La cantante brasileña llega para presentar su álbum, en el que trabajó con Caetano Veloso y su hijo Moreno
"Tengo una cabeza joven". Gal Costa se ríe con timidez por su respuesta. Gal habla como si recién estuviera empezando su camino. La cantora, ícono de la juventud rebelde y tropicalista de los años sesenta, está otra vez en sincronicidad con el futurismo de su guía, amigo y compositor personal Caetano Veloso. Buscando en YouTube imágenes de aquel momento histórico cuando salió a cantar "Divino maravilhoso", en 1968, vestida como una diosa psicodélica, hippie y tropical entre capas de distorsión y guitarras eléctricas, o escuchando ahora Recanto, su nuevo disco de factura electrónica con Moreno y Kassin vistiendo de sonidos experimentales las obras escritas por Caetano Veloso, es fácil entender por qué esta bahiana, que enamoró con su voz a varias generaciones, se mantiene tan joven.
"Este es un disco de vanguardia -señala con autoridad-, un disco que marca un momento importante mío y de Caetano, y que puede marcar a otra generación y abrir un nuevo espacio en la música de nuestro país." Recanto, su nuevo álbum de composiciones inéditas tras Hoje (2005), que había editado por Trama, es increíblemente bello, incómodo y vanguardista, síntesis de ese ciclo rupturista que emergió con el Tropicalismo y que parece tener su continuidad en este nuevo producto de sus brillantes cabezas. "Es un disco que establece una relación entre los músicos y compositores de mi generación y los de la nueva generación", reflexiona y contextualiza la aparición de su nuevo álbum, antes de su presentación de pasado mañana en el teatro Gran Rex.
El encuentro en el estudio cuarenta años después con Caetano Veloso, otra cabeza joven del Tropicalismo, dio sus frutos. Recanto es un ovni musical, un objeto volador no identificado, que sobrevuela una época de cambios en la musica de Brasil. "Nosotros tenemos un espíritu, como el de la generación que participó en este disco", sostiene Gal.
-¿Buscaban provocar con este disco a la escena musical de Brasil?
-No es una actitud provocadora, es que los cambios son parte de nuestras carreras, son aspectos de nuestra historia, tanto de la mía como de la de Caetano. Si se sigue mi carrera, vas a ver que siempre tuve cambios radicales entre los discos o distintas etapas. Es una cosa que forma parte natural de mí y de Caetano. Por eso, creo que pensó en mí para este proyecto, porque sabía perfectamente que tenía el background para hacerlo.
Caetano compuso íntegramente las canciones pensando en la voz de Gal. Llamó a su hijo Moreno para que lo ayudara en la producción musical, y éste a su vez lo llamó a Kassin para armar los campos magnéticos y experimentales de los que surgen las capas electrónicas sobre las que se mece la voz de la bahiana.
"Recanto es un disco experimental y de vanguardia. Es un disco corajudo en su estética musical y en las composiciones de Caetano, que son todo lo que él quería decir a través de mi voz en este momento. Algunas son canciones radicales, como «Tudo doi», con la cual me identifico mucho. Es una canción joãogilbertiniana, que es un gran ídolo para Caetano y para mí."
-¿Parece un disco hecho para un público mucho más joven al que los suele seguir actualmente?
-Sí, lo que pasa es que los jóvenes de 15 a 17 años empezaron a escuchar mis discos desde la década del sesenta y setenta, como India, que tiene una tapa pintada y bien radical, con temas como "Cultura y Civilización". Entonces, los jóvenes de ahora escuchan mis discos de esa época. Este trabajo tiene, de alguna manera, una marca radical y una influencia de los discos que hice entre los sesenta y los setenta. El público gusta muchísimo de eso.
Historia en común
Caetano y Gal Costa se conocieron en 1963, en Salvador de Bahía. La fascinación mutua por João Gilberto los flechó artísticamente y no se separaron más. La relación del compositor y cantante fue una de las "parcerías" más fructíferas de la música de Brasil. En la voz de Gal, las canciones de Caetano [bossa nova, sonidos tropicalistas, sambas, rock, bahiones y pop] reflejaron a una generación de cambio en la música de Brasil con himnos, como "Coração vagabundo", "Vaca profana", "Baby", "Meu bem, meu mal", "Minha voz, Minha vida", "Da maior importância", "Força estranha", "Divino maravilhoso".
"Desde el momento en que nos conocimos, nos identificamos uno con el otro musicalmente. Cuando conocí a Caetano siendo muy joven, canté para él, y enseguida me preguntó: «¿Para vos, quién es el mayor y mejor cantor de Brasil?», y yo respondí: «João Gilberto». «Para mí también», dijo él. Los dos adoramos a Gilberto y eso nos aproximó mucho musicalmente", dice la artista que recurrió en todos sus discos a la obra de Caetano.
-¿Te causó impacto conocer a Caetano en aquel momento?
-Su cara era normal. Lo que me que causó impacto fue su voz. Caetano era un cantor maravilloso y me mostró una canción de él que acabé grabando.
La marcha tropicalista
Pero más allá de su fanatismo por la bossa nova, Caetano junto con su amigo Gil estaban sintiendo la explosión eléctrica que habían desatado los sesenta con la cultura rock. Y encontraron otra vez en la frescura ie-ie-ie de Gal y en su imagen de bahiana tímida y salvaje, la voz perfecta para encaminar el movimiento tropicalista. Todavía resulta de vanguardia verla cantar en aquellas imágenes de archivo del Festival de 1968 defendiendo la canción "Divino maravilloso". La psicodelia y la libertad que emanaron de uno de sus primeros trabajos, Gal (1969), la transformarían en la voz de su generación. "La verdad es que ese disco me colocó dentro de la historia de la música brasileña como una cantante que defendió el Tropicalismo en Brasil en la época de la dictadura. Levantó la bandera de ese movimiento y mantuvo viva la ideología del Tropicalismo. Mi papel fue ése, hasta la vuelta de Caetano al país. Y hasta ahora lo sigue siendo.
-Y siempre en esos cambios aparece Caetano como una suerte de guía creativo, abriendo otra brecha musical.
-Realmente hay una ligazón muy profunda entre nosotros. Yo soy la cantante que más grabé a Caetano Veloso, desde la década del sesenta hasta ahora. Grabé canciones como "Corazón vagabundo" y ahora grabé otras que son totalmente diferentes. Algunas, como "Recanto oscuro", tienen que ver con mi biografía, mi historia, mi esencia y la del propio Caetano. Es una canción bastante densa y emocionante. Es que son décadas cantándolo. Le grabé mucho, y todas fueron suceso en mi voz; entonces hay una identificación fuerte en nuestro trabajo.
-¿Cuál es la diferencia que encontrás con su hijo Moreno Veloso?
-Moreno es mi ahijado. Desde que nací fue la primera "crianza" por la que me apasioné y se transformó en un músico maravilloso, es muy competente, conoce mucho de la sonoridad de estudio y es muy calmo trabajando. Tiene mucha influencia de Caetano en el canto, tiene esa cosa cool y la esencia de su padre.
-¿Fue orgánico el proceso de grabación o fue arduo adaptarte a esa sonoridad electrónica?
-Fue tranquilo. Lo que pasa es que me gustan los desafíos. Para mí, fue un bello desafío enfrentar este disco. Cuando puse las voces para que Kassin trabajara, las bases eran ásperas. El quería sólo mi voz para trabajar encima de ella. No fue difícil, pero tampoco fue tan confortable.
-¿Qué opinás de la generación musical que representan Kassin, Domenico y Moreno?
-Siento que son maravillosos y están influenciados totalmente por nuestros discos de los años sesenta y setenta. Ellos son creativos, sensibles e inteligentes. Es una generación espectacular.
-¿Y cuál es la diferencia con tu generación, la de los tropicalistas?
-Nuestra generación tiene una cabeza joven, continúa trabajando, haciendo cosas y cambiando la música. Nosotros también somos la generación joven..
Por Gabriel Plaza
[Fuente: www.lanacion.com.ar]
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