Publicado por Alejandro Gamero
A
finales de 1970 Phil Chernofsky, profesor de una yeshivá en Queens,
propuso a sus alumnos la siguiente actividad para conmemorar el Día
Internacional en Memoria de las Víctimas del
Holocausto: escribir durante media hora la palabra «judío» en folios
en blanco, tantos como fuera necesario. Cuando el tiempo finalizó se
había conseguido repetir la palabra unas 40.000 veces.
Este experimento llevó a Chernofsky a vislumbrar una idea más
ambiciosa, que pondría en práctica años más tarde y que ahora aparece en New York Times:
elaborar un libro donde la palabra
«judío» apareciera 6 millones de veces, una por cada una de las
víctimas asesinadas durante el Holocausto ‒evidentemente, en un cálculo
aproximado‒.
Así fue como nació And Every Single One Was Someone,
un libro que a pesar de tener
una única palabra repetida millones de veces a lo largo de 1.250
páginas tiene mucho que contar sobre nuestra historia. Para hacer una
idea de su magnitud bastará con decir que la saga completa
de Harry Potter tiene 1,1 millones de palabras y En busca del tiempo perdido 1,2 millones de palabras ‒aquí puedes consultar las
novelas más largas del mundo‒.
Según
Chernofsky, si las páginas del libro se miran a cierta distancia se
verá solo una gran masa homogénea de palabras, que es precisamente como
los nazis veían a los judíos, como
una masa a la que exterminar. El mismo anonimato desolador que se
exhibe, por ejemplo, en el campo de concentración de Auschwitz en forma
de gafas, de zapatos o de mechones de pelo. Pero si
miramos el libro más de cerca veremos una a una la palabra «judío»,
una palabra que representa a una persona con una historia. De modo que
una familia entera podría estar detrás de cualquiera de
las líneas.
No han faltado quienes critiquen la idea de Chernofsky. A fin de
cuentas, su libro supone enmascarar a las víctimas del Holocausto en el
anonimato, precisamente lo contrario de lo
que se propone el Yad Vashem con su monumental Libro de los nombres,
presentado en
el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau. En este proyecto de 2 metros
de altura y 58 tomos se han conseguido registrar los nombres de
4.200.000 víctimas del Holocausto, junto con sus fechas y
lugares de nacimiento y muerte. Las hojas en blanco del último
volumen están destinadas a continuar el registro en el futuro.
[Fuente: www.lapiedradesisifo.com]
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