Esta clínica pública en Embu-Guaçu, Brasil, ahora tiene un médico de atención primaria solo un día a la semana.
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Todas
las relucientes sillas de plástico estaban vacías en una clínica pública de
salud, y a los pacientes que ingresaban se les decía que regresaran el jueves,
que ahora es el único día de la semana en que un médico atiende en esas
instalaciones.
Esta pequeña ciudad brasileña, Embu-Guaçu, que es el hogar de setenta mil personas, recientemente perdió a ocho de sus dieciocho médicos del sector público, una pérdida devastadora para la red de clínicas gratuitas de la ciudad, lo que los ha obligado a tomar decisiones difíciles sobre quién tiene acceso a la atención y cuándo.
“Es doloroso”, dijo Fernanda Kimura, una médica que coordina la asignación de doctores a las clínicas para el departamento de salud local. “Es como elegir a cuál niño alimentar”.
Los enfermos y heridos rechazados ese día en un vecindario de clase trabajadora en Embu-Guaçu representan solo una diminuta fracción de los veintiocho millones de personas que en todo Brasil han visto afectado su derecho a la atención médica, según la Confederación Nacional de Municipios, después de una confrontación entre el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y Cuba.
Esta pequeña ciudad brasileña, Embu-Guaçu, que es el hogar de setenta mil personas, recientemente perdió a ocho de sus dieciocho médicos del sector público, una pérdida devastadora para la red de clínicas gratuitas de la ciudad, lo que los ha obligado a tomar decisiones difíciles sobre quién tiene acceso a la atención y cuándo.
“Es doloroso”, dijo Fernanda Kimura, una médica que coordina la asignación de doctores a las clínicas para el departamento de salud local. “Es como elegir a cuál niño alimentar”.
Los enfermos y heridos rechazados ese día en un vecindario de clase trabajadora en Embu-Guaçu representan solo una diminuta fracción de los veintiocho millones de personas que en todo Brasil han visto afectado su derecho a la atención médica, según la Confederación Nacional de Municipios, después de una confrontación entre el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y Cuba.
En
noviembre, el gobierno cubano anunció el retorno de los 8517 médicos que había
desplegado en las regiones pobres y remotas de Brasil, en respuesta a la
postura de línea dura contra Cuba que Bolsonaro expresó cuando fue elegido en octubre.
La repentina partida de miles de médicos representa uno de los grandes desafíos políticos de Bolsonaro, y ha puesto a prueba su capacidad para cumplir la promesa de encontrar rápidamente a los sustitutos locales.
La repentina partida de miles de médicos representa uno de los grandes desafíos políticos de Bolsonaro, y ha puesto a prueba su capacidad para cumplir la promesa de encontrar rápidamente a los sustitutos locales.
Pacientes en espera para ver a un médico en una clínica en Embu-Guaçu. "Ahora acabamos usando el triaje todo el día", dijo Erica Toledo,
la enfermera principal en la clínica Jardim Campestre.
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“Estamos graduando, estoy seguro, alrededor de veinte mil médicos al año, y la tendencia es incrementar esa cifra”, dijo Bolsonaro en noviembre. “Podemos solucionar este problema con esos médicos”.
No obstante, a seis meses de iniciado su periodo
presidencial, Brasil lucha para remplazar a los médicos cubanos con doctores
brasileños: hasta abril había unas 3847 vacantes médicas en casi 3000
municipios, según las cifras más recientes.
“En varios estados, las clínicas de salud y sus
pacientes no tienen médicos”, dijo Ligia Bahia, una profesora en la Universidad
Federal de Río de Janeiro. “Es un retroceso. Impide diagnósticos tempranos, así
como el monitoreo de niños, embarazos y la continuación de tratamientos que ya
estaban en desarrollo”.
‘Nuestros hermanos cubanos serán liberados’
Durante su campaña a la presidencia, Bolsonaro, un
populista de derecha, se comprometió a realizar grandes cambios al programa
Mais Médicos, una iniciativa comenzada en 2013 cuando el gobierno de izquierda
estaba en el poder. El programa enviaba médicos a los pequeños poblados de
Brasil, aldeas indígenas y vecindarios urbanos violentos y de escasos recursos.
Alrededor de la mitad de los doctores de Mais Médicos
provenían de Cuba y fueron desplegados en 34 aldeas indígenas remotas y los
vecindarios más pobres de más de 4000 pueblos y ciudades. Se trata de lugares
donde los médicos brasileños evitan trabajar.
“La disposición de los médicos cubanos para trabajar
en condiciones difíciles se convirtió en un pilar del sistema de salud
público”, dijo Bahia, la profesora.
Un grupo de médicos cubanos que regresaron a la isla en noviembre en espera de conocer al presidente de Cuba,
Miguel Díaz-Canel. Foto: Desmond Boylan/Associated Press
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Brasil pagaba millones de dólares al mes a Cuba por
los médicos, lo que los convirtió en una exportación vital para las arcas de la isla.
Sin embargo, la mayoría del dinero fue directamente al gobierno comunista de
Cuba, un acuerdo que Bolsonaro advirtió que modificaría.
Desde hace tiempo, los médicos cubanos se han quejado porque solo reciben una pequeña parte del
dinero que ganan por su trabajo, y Bolsonaro dijo que tendrían
que permitirles conservar sus salarios completos y traer a sus familias para
que vivieran con ellos en Brasil. También tendrían que aprobar exámenes de
revalidación para probar sus conocimientos.
“Nuestros hermanos cubanos serán liberados”, dijo
Bolsonaro en una propuesta oficial de campaña presentada a las autoridades
electorales. “Sus familias podrán migrar a Brasil. Y, si aprueban la
revalidación, ¡comenzarán a recibir la cantidad completa que era robada por los
dictadores cubanos!”.
Dos semanas después de que Bolsonaro ganó la presidencia en octubre, Cuba ordenó la
salida de todos sus médicos.
37.000
niños pequeños en riesgo de muerte
El acceso a la atención médica gratuita es un derecho
consagrado en la ley brasileña, y Mais Médicos fue promulgada en 2013 por la
presidenta Dilma Rousseff en un intento de ofrecer atención médica a las
comunidades que no son atendidas por el Sistema de Salud Pública. A través de
una red de clínicas gratuitas, el programa le brindó por primera vez a sesenta
millones de brasileños la posibilidad de ser atendidos por un médico familiar
en sus comunidades.
En los primeros cuatro años de Mais Médicos, el
porcentaje de brasileños que recibían atención primaria se elevó del 59,6 por
ciento al 70, de acuerdo con un informe de la Organización
Panamericana de la Salud, OPS, que coordinó la participación de Cuba en el
programa.
El retiro de los médicos cubanos podría revertir esa
tendencia, y las consecuencias serían especialmente graves para los niños
menores de 5 años, lo que potencialmente elevaría las muertes hasta una cifra
de 37.000 niños pequeños para 2030, advirtió Gabriel Vivas, un funcionario de la OPS.
En
febrero, parecía que Bolsonaro podría cumplir su promesa: el Ministerio de
Salud nacional anunció que todos los puestos que quedaron vacantes ante el retiro
de Cuba habían sido ocupados por médicos brasileños. Sin embargo, en abril,
miles de los nuevos doctores habían renunciado o no se presentaron a trabajar.
Más de dos mil médicos cubanos han decidido permanecer en Brasil, y desafiar el llamado a regresar a casa. Sin embargo, con la finalización del acuerdo especial con Cuba, ahora no pueden ejercer la medicina hasta que aprueben un examen que el gobierno brasileño no ha ofrecido desde 2017 y para el cual el Ministerio de Salud no ha fijado una fecha.
Luiz Henrique Mandetta, ministro de Salud de Brasil, dijo que el nuevo gobierno estaba trabajando en una propuesta de ley para asegurarse de que las metas de Mais Médicos sean alcanzadas y los doctores remplazados.
“Aunque el programa tiene varios problemas, tiene un lado positivo, que es precisamente disminuir la desigualdad en la falta de atención médica”, dijo.
No obstante, Mandetta dijo que la propuesta sería enviada al congreso entre abril y mayo. Ahora, el ministerio dice que será presentada a finales de junio.
Karel Sánchez fue uno de cuatro médicos cubanos enviados a la región remota de Cachoeira do Arari en la Amazonía brasileña. Esperó ahí durante cinco meses después de que su gobierno ordenó el retiro de todos los médicos cubanos, con la expectativa de que Bolsonaro respetara su promesa de campaña de ofrecer un examen para que pudiera continuar con su trabajo y recibir su salario completo.
Más de dos mil médicos cubanos han decidido permanecer en Brasil, y desafiar el llamado a regresar a casa. Sin embargo, con la finalización del acuerdo especial con Cuba, ahora no pueden ejercer la medicina hasta que aprueben un examen que el gobierno brasileño no ha ofrecido desde 2017 y para el cual el Ministerio de Salud no ha fijado una fecha.
Luiz Henrique Mandetta, ministro de Salud de Brasil, dijo que el nuevo gobierno estaba trabajando en una propuesta de ley para asegurarse de que las metas de Mais Médicos sean alcanzadas y los doctores remplazados.
“Aunque el programa tiene varios problemas, tiene un lado positivo, que es precisamente disminuir la desigualdad en la falta de atención médica”, dijo.
No obstante, Mandetta dijo que la propuesta sería enviada al congreso entre abril y mayo. Ahora, el ministerio dice que será presentada a finales de junio.
Karel Sánchez fue uno de cuatro médicos cubanos enviados a la región remota de Cachoeira do Arari en la Amazonía brasileña. Esperó ahí durante cinco meses después de que su gobierno ordenó el retiro de todos los médicos cubanos, con la expectativa de que Bolsonaro respetara su promesa de campaña de ofrecer un examen para que pudiera continuar con su trabajo y recibir su salario completo.
Karel Sánchez decidió no regresar a Cuba, al tener la expectativa de poder seguir trabajando en Brasil
después de tomar un examen de revalidación. Ese no ha sido el caso.
“Estaba feliz cuando Bolsonaro dijo que no apoyaría a una dictadura”, dijo Sánchez.
En abril, Sánchez se rindió y se mudó a São Paulo,
donde consigue dinero con la venta de caramelos caseros y trabaja en el
área de equipaje en un aeropuerto.
“Ahora no habla sobre nosotros para nada, solo
silencio”, dijo Sánchez.
‘Les dije a las personas que pensaran en eso antes de votar’
En Embu-Guaçu, Santa Cobas, la médica cubana que
atendía a los habitantes en la clínica que ahora solo abre los jueves, todavía
está cerca y ansiosa por trabajar.
No obstante, Cobas está desempleada y las cuatro mil
personas que alguna vez atendió no tienen acceso a un médico local seis días a
la semana.
“Ahora acabamos usando el triaje todo el día,
decidimos quién necesita ser enviado de emergencia a otro hospital, quién será
revisado por el doctor visitante el jueves y quién simplemente tendrá que
esperar”, dijo Erica Toledo, la enfermera principal en la clínica, Jardim
Campestre, que fue inaugurada en 2015.
“La doctora Santa estuvo aquí desde el primer día, y
fue la primera vez que las personas se sintieron atendidas por su ‘propia’
doctora”, dijo Toledo. “Realmente la aman”.
La secretaria de Salud de Embu-Guaçu, Maria Dalva,
dijo que estaba frustrada por el hecho de que el 63 por ciento de la ciudad
votó por Bolsonaro, a pesar de su abierta antipatía hacia Mais Médicos.
“En cinco años, la tasa de mortalidad infantil se
desplomó del 17 por ciento al 7, gracias a Mais Médicos”, dijo Dalva. “Les dije
a las personas que pensaran en eso antes de votar”.
[Fotos: Maira
Erlich, salvo cuando se señala - fuente: www.nytimes.com]
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