domingo, 30 de junho de 2013

Judíos argentinos en Canadá

Carolina Fridman: “En Winnipeg siempre hay una puerta donde golpear”




Por Guillermo Lips

Carolina Fridman y su esposo Juan Lempert llegaron a Winnipeg en 1998, mucho antes de la crisis del 2001 y cuando había radicadas sólo 10 familias argentinas judías. “Siempre hay una puerta donde golpear, así que si querés el cambio no hay que tenerle miedo”, dice esta abogada convencida del progreso que significó, para ella y su familia, la migración a esta atractiva ciudad canadiense.
“Fue difícil pero no imposible”, afirma recordando el proceso de integración al nuevo país, sólo con algunas costumbres parecidas pero con otro idioma y pautas culturales.
“Nos costó el inglés, el clima y la ciudad es pequeña para quien quiere una gran urbe como Buenos Aires”, agrega.
“Juan llegó con un año de estudio de inglés. Los primeros meses le costaba mucho entender cuando le hablaban. Después de 2 años de trabajar como vendedor, decidió volver a estudiar. En su caso particular, para crecer tenía que buscarle otra vuelta y estudió para Analista de Sistemas en Canadá”.
Carolina, por su parte, era abogada y sabia que la única forma de trabajar como tal, en Canadá, era revalidando su titulo, un proceso que nada fácil. Así empezó a trabajar en un estudio jurídico como consultora, y luego de varios años de afianzarse con el idioma y adquirir experiencia legal, decidió volver a estudiar. Ahora se desempeña como una abogada canadiense.
Hoy, Juan y Carolina coinciden en que el esfuerzo valió la pena. “Argentina es muy lindo país, pero a esta altura sólo vamos a visitar a la familia”, dice esta madre de tres hijos ya acostumbrada a una vida en la que destaca que “no hay nada que no pueda hacerse si se le pone garra”.
La comunidad judía local tiene mucho que ver en esta alternativa de progreso porque, interesados en recibir nuevos integrantes, hacen las cosas más fáciles.
Una comunidad, cualquiera sea, no es otra cosa que la suma del espíritu de sus integrantes. Y la Federación Judía de Winnipeg es muy solidaria.
“Nosotros vinimos directo, no hicimos el viaje exploratorio porque ya conocíamos Canadá, pero sí estábamos en contacto continuo con argentinos que ya habían emigrado a Winnipeg. Cuando llegamos, integrantes de la Comunidad nos estaban esperando en el aeropuerto y nos ayudaron plenamente con todos los primeros pasos que tuvimos que dar”, ratifica Carolina.
“La comunidad es muy solidaria, todo el mundo te va a tratar de ayudar”, reafirma.
Y agrega: “Si bien no te prometen trabajo, te abren sus agendas, te dan soporte emocional, te conectan. Y si venís con hijos, te ayudan con la escolaridad y se te va abriendo un marco social”.
Respecto al estilo de vida, destaca que donde mayores diferencias hay es en el tema del clima, porque hay que acostumbrarse a drásticas temperaturas invernales.
“La vida en Winnipeg no se detiene por el frio, al contrario, todo sigue. Vas a trabajar, los chicos van al colegio y hacen sus actividades extracurriculares. Los fines de semanas, te encontrás con amigos, salís a cenar, al cine, al teatro. Si te encontrás con amigos canadienses, la única diferencia son los horarios, ellos tienen la costumbre de cenar más temprano y terminar la noche más temprano, esto no pasa entre los argentinos, que seguimos con nuestra costumbre de cenar tarde y salir hasta más tarde”, afirma.
Para ella y su familia también mejoró la calidad de vida. “No quiere decir que vas a tirarte en el sillón a ver la tele todo el tiempo, sino que lo vivís en la estabilidad económica, los proyectos familiares, a los bienes que se puede acceder, los viajes, las casa donde podés vivir y los horarios de trabajo”.
Como consejo, Carolina sugiere -para todos aquellos que estén interesados en reproducir este proyecto de vida- que “hay que llegar con paciencia y algo de dinero para mantenerse los primeros meses.
En general a los argentinos no les cuesta conseguir trabajo, porque en su mayoría vienen con idioma y educación que pueden transferir a las oportunidades de empleo que se les presentan.
Y, finalmente, destaca algo que ella y su familia valoran enormemente: “Podés olvidarte la puerta sin llave y la casa sigue entera. Y a este tipo de cosas no tenés con qué darle”, concluye.
Nuevos horizontes en Winnipeg
Jewish federation Judíos argentinos en Canadá
La Federación Judía de Winnipeg (Canadá) desarrolla e implementa estrategias que promueven el crecimiento y la renovación comunitaria a través la facilitación de radicación de nuevas familias.
La comunidad judía de Winnipeg está constituida por unas 17.000 personas con su propio sistema escolar, red de sinagogas y múltiples organizaciones intermedias que buscan satisfacer las necesidades de sus integrantes.
Como gran parte de las comunidades judías de Norte América, la de Winnipeg fue creada por inmigrantes, fundamentalmente, de Europa del Este, pero en los últimos años sus nuevos miembros provienen de América Latina.
De hecho, desde el 2001, más de 1.600 familias han realizado un proceso de absorción exitoso en beneficio de su progreso y para enriquecer a las organizaciones judías locales.
Los profesionales de la Federación Judía de Winnipeg pueden asesorarlo sobre el proceso inmigratorio a Canadá y proveerle información sobre la Comunidad local y la ciudad de Winnipeg y sus múltiples ventajas y oportunidades.
Entre la asistencia que las familias interesadas, en el período de pré inmigración, reciben información acerca del Manitoba Nominee Program y otros programas de inmigración, asesoramiento de las calificaciones para poder aplicar, información sobre los formularios y aplicación online, organización de la visita exploratoria y conexiones con contactos sociales y laborales, colegios, el Departamento de Reasentamiento e instrucciones a lo largo del proceso, hasta recibir la visa de residente.
Luego, al momento de inmigrar, el Departamento de Reasentamiento acompaña en temas como la búsqueda de vivienda, trámites y referencias a programas que ayudan a la inserción laboral, entre otros temas.
Winnipeg es una ciudad de tamaño mediano, localizada en la provincia de Manitoba en el medio de Canadá. Con una población cercana a las 700.000 personas, la capital se enorgullece a sí misma por su estabilidad económica, razonable costo de vida, vibrante vida cultural y su diversidad étnica.
La comunidad judía de la ciudad, actualmente de 17.000 personas, ha prosperado en Winnipeg por más de cien años, y desde el 2001 se ha enriquecido con el aporte de cientos de hermanos llegados de lugares tan distantes como Argentina, México, Bolivia, Uruguay, Brasil, Israel, Rusia, Ucrania, Moldavia, Sudáfrica, Alemania y los Estados Unidos.
La Federación ofrece a las familias interesadas, y potencialmente elegibles, una carta de referencia y apoyo requerida para tener la posibilidad de aplicar a la residencia canadiense a través del  Manitoba Nominee Program a través de las Iniciativas Estratégicas.
Los requerimientos básicos para que los jefes de familia puedan aplicar al programa son:
  • Tener entre 21 y 49 años.
  • Haber finalizado estudios universitarios o terciarios, y haber obtenido la diplomatura.
  • Dos años de experiencia laboral full time.
  • Conocimientos de inglés equiparables a un nivel 5 en el International English Language Testing System (IELTS) http://www.ielts.org.ar/
Si usted y su familia están evaluando nuevos horizontes donde vivir, pueden comunicarse con:

[Fuente: www.diariojudio.com]

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