Bogotá, Colombia. Caminamos las calles de Bogotá, donde asistió al décimo aniversario de la edición local de Le Monde Diplomatique, invitado por Desdeabajo,
colectivo militante editor de libros y periódicos. Tuvo tiempo, y
ánimo, para deslizarse del bullicioso centro y dedicar unas horas a
recorrer el sur pobre de la capital, Ciudad Bolívar, donde diversas
camadas de campesinos erigieron una ciudad otra, donde suceden algunas
de las más notables experiencias de base. No para de preguntar, y conoce
algunos detalles de la historia y la vida de los latinoamericanos, que
permiten asegurar que el colonialismo no es una barrera infranqueable.
En algún momento, la conversación se
volvió más sistemática, un ping pong de respuestas y preguntas que no
tuvo ni principio ni fin.
- En “La explosión del periodismo”, usted analiza la crisis de la prensa y enfoca el nuevo poder que ha
adquirido lo que antes era el lector pasivo, la audiencia pasiva. Es lo
que siempre habíamos soñado los periodistas críticos, pero usted apunta
que este papel activo es una de las causas de la crisis de los medios
actuales.
- La gran transformación que produjo
Internet en la circulación de la información es que donde antes
dominaban lo que llamo los “medios sol”, astros que enviaban sus rayos
de sol sobre toda la sociedad que se impregnaba de su supremacía, hoy la
situación se ha modificado. No hay emisores netos que tengan el
monopolio de la información y receptores netos que tienen que resignarse
con la función de receptores, sino que la revolución que vivimos es que
cada receptor puede ser emisor. No como sucede en la radio desde hace
tiempo, que el oyente llama e interviene. No, ahora el receptor no sólo
interviene de vez en cuando, sino que puede él mismo constituir un medio.
Puede hacer una página web solo o con
amigos, puede hacer su blog, por facebook o twitter. Pero además ahora
los grandes medios tienen una vitrina digital en la que se puede
intervenir haciendo comentarios que se añaden y complementan los
artículos, el lector puede indicar elementos que pueden corregir el
artículo inicial, además de fotos o videos. Lo que quiero decir es que
la información ya no es algo limitado y fijo. La concepción de la
información viene de la prensa, que es el medio que ha influido en la
radio y en la televisión, y su génesis es el trabajo de la era
industrial.
- El fordismo, donde había una clara división del trabajo.
- Exacto. En el fordismo hay un
proyecto, unos planos, y en base a eso se realiza un producto terminado,
intocable. Eso ya no funciona así, ni siquiera en la industria donde
luego de la revolución Toyota de los 80 se fabrica el coche que quiere
el cliente, sale un coche a la medida de cada cliente y eso indica que
la decisión ya no viene de la empresa, sino de abajo. Ahora sucede lo
mismo. Se le pide al periodista un artículo con ciertas características, pero luego los lectores lo van a ir completando, reformando,
transformando, y por consiguiente es una obra en proceso. Esto es una
revolución muy importante.
- Como consecuencia de los cambios
técnicos y culturales, ahora el lector, la audiencia, tienen un poder
como nunca habían tenido. Si a esto le sumamos la crisis económica, estamos ante una crisis de los viejos monopolios de la información.
Newsweek deja su edición en papel, The Guardian debate la posibilidad de
dar ese paso, El País despide un tercio de su personal. ¿Estamos ante
una crisis coyuntural o ante un viraje de larga duración?
- Lo que está pasando en el campo de la
comunicación sólo es comparable con la invención de la imprenta por
Gutemberg en 1440, que no sólo transformó la producción de lo escrito,
la difusión de libro, sino también produjo el humanismo como escuela de
pensamiento, el Renacimiento y la explosión de las universidades y del
saber, con todo lo que eso significa. El latín dejó de ser la lengua
común y empezó a ser sustituida por las lenguas vernáculas que empezaron
a desarrollarse. Ahora sucede algo similar. Estamos ante una revolución
que desborda el campo de la comunicación, para ser una revolución
societal, como lo estamos viviendo con Internet, que ya involucra al
sector financiero, al comercio, las relaciones sociales y la difusión de
la cultura. Una revolución tecnológica lo transforma todo.
El periodismo recibe de lleno esta
revolución. La estructura de la industria de la información y la manera
de hacer información se ve transformada. Sobre todo hay que tener en
cuenta que estamos en los balbuceos iniciales, en el primer segundo de
la historia de Internet. Algunas de las realizaciones más espectaculares
de las transformaciones tecnológicas, como las tabletas, facebook, el
Iphone, no existían hace sólo cinco años, y no podemos imaginar lo que
sucederá en otros cinco.
- ¿Los monopolios?
- Los monopolios van a sufrir. Fueron la
respuesta de la industria empresarial de la información a los avances
tecnológicos de los años 60 y 70. Las tecnologías anteriores eran
específicas para lo sonoro, lo escrito o lo icónico, pero en esos años
se convirtieron en una misma tecnología, que es la tecnología digital. A
partir de ese momento no hay diferencia en cómo se construye nun texto,
un sonido o una imagen, y se construyen de la misma manera con las mismas
máquinas, los ordenadores. Internet es la traducción de una forma nueva
de expresarse. Los seres humanos, desde el comienzo de la humanidad, han
usado tres sistemas de signos para comunicarse: la palabra, el dibujo y
la escritura, que es el más reciente. Con Internet aparece un cuarto, que
es la mezcla de los tres más una dimensión suplementaria, que es la
velocidad y la extensibilidad, lo que permite abarcar el planeta en un
segundo. Todo esto no puede dejar el paisaje de la comunicación como
estaba hasta ahora.
- Al parecer a quien más afecta es a la prensa, que se está extinguiendo, según usted, como los dinosaurios.
- Porque la prensa sigue siendo pesada.
Además de ser el medio más antiguo, es el más marcado por la era
industrial, con obreros y maquinarias y toda la lógica de la producción
industrial. Por eso los cambios le están pegando tan fuerte.
- Estamos asistiendo a una ofensiva
represiva, que busca controlar Internet y que se manifiesta, entre otras, en el cierre de Megaupload. ¿Esta ofensiva por controlar puede triunfar o
está destinada al fracaso? ¿Intentar el control puede volverse en contra
de quienes lo hagan?
-El problema es que esta transformación
radical no tiene sistema económico. El sistema anterior, que hoy es
arcaico, es un sistema con muchos defectos, pero es muy rentable. Todos
los periodistas del mundo que siguen con empleo pueden vivir porque
trabajan en medios tradicionales, pero los medios surgidos en la era
Internet tienen enormes problemas para sobrevivir, si no están adosados a
un medio tradicional o a un multimedia importante. Como la cultura
dominante en Internet es la gratuidad, el problema es de qué van a vivir
los creadores y los periodistas. ¿Vamos a vivir un derrumbe de la
creatividad? Esto es un problema real. Con el control y el cierre de
medios se busca frenar la piratería. Por un lado, hay un movimiento de la
sociedad cuyo objetivo es que Internet siga siendo gratuito. El otro
tema surge con Wikileaks; es la misma problemática, pero en otro terreno
que es impensable fuera de Internet. Estamos ante una situación similar a
Watergate o los cuadernos del Pentágono, situaciones en las que un
informante pasa datos reservados a los medios, Washington Post y The New
York Times respectivamente. En ese sentido no ha cambiado nada. Pero lo
que sí cambia es la cantidad de información que se puede difundir
ahora y la masividad de la misma.
Toda la sociedad se está digitalizando y
todos los archivos, desde la salud hasta los de las fuerzas armadas,
están digitalizados. Y mientras usted hace años tenía que cargar
camiones con toda esa información, hoy en día haciendo un click en un
ordenador se marcharon miles y miles de documentos desmaterializados que
se pueden difundir en todo el planeta. Wikileaks lo que ha hecho es
difundir datos que perjudican a gentes con poder, y eso es lo que ha
creado esta situación que ha convertido a Julián Assange en el enemigo
público numero uno de Estados Unidos.
- En América Latina tenemos un
fuerte debate sobre lo común, en el que se afirma que los bienes comunes
no deben pertenecer a ningún propietario privado. ¿Usted cree que
Internet debe ser considerado un bien común de la humanidad?
- Es un debate que afecta a la cultura, y
lo que decimos es que la cultura debe circular sin trabas, porque
consideramos que esto beneficia al ser humano. En la medida en que
Internet es hoy el mayor difusor de la cultura, creo que debe circular
gratuitamente como un bien común. Ahora aparece otro problema, y es qué
hacer con los derechos de los creadores. Hollywood piensa que es más
difícil la producción creativa, porque la piratería le quita del 15 al 20
por ciento de sus ganancias. Los principales productores musicales en
el mundo han desaparecido, el disco casi no se vende y el CD quedó
desfasado en apenas 15 años, como sucede con todo lo material. Es
evidente que la música puede circular como un fluido, y eso sucede
también con todas las demás producciones. Entonces hay un dilema. O bien
el Estado asume este tema de la misma forma que asume la producción y
circulación de la electricidad, o el agua que es tratada y transportada
por el Estado, o bien habrá que encontrar una fórmula mixta para que el
precio sea asequible a los usuarios y a su vez se garantice una
remuneración al creador. El problema es que mezclar al Estado con la
cultura es algo muy delicado. Porque puede tener la tentación de
favorecer a unos y perjudicar a otros.
- Pero el debate existe y está muy
presente como sucede con la ley de medios en Argentina. ¿Cree que en
América Latina estamos en proceso de resolver este debate?
- En ningún otro lugar del mundo se está
debatiendo este tema como en América Latina, donde además se está
haciendo con mucha pasión. La información era un monopolio del sector
privado que hacía lo que quería y además, como en el caso de la
televisión, abusando de un derecho que no es del sector privado, porque
el espectro radioeléctrico es propiedad del Estado, que lo subasta y
puede exigirle al empresario que se comprometa a una serie de objetivos,
como los culturales, y cuando el operador no los respeta, se le puede
retirar la licencia. Lo que sucedió en América Latina es que se manejó
durante mucho tiempo la información como un monopolio más del sector
privado. Por eso hablamos de “latifundios mediáticos”. La cuestión es
cómo reducir esa dominación, salvaguardando la pluralidad, porque la
sociedad se enriquece cuando existen varios puntos de vista.
Lo que está sucediendo es que en varios
países se ha creado un servicio público de la información, como existe en
todos los países europeos, y el mejor ejemplo es la BBC inglesa, que
tiene una estructura de control separada del Estado, como si fuera el
poder judicial. Que el cuarto poder se organice como un poder separado
del gobierno, con sus propias estructuras de control, para que esté al
servicio del público y no de un gobierno o del sector privado. Creo que
en América Latina el debate es tan duro, porque estamos en los primeros
pasos, saliendo de casi un siglo de inmovilidad, y cuando algo empieza a
moverse los afectados se colocan en una situación beligerante, sobre
todo porque también están siendo afectados por los cambios tecnológicos y
la revolución de Internet. Esa confluencia ha llevado a los dueños de
medios a una reacción muy intransigente.
- ¿Qué tipo de periodistas deberían
surgir en esta nueva realidad? ¿Cuál es ahora la función del periodista?
Los periodistas ya no somos los que iluminamos al lector o a una
audiencia pasiva, y además están surgiendo una multiplicidad de medios
independientes, creados y dirigidos por periodistas que en muchos países
juegan un papel muy importante.
- Es el momento de repensarnos. Hacer
buen periodismo siempre fue difícil y hoy lo sigue siendo. Tener acceso a
tecnologías que permiten hacer cosas impensables años atrás, el hecho
de que desde mi casa pueda hacer una televisión global, es muy
importante. Pero esta revolución de las tuberías no soluciona la
cuestión del contenido. El problema por lo tanto es el mismo de siempre.
El principal cambio es esa interactividad de la que hemos hablado. Se
puede hacer un nuevo periodismo del tipo Wikileaks, colocar en la web
los informes y que la gente lo interprete o haga lo que quiera con esa
información. Se puede hacer periodismo cívico, como el que hacen algunas
asociaciones en Estados Unidos, lo que se llama el periodismo sin ánimo
de lucro. Como la mayoría de las grandes empresas están en crisis, ya no
tienen recursos para financiar investigaciones serias, por tanto el
periodismo a escala mundial está perdiendo calidad y cualquier ciudadano
sabe que un periodismo de calidad es indispensable para tener una
democracia de calidad.
- Aquello de que un jefe de sección
separaba a dos o tres periodistas del trabajo cotidiano durante varias
semanas para que investiguen ya no sucede.
- No hay recursos para hacerlo, menos
aún para enviar un equipo a otra parte del mundo a elaborar informes.
Por eso el periodismo de investigación está desapareciendo, que es en
realidad el género noble. Eso está vinculado al deterioro de la
democracia actual. Porque la democracia sólo puede funcionar si surgen
las críticas y exigencias de la sociedad, que siempre han sido
trasmitidas y reflejadas por el cuarto poder. Cuando éste no cumple su
función, la cosa pública empieza a decaer.
Por eso algunas fundaciones han creado
el periodismo sin fines de lucro. Una fundación de Estados Unidos se ha
planteado funcionar como un comité de redacción, y le pide a los
periodistas que le propongan temas de investigación que en sus
periódicos no pueden proponer, porque no se los van a admitir. Cuando
llegan las propuestas, la fundación selecciona y financia las
investigaciones que considera más adecuadas, y luego las difunde a través
de los medios. Llevan sólo cuatro años y ya ganaron dos premios
Pulitzer. Quiero decir que la sociedad empieza a producir los elementos
que compensan las carencias del periodismo de mercado. Pero las leyes
del viejo periodismo, el contrastar la información, la rigurosidad,
siguen siendo válidas.
- La proliferación de medios de base, de medios comunitarios, como sucede en Argentina, ¿qué pueden aportar?
- He estado en encuentros de radios
comunitarias, de blogueros, de contrainformación, que tienen la gran
riqueza de que vienen del terreno, donde palpita la vida cotidiana. Son
mucho más interesantes cuando reflejan la vida que no ven otros, que
cuando editorializan. Esa riqueza extraordinaria puede pasar de lo local
a una escala más amplia, porque hay experiencias que aun siendo locales
tienen interés para todos, en todas partes.
- ¿El buen periodista no editorializa o lo hace a través de la voz de los otros?
- Creo que sólo debe editorializarse a
partir de hechos concretos, esa es la cualidad de un buen editorialista,
el establecer relaciones entre hechos que en principio no están
relacionados. La primera función del periodista es dar información. A
partir de allí hay que construir ciudadanía, difundir materiales que van
a permitir a los ciudadanos como sujetos ser más dignos.
- Pese a un cierto tono pesimista,
en algunos de sus últimos trabajos usted señala que el periodismo del
futuro es aquel que ayude a la gente a comprender lo que sucede. La
mente piensa con ideas, no con información….
- Hay varios estilos periodísticos. Creo
que el reportaje es insustituible y hay excelentes reporteros con la
calidad de escritura que ese estilo requiere, además está la
investigación, el análisis económico y geopolítico, pero en el fondo se
trata de ayudar a entender una realidad cambiante. Tejido y texto tienen
la misma raíz epistemológica, un texto es un tejido. Los periodistas
tienen que tejer textos para proponer una visión que permita a cada
ciudadano situarse dentro de un contexto y saber cuál es su función en
el relato colectivo.
- Usted asegura que ese tipo de medios están siendo exitosos.
- Es el caso del periódico alemán Die Zeit,
muy denso, con mucha letra, con textos difíciles, y sin embargo es el
gran éxito de la prensa europea de los últimos años. Ha seguido un poco
el camino de Le Monde Diplomatique, porque es necesario
recordar que vivimos en las sociedades más educadas de la historia,
nunca hubo tantos estudiantes, tantos universitarios, y sin embargo la
información se ha degradado y envilecido, con una enorme confusión entre
información y distracción. Eso no puede satisfacer a gentes inquietas
que se han educado y tienen una exigencia hacia ellas mismas que las
lleva a buscar información de calidad.
- El diario mexicano La Jornada
también ha crecido por esos mismos motivos. La comprensión del caos
actual motiva y potencia a mucha gente.
- El hilo de Ariadna para salir del caos
actual lo vamos a encontrar entre todos, y en ese camino el periodismo
como el que mencionamos va a jugar un papel relevante.
- Y es un contramodelo, frente a aquellos medios que colocan la información en los espacios libres que deja la publicidad.
- Es muy triste comprobar que muchos
medios dependen de la publicidad, lo que falsea la información que se
brinda. Un periodismo de calidad debe contemplar la autonomía financiera, y para eso hay que asociar a los lectores al medio.
- Estamos ante un desafío
generacional muy fuerte. En el mundo de Internet aparecen creadores de
12 y 13 años que son capaces de hacer programas innovadores. ¿Qué le
sugiere la irrupción de estas nuevas generaciones?
- Es una lección de humildad para los
viejos periodistas, esas generaciones son las que están transformando
las tecnologías y nos colocan ante el desafío de escribir pensando en
una generación que no conoció ciertas cosas, por lo que debemos escribir
pensando en ellos, aportando referencias que los involucren. No podemos
hacer un periodismo para entendidos, porque ahora todos pueden ser
periodistas y eso nos coloca en un lugar nuevo. Antes las observaciones sólo venían de arriba, y ahora cualquier lector interviene y te
cuestiona.
Publicado originalmente en el periódico argentino MU, de la cooperativa de comunicación La Vaca
Publicado en Desinformémonos con autorización del autor y de La Vaca, el 14 de enero de 2013
Artículo publicado en Desinformémonos: http://desinformemonos.org
URL del artículo: http://desinformemonos.org/2013/01/los-nuevos-retos-del-periodismo-y-la-comunicacion-una-entrevista-de-raul-zibechi-a-ignacio-ramonet/
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