mera presencía de este símbolo, estrictamente
español, en el ámbito de los grandes compositores sinfónicos añade
connotaciones nacionales al concierto que no debemos pasar por alto.
Dado que el concierto salió justo después de la Guerra Civíl española,
sufrió una crítica muy dura, especialmente por parte de los
intelectuales opositores al régimen franquista. Joaquín Rodrigo se quedó
en España durante el franquismo y los compositores que trabajaban en
España en los años 40 siempre estaban bajo sospecha por parte de los
intelectuales exiliados, que tenían el poder intelectual. No tenemos
evidencia que apunta a que Rodrigo guardaba simpatías hacia el
franquismo, por lo cual la crítica sobre él es, en cierta medida,
injusta. En los ultimos años hemos visto intentos de recuperar el
concierto y a su autor por parte de la nueva musicología española,
particularmente personificada por Javier Suarez-Pajares y Antonio
Gallego Gallego.
Mientras existían estas discrepancias en España sobre la figura de
Rodrigo, el concierto tenía una vida independiente fuera de las
fronteras de España, donde particularmente el segundo movimiento el adagio
tenía gran exito en el mundo de la música popular. Desde que el
cantante Richard Anthony lo convirtió en una canción en el año 1968,
muchos cantantes lo han interpretado y hoy en día también forma parte
del repertorio de la ópera comercial que ha surgido en los años 90, con
cantantes como José Carreras, Andrea Bocelli, Nana Mouskouri y el grupo
de ópera comercial: Il Divo. Si echamos un vistazo al texto español
escrito por Alfred García Segura, discubrimos que el texto está lleno de
conceptos románticos y melancólicos. La canción es la historia de un
amor perdido simbolizado en las rosas del jardín de Aranjuez. En 1960, Miles Davis
y Gil Evans hicieron una versión del adagio. Fue parte de su disco
Sketches of Spain que tuvo una crítica muy buena por parte de los medios
estadosunidenses. Se publicó sólo un año después de su obra ya
considerada definitoria en el mundo de jazz moderno: Kind of Blue, en la
cual hay una pista con el nombre Flamenco Sketches, donde Miles por
primera vez muestra su interés por la música española. En la versión de
Davis, el adagio dura unos dieciséis minutos y empieza con
castañuelas sonando, lo que no deja ninguna duda de su tinte español. La
trompeta entra y presenta la melodía, mientras distintos instrumentos
tejen la alfombra armónica. La melodía se desarolla con la trompeta que
llega a improvisar sobre el material melódico del tema principal. Lo
importante en este movimiento es la presentación de la hermosa melodía
que, ante todo, es el nervio del movimiento y en realidad la que
transmite las grandes emociones románticas y melancólicas. Un estudio
iconográfico de la portada ayuda a acercarnos aún más a la visión de la
música española desde el mundo del jazz de Estados Unidos en el año
1960. La portada del álbum muestra una imagen mitad roja y mitad
amarilla simbolizando la bandera española. En el centro de la portada
vemos el nombre de Miles y no hay duda de que Davis es el personaje
central de la versión musical: Él es el creador musical, pero encuentra
su inspiración en la cultura española simbolizado en la imagen de la
bandera. Vemos una imagen a la izquierda, que debe ser Miles Davis tocando la trompeta ante la imagen de un toro, que está al otro lado de
la portada. El toro está frente a Miles y la composición se puede
entender como una conversación entre el trompetista, símbolo de la
cultura jazz estadounidense de esos años, y el toro, símbolo de la
cultura española. Es entonces una conversación dialéctica en la música
entre Estados Unidos y España o más bien una visión musical con ”gafas
de jazz” de la música española. Lo interesante aquí es que ningún
español ha puesto este toro, sino que viene de parte de los que han
producido el disco. Pero que el toro es un símbolo del españolismo en
el mundo popular es una realidad evidente para los españoles. Y éste
propone nuevas preguntas sobre la identidad española: ¿hasta qué punto
es la identidad española producto de una autorreflexión y hasta qué
punto refleja las visiones externas?
La interpretación del adagio por Miles Davis como la mayor parte de
sus Sketches of Spain, la gran cantidad de interpretaciones realizadas
del adagio y el éxito que ha tenido sugieren que el adagio es realmente
una visión de la cultura occidental de la música española. Tiene una
anatomía romántica, una melancolía e imágenes musicales de un pasado
dorado en los jardines de Aranjuez. Todos son elementos que añaden a una
visión romántica de España y su música que cabe perfectamente en la
visión heredada de la música española, por parte de occidente,
interpretada como una música romántica, melancólica y ligera. Pero el
Concierto de Aranjuez tiene, al mismo tiempo, un gran toque de seriedad
que diverge mucho de la visión occidental de la música española bajo la
cual España a menudo es injustamente considerada como un lugar lleno de
gente sencilla con una vida festiva y por lo tanto, poco seria. No
tendría mucha razón entender el Concierto de Aranjuez estrictamente en
las condiciones de Joaquín Rodrigo ni de Miles Davis. Es una obra que
tiene varias facetas según sus intérpretes: culta, popular, española
(visión externa), española (visión interna). Y es por medio de este
conjunto de facetas y de su interrelación que podemos acercarnos a un
entendiemiento del Concierto de Aranjuez y por lo tanto de la música
española y la identidad nacional española.
[Fuente: www.entretantomagazine.com]
Sem comentários:
Enviar um comentário