sexta-feira, 7 de julho de 2017

“Los vinos chilenos son algunos de los más emocionantes del mundo”

James Suckling es uno de los críticos más poderosos del planeta. Acá, explica por qué le ha dado 100 puntos a cuatro etiquetas nacionales y revela su amor por el pipeño. Toda una sorpresa.

Escrito por Marcelo Soto
Hasta hace un tiempo, los wine writers del primer mundo rara vez dirigían su mirada hacia el vino chileno, y cuando lo hacían generalmente encontraban que era “más de lo mismo”. Vinos correctos pero sin alma. Por lo mismo, era difícil ver en las cartas de los principales wine bars de Londres o París alguna etiqueta nacional. Ningún consumidor exigente parecía interesarse en nuestros vinos. Preferirían buscar alguna lejana apelación eslovena antes que conocer la diferencia entre Maule o Itata.
Pero eso, lentamente, ha ido cambiando. No podríamos decir que Chile es la nueva ola del mundo, aunque sí es cierto que hay señales positivas. Por ejemplo, en la carta del Terroir de Tribeca –uno de los bares de vino más conocidos de Nueva York– incluyeron recientemente una página entera dedicada al pipeño, el vino más tradicional de Chile, hecho con las variedades que trajeron los conquistadores españoles como país y moscatel.
Eso puede ser un detalle, pero es cosa de leer la prensa especializada internacional para percibir que el vino nacional está ganando adeptos. Entre ellos –aparte de Luis Gutiérrez, de The Wine Advocate, o el inglés Tim Atkin, quien luego de decir hace un tiempo que el vino chileno era predecible, hoy reconoce su entusiasmo por la escena local–, destaca James Suckling, uno de los críticos más influyentes del mundo.
Este ex editor senior de la revista Wine Spectator fue el primer periodista especializado en darle 100 puntos a un vino chileno, específicamente al Viñedo Chadwick 2014, pero en su último reporte, titulado sin ambages The Time of Chilean Wine is Now, fue más lejos y le otorgó el máximo puntaje a tres etiquetas: Almaviva 2015, Clos Apalta 2014 y Seña 2015.
No solo es uno de los escritores que mejor conoce los grandes vinos de Europa –donde vivió mucho tiempo, como jefe de la oficina en ese continente de Spectator– sino que debe ser de los que más ha olfateado el mercado asiático, que crece a pasos agigantados. De ahí que sea significativa su apuesta de que Chile será el rival de Francia en China. Nada menos.
-¿Por qué dices que “nunca ha habido mejor momento para comprar vino chileno”?
-Los vinos de Chile lanzados este año muestran que el país ha llegado a ser un productor de clase mundial por méritos propios. No por nada, hoy está produciendo tres vinos de 100 puntos. ¡Tanto grandes como pequeñas empresas están haciendo grandes vinos!
-De todos modos, en tu reporte de 2017 también escribes que “noté en las degustaciones de este año un movimiento hacia perfiles verdes y más delgados, lo cual puede funcionar en un mercado doméstico estancado, pero no en otros lugares como Norteamérica o Asia. Eso es un gran error”. ¿Estás de acuerdo con Michel Rolland, por citar un caso conocido, que una vez dijo que muchos vinos chilenos eran inmaduros?
-No creo que muchos vinos estén hechos de uvas recogidas demasiado temprano. Pero probé una serie de cabernet y sauvignon blanc que obviamente no fueron cosechados realmente maduros. He oído que ese era el consejo de un experto en vino local, pero espero que no le hayan hecho caso. Las uvas deben ser recogidas en el momento adecuado para elaborar vinos que reflejen los suelos y climas únicos de sus viñedos. Cosechar demasiado tarde o demasiado pronto destruye toda esa cualidad.
-En la industria del audio es común decir que hay un “sonido británico”, en contraposición a un “sonido norteamericano”. ¿Piensas que algo similar sucede entre los críticos de vino? Es decir, los estadounidenses prefieren cierto tipo de vino (más poderosos) y los británicos otro tipo (supuestamente más elegantes). ¿O no?
-No. Tengo un pasaporte de EEUU, pero ciertamente no tengo un paladar norteamericano. Viví 25 años en Europa y ahora siete años en Asia. Simplemente me gustan los vinos equilibrados y bebibles... que por lo demás es el paladar de los bebedores de vino alrededor el mundo.
-Pero tienes un gusto muy diferente a Tim Atkin, por ejemplo, quien dijo hace años que el vino chileno era aburrido. ¿Qué piensas de esa declaración?
-Creo que los vinos chilenos son algunos de los más emocionantes del mundo, que ofrecen frescura e intensidad. Su facilidad de beber es maravillosa...

[Fuente: www.capital.cl]

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