Partenón de libros creado por Marta Minujín en 1983 |
Escrito por ALEJANDRO GAMERO
El 19 de mayo de 1933 miembros del partido nazi hicieron una inmensa pira en el parque de Friedrichsplatz, en Kassel, Alemania, y lanzaron a ella unos 2.000 libros que consideraron contrarios al régimen. Y esta no fue la única quema, porque en ese mismo mes se echaron al fuego miles de libros por toda Alemania, en una serie de acciones coordinadas por miembros del partido nazi y estudiantes de derechas para eliminar todos los libros que fueran sospechosos de ser decadentes o de oponerse al espíritu alemán. Episodios como este, repetidos una y otra vez a lo largo de la historia, hacen perder la esperanza en el ser humano. Sin embargo, frente a ellos, hay personas que se niegan a dejarse vencer por el desaliento y que están dispuestas a expresar su confianza en el hombre o, al menos, en su capacidad de redención. Es el caso de la artista argentina Marta Minujín, que para rescatar de la infamia el lugar donde ocurrió tan despreciable episodio ha planeado construir con él un monumento hecho con libros.
No es la primera vez que Minujín hace una obra de estas características. En 1983 levantó en Buenos Aires un Partenón con los libros prohibidos durante la dictadura militar para celebrar el retorno de la democracia a Argentina. Al finalizar la instalación dos grúas derribaron el edificio y se invitó al público a que recogiera cuantos libros quisieran. La artista planea superar con creces su obra anterior, ya que entonces la edificación estuvo formada por 20.000 libros pero ahora pretende que la instalación tenga 100.000 libros. La idea es que estos libros, procedentes de donaciones ‒abiertas a todo el mundo‒, sean libros prohibidos, ya sea en algún momento de la historia o la actualidad, en cualquier parte del mundo.
De momento Minujín está trabajando en la lista de libros prohibidos en la actualidad, y si los plazos se van cumpliendo se prevé que la instalación esté lista a partir del 10 de junio de 2017, y permanecerá en pie durante cien días. A continuación, correrá la misma suerte que su predecesora argentina: será demolida y se invitará al público a que pueda recoger sus restos.
El edificio elegido tiene forma de Partenón porque esta edificación es el símbolo por excelencia de la democracia en la antigua Grecia. «La democracia sin libros no es democracia», dice Minijín en un comunicado. «El Partenón de los Libros sirve de ejemplo contra la violencia, la discriminación y la intolerancia», añadió en ese mismo comunicado Adam Szymczyk, director artístico del documental que dará testimonio de todo el montaje de la obra.
[Fuente: www.lapiedradesisifo.com]
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