domingo, 10 de abril de 2016

Un artista regala libros en las calles de Nueva York



Es una mañana bulliciosa en Nueva York, como siempre. Los transeúntes caminan por todos lados cabizbajos, pendientes de las pantallitas de sus smartphones, de los paneles del metro, de los taxis amarillos que amenazan en los pasos de cebra. Y, de repente, en medio de la jungla de asfalto, una pila de libros pertenecientes a una persona anónima luce en diferentes lugares de la ciudad. ¿El objetivo? Que el mundo comparta y vuelva a los inicios.

Un artista regala libros en las calles de Nueva York, a fin de que el planeta entero viva aún más conectado a través de las letras y el papel.


Letras en el corazón del mundo


Una mañana, el artista Shaheryar Malik paseaba por el famoso puente de Brooklyn, en Nueva York, y decidió tomarse una selfie. Y, de repente, llegó la inspiración: “Hoy en día compartimos cosas y algunas no tienen ningún sentido”, aseguraba Malik en una reciente entrevista. Fue tal pensamiento el que le llevó a preguntarse qué pasaría si al compartir sus libros en algunos de los lugares más concurridos de la Gran Manzana la gente sentiría la curiosidad por ir más allá de sus publicaciones de Facebook o bandejas de entrada.
Como resultado, diferentes pilas de libros pertenecientes a la propia colección de Malik, entre los que cuentan El alquimista de Paulo Coelho o El Buda entra en un bar de  Lodro Rinzler, han sido repartidas por lugares de Nueva York tales como la parada de metro de Times Square, el propio puente de Brooklyn o el corazón de Central Park.
Con tal de comprobar la reacción del experimento, bautizado como Reading Project, Malik firmó cada uno de los libros con una nota en la que incitaba al futuro lector a enviarle un mail cuando hubiese terminado el libro, a fin de asegurarse hasta dónde habían llegado todos esos volúmenes y su capacidad para conectar al mundo más allá de las nuevas tecnologías.
El resultado ha sido muy positivo, con  más de 70 mails procedentes de 30 países diferentes de todo el mundo, entre ellos Singapur y Brasil.
Una especie de “bookcrossing” a lo grande cuya genialidad radica en la ubicación, pues si existe un lugar en el que puedan sembrarse nuevas y poderosas ideas que influyan al resto del globo, esa es la Ciudad que Nunca Duerme.
Un artista regala libros en las calles de Nueva York a fin de conectar al mundo más allá de la fiebre por las redes sociales y los smartphones. Una genial idea para potenciar la lectura e, incluso, para dar a conocer a nuevos escritores que aguardan a ser leídos por ávidos lectores.
[Fuente: www.actualidadliteratura.com]

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