El profesor de la Universidad Alfonso X el Sabio y director gerente de Hermes
Traducciones y Servicios Lingüísticos, Juan José Arevalillo, nos permite, a
través de esta entrevista, conocer de primera mano las posibilidades formativas
y laborales del sector de la Traducción, un sector cuya situación "es bastante
halagüeña en términos de incorporación al mercado de trabajo".
¿Cómo es la actual
situación del sector de la traducción?
La situación actual
del sector, al menos en lo que se refiere a España, es bastante halagüeña en
términos de incorporación al mercado laboral, sobre todo en comparación con
otros sectores, aunque pueda no parecerlo porque del número de egresados que se
incorporan al sector profesional, quizá entre un 20 y un 30 % son los que se
dedican a tareas específicas de la carrera, mientras que otros aprovechan la
carrera y el conocimiento de idiomas y culturas foráneas conseguidos para entrar
en otros sectores relacionados o no con la traducción.
Permite un abanico muy amplio de posibilidades en el sector y
fuera de él.
¿Cómo son las
salidas profesionales para un traductor?
Las salidas
profesionales específicas de la traducción consisten en trabajar como traductor
autónomo, que es la más habitual, o bien como traductor contratado en una
empresa de traducción, aunque también es posible hacerlo en la administración
pública como traductor e intérprete o en administraciones internacionales. Ahora
mismo en España es más difícil entrar en puestos de la Comisión Europea ,
pero hay otras posibilidades en organismos como la ONU con puestos muy bien
pagados.
Un terreno nuevo
que se abre mucho en la traducción es la revisión, porque la norma europea de
calidad para servicios de traducción EN15038 establece que la traducción debe
ser revisada por una tercera persona distinta del traductor, lo que reconoce
profesionalmente la revisión como parte inseparable de la traducción. Eso
obviamente abre muchas más puertas porque es necesaria esa figura. La
interpretación también es otra salida directa y sobre todo la localización. La
localización es la traducción adaptada de programas informáticos o de páginas
web, y para ello hace falta no solo un componente lingüístico y traductológico,
sino también tecnológico, algo que no siempre se contempla en las universidades
ni en las antiguas licenciaturas ni en los actuales grados (en los grados de
Bolonia sí se empieza a contemplar, pero no se llega a profundizar lo debido
para que permita una incorporación más eficaz al sector). De ahí que los
posgrados sean para mí, y para muchos de los que estamos en el sector, una
necesidad.
En cuanto a lo que
ya se aleja del sector, pero tiene relación con él, tenemos diversos campos.
Quizás el campo estrella es el de las relaciones internacionales. Sin duda, hay
muchos traductores que han hecho estos posgrados y han conseguido luego buenos
trabajos. De hecho, existe el doble grado de Relaciones Internacionales y
Traducción e Interpretación ahora en esta misma
universidad.
Otro muy
relacionado es el de las editoriales y publicación de libros, periodismo —tanto
escrito como hablado—, puestos de responsabilidad en empresas de
importación/exportación y algunos otros… Resulta muy habitual en la actualidad
(relacionado directamente con la interpretación) en muchos cargos de diversas
empresas, sobre todo en los puestos de gestión, que exista mucha gente que hable
inglés o el idioma que se necesite (obviamente el inglés sobre todo), pero no
con el dominio que se precisa para tener una negociación fluida en un idioma que
no es el tuyo y llevar la negociación a buen puerto. Un traductor con un buen
nivel sí tiene esa capacidad de negociación en un idioma que no es el suyo, lo
cual le abre muchísimas más puertas. Esto es válido tanto para traductores como
para filólogos que tienen un conocimiento más profundo de un segundo idioma o de
un tercero incluso.
¿Qué cualidades
debe tener un buen traductor?
Las cualidades
están tipificadas en la norma europea de calidad para servicios de traducción
que se va a convertir en una norma ISO: estamos ya trabajando en un comité
internacional y en unos 3 años calculamos que estará lista. Establece cinco
competencias fundamentales: traductora, lingüística, terminológica, cultural e
investigadora (en lo que se refiere a la traducción, la capacidad de
documentarse debidamente).
Esas competencias
se adquieren en los grados pero se quedan cortas en algunas. De ahí que haya
determinados posgrados, másteres o expertos que se encargan de cubrir esa
laguna, porque el ejercicio del grado se centra más en la parte lingüística,
mientras que la parte tecnológica se da un poco más de pasada, y si hoy en día
no se tiene ese conocimiento tecnológico aplicado a la traducción, dado que se
manejan muchos formatos, muchos programas y muchas aplicaciones, el egresado va
a tener un problema mayor de incorporación al mercado laboral, ya que va a
competir con otros que sí lo tienen y que en igualdad de condiciones partirán
con ventaja para ese puesto de trabajo.
¿Existen
especialidades en este sector y en qué consisten?
Sí, hay diversas.
Dentro de la traducción, la revisión, la corrección, una especialización mayor
que es la localización de programas informáticos y páginas web que es a lo que
está orientado el Experto en Tradumática, Localización y Traducción Audiovisual
de la UAX , y otras
como la gestión de proyectos en el ámbito de las empresas. Esta última
disciplina tiene mucha demanda y se encarga de gestionar proyectos grandes de
traducción y localización mediante el conocimiento y la experiencia adquiridos
por quienes han sido traductores, revisores u otros puestos relacionados con la
traducción, y con la responsabilidad de que todo funcione como es
debido.
Esta es la
finalidad del posgrado que cubre todas estas disciplinas en las que no se
profundiza tanto o nada durante el grado. De hecho, un componente muy grande
dentro del posgrado es el uso de las aplicaciones estándar del sector (memorias
de traducción, gestión de formatos, etc.).
¿Qué importancia
tienen las nuevas tecnologías?
Fundamental. La
productividad diaria, los controles que se pueden aplicar, los procesos que
ayudan a mejorar la calidad, la coherencia, la investigación terminológica… son
fundamentales. De hecho, ese conocimiento se valora tanto como la propia
capacidad traductológica. Esta se fomenta y se desarrolla durante el grado pero
se consolida con otras ayudas en los posgrados; ayudas, sobre todo,
tecnológicas.
¿A qué dificultades
se puede enfrentar en el día a día un traductor?
A todas: a los
clientes, a plazos justos, a falta de instrucciones concretas, a tarifas
exiguas… pero yo diría que el principal problema que se puede encontrar un
traductor es, por la enorme variedad de ellos que hay, los formatos en los que
nos llegan los materiales para traducir: cuando se está pensando en
documentación, se puede pensar en el típico formato de Word, por decir el más
conocido, pero luego tenemos HTML, SGML, XLIFF y una lista de siglas casi
inacabable. Entonces, lo que se intenta cubrir en estos posgrados es el mayor
número de formatos estándar posible, puesto que, una vez aprendida una serie de
ellos, los demás son variaciones de esos formatos
iniciales.
Otro aspecto que se
intenta cubrir en estos posgrados es la creación de macros, que son
miniprocedimientos aplicables a un programa específico que permiten mejorar la
productividad del traductor en algunas tareas; por ejemplo, adaptar una
herramienta estándar a tus necesidades con esas macros.
¿Qué es lo mejor de
ser traductor?
La capacidad para
hacer posible que otros lleguen a una serie de contenidos gracias a la mediación
lingüística y cultural de los traductores. Hay que tener en cuenta que el 90 %
de la información de todo tipo que nos llega en nuestra vida procede de
traducciones.
¿Por qué
recomendarías realizar un posgrado en el sector de la
traducción?
Porque el grado no
tiene créditos suficientes para poder llegar a la infinidad de posibilidades que
se pueden ofrecer en el terreno profesional. En primer lugar, se trata de una
cuestión de tiempo, y, en segundo lugar, una cuestión de especialización:
completar lo que ha adquirido el alumno y especializarse realmente en lo que va
a exigir el sector.
¿Una persona que
realiza un posgrado tiene más facilidades para encontrar un trabajo en el sector
de la traducción?
Sin duda. No
obstante, tiene que demostrar que ha adquirido correctamente esos conocimientos.
De hecho, en algunos puestos de selección de mi empresa, pensamos
preferiblemente en estudiantes de posgrado porque están más rodados, pueden
tener ya cierta experiencia y, además, demuestran un interés en ahondar en sus
conocimientos profesionales.
Algún consejo para
aquellos estudiantes que estén finalizando sus estudios de
traducción…
Que estén muy
pendientes de lo que es el mercado laboral, que se muevan, que sepan qué se
exige para poder orientar mejor sus inquietudes a las distintas ofertas
formativas que va a haber en infinidad de universidades. Es un espectro muy
amplio, pero hay que asegurarse la eficacia formativa.
¿Qué exige el
sector ahora mismo?
Adaptabilidad,
conocimiento de gestión de proyectos, versatilidad y, sobre todo, conocimiento
tecnológico, porque los conocimientos lingüísticos y traductológicos se dan por
asumidos. Mucha gente lo desconoce, pero hay una tecnología aplicada a este
sector, específica de él, que permite unas posibilidades que hace unos 10 años
eran impensables. Es el caso de las memorias de traducción que permiten
reutilizar texto ya existente o de los avances en traducción automática aplicada
solo a determinados campos como ayuda a la traducción.
Hay que recalcar
que un traductor humano nunca va a poder ser sustituido, por lo menos con la
tecnología actual y la que se supone que va a haber dentro de muchos años, por
una traducción automática, pero ese traductor sí puede aprovechar los avances de
la traducción automática y otros avances tecnológicos para mejorar su
productividad y su manera de trabajar, siempre desde el sentido
común...
[Fuente: www.ibercampus.es]
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