Autor de numerosos libros sobre Israel y Palestina y profesor en la Universidad de Exeter, Reino Unido: “Europa debe imponer sanciones a Israel ya. Si quiere tener un papel en la historia, debe actuar”
El historiador israelí Ilan Pappé
Por Olga Rodríguez
Ilan Pappé es desde hace años una
referencia internacional en el estudio de la historia del colonialismo israelí.
Su libro “La limpieza étnica de Palestina”, publicado en 2006, originó un gran
revuelo en su país. En él identifica las operaciones de expulsión y de limpieza
étnica contra la población palestina impulsadas por las bandas armadas
sionistas en años anteriores a 1948, año de la proclamación de independencia
del Estado israelí. 
Partidario de un Estado único para palestinos y judíos como “única vía democrática y de igualdad”, defiende desde hace años la campaña de boicot, desinversión y sanciones como modo de presión a Israel frente a la ocupación ilegal y el apartheid. “Europa tiene que imponer sanciones a Israel ya”, señala.
En 2007 abandonó su país y se instaló en
Reino Unido -donde es profesor universitario- después de que el rector de la
Universidad de Haifa, en la que daba clases, pidiera su dimisión por sus
posiciones críticas. Pappé dijo entonces que le resultaba cada vez más difícil
vivir en su país. 
Acaba de publicar en inglés un nuevo
libro, en el que expone el poder “de los lobbies sionistas a un lado y
otro del Atlántico”. elDiario.es lo entrevista en la Casa Árabe de Madrid. 
En plena campaña militar contra Gaza,
Israel sigue contando con el apoyo de Estados Unidos y otros aliados. ¿Qué
supone esto, no solo para Palestina, sino también para las dinámicas del orden
mundial? 
Estamos ante una crisis de confianza en la
ley internacional. Si un genocidio -que podemos ver en nuestros propios teléfonos,
casi a diario- no causa ningún cambio drástico en las políticas de los
gobiernos, significa que lo que pensábamos que eran derechos civiles humanos
sagrados, solo lo son cuando un país no occidental los viola. 
Esta es la importancia internacional de lo
que está pasando en Gaza, que muestra la hipocresía y el doble rasero de la
comunidad internacional, especialmente la occidental. 
Es muy fácil comparar la reacción
occidental ante Ucrania y Palestina para ver claramente cómo los palestinos son
deshumanizados por los medios y el sistema político occidental. Todo el Sur
Global está observando, y comprueba lo que ya se sospechaba. 
El mundo tiene
que entender que esto no va solo de los palestinos, está en juego el futuro de
todos
Ante ese doble rasero, que debilita más la
ley internacional y modifica las dinámicas de relaciones globales, ¿qué se
puede hacer? 
Qué hacer es una buena pregunta. El mundo
tiene que entender que esto no va solo de los palestinos, está en juego el
futuro de todos nosotros. El genocidio en Palestina, la crisis climática,
la pobreza o el racismo proceden de las mismas causas, forman parte de un modo
de hacer política. 
Es preciso que se conecten las luchas que
tenemos en nuestros propios países con las luchas en Palestina, porque están
relacionadas, están vinculadas. Esa es una de las razones por la que tanta
gente está activa con esta cuestión, por la que en Londres hubo un millón
de manifestantes por Palestina. Hay mucha gente que nunca antes había
participado en este tipo de protestas, y eso ocurre porque detectan esta
conexión. 
Hoy en día la forma en que se ejerce la
política, en líneas generales, trata a la gente como una mera base electoral,
no como un grupo con problemas que deben ser resueltos. Es necesario cambiar
esa esencia, y eso incluye modificar las políticas de nuestros gobiernos ante
Palestina y ante otros temas que atraviesan nuestro presente. 
Usted siempre ha defendido para la
cuestión palestina en Israel la solución de un solo Estado democrático y con
igualdad para todas las personas. ¿Cree que esto es aún posible? 
Hoy en día nada es posible. En el próximo
año, o en los próximos dos años, será muy difícil ver cualquier fuerza por el
bien cambiando la terrible realidad que estamos viviendo. A largo plazo, sí. No
solo es posible, sino que creo que es la única solución. 
A día de hoy ya tenemos un Estado único,
se llama Israel y controla toda la Palestina histórica. No hay ni un metro
cuadrado de Palestina que no esté bajo dominio de Israel, que es un Estado de
apartheid que comete genocidio y limpieza étnica. La única alternativa a
esto es un Estado democrático para todos, liberado y descolonizado, que permita
a los refugiados regresar. 
No estamos ante un conflicto convencional
entre dos Estados, sino ante un proyecto colonial más parecido a la Sudáfrica
del apartheid que a otra cosa. Sé que es difícil para mucha gente en Europa
entender que en el siglo XXI el colonialismo sigue operando, pero es así. 
La islamofobia
de partidos de la derecha, de fascistas y populistas es clave para su apoyo a
Israel
El uso de las palabras es importante. 
Absolutamente. 
¿Cómo percibe que se usan las palabras en
los medios de comunicación europeos ante la cuestión palestina? 
Los medios mainstream usan un
lenguaje que no cuenta a la gente lo qué está pasando. Si hablan de “la guerra
de Gaza”, no están diciéndole a la ciudadanía que hay un genocidio en curso. Si
llaman a las acciones israelíes en Cisjordania “operaciones de autodefensa”, no
cuentan que esas acciones son operaciones de limpieza étnica, que constituyen
un crimen de guerra o de lesa humanidad. 
Si se denomina a Israel “la única
democracia de Oriente Medio”, no se está permitiendo a la gente preguntarse si
un Estado que somete a millones de personas a la ocupación y niega plenos
derechos a sus ciudadanos árabes es realmente una democracia. Un Estado que
hace eso no es democrático. 
Y el lenguaje ayuda a encubrir esa
realidad. Cuanto más ajustadas a la realidad sean las palabras, más capacidad
tendrá la gente de presionar a sus gobiernos para actuar contra Israel y
detener el genocidio. 
La única
solución es un Estado democrático para todos, liberado y descolonizado, que
permita regresar a los refugiados
¿Cómo explicaría a un europeo en qué
consisten la mayoría de las grandes protestas contra Netanyahu que vemos en las
calles de Israel? 
La mayoría de las protestas contra
Netanyahu son en clave interna, no piden el fin de la ocupación y del
genocidio. Son manifestantes que quieren mantener el Estado de apartheid
israelí, pero hacerlo más liberal y democrático para los judíos de ese Estado. Creo
que es difícil de entender aquí en Europa, pero es así. 
Hay dos temas que preocupan a esa mayoría
de manifestantes. Uno, los rehenes, por supuesto. Se han dado cuenta de lo que
algunos advertíamos desde hace tiempo: que el Gobierno israelí no tiene ningún
interés en la puesta en libertad de los secuestrados. Así están operando. Otro,
Netanyahu, por razones buenas y lógicas. Pero los líderes que sí les gustan no
van a cambiar la política israelí en los territorios palestinos o en Líbano. 
Es decir, salvo protestas minoritarias,
son manifestaciones en el contexto de un conflicto interno dentro de la
ideología sionista. Por tanto, el problema de fondo no está siendo expuesto,
que es que hoy en día el sionismo es un obstáculo para la libertad y la paz
real para todos. 
El sionismo hoy
en día es un obstáculo para la paz y la libertad de todos
¿Y cuál es ese conflicto dentro del
sionismo? 
Se da entre los judíos seculares y los
religiosos. Los más religiosos no solo quieren derrotar a los palestinos.
Quieren crear un Estado judío según la ley judía. Es decir, una teocracia. Los
judíos seculares quieren mantener el Estado judío como un Estado liberal y
democrático para los judíos. Pero liberal, secular y occidentalizado. 
Ninguno de esos dos modelos funciona. Ese
es el problema principal del sionismo desde el principio. Y no tiene nada que
ver con los palestinos. El gran problema del sionismo es que es una solución
europea para un problema europeo a costa de los palestinos. 
En su nuevo libro - “Lobbying for Zionism
on Both Sides of the Atlantic” - habla del papel de los grupos proisraelíes en
el mundo, entre los cuales hay también grupos de poder no judíos, ¿cuál es su
papel? 
En Europa, hay grupos de este tipo en la
derecha, incluso en la izquierda. En las elecciones estadounidenses
también hemos visto algunos grupos de presión proisraelíes con un papel
muy activo. El lobby proisraelí es el más grande y antiguo, tiene 100 años
y acumula mucho poder a través de una coalición internacional, yo la llamo el
Israel Global. 
Hay una fuerte coalición proisraelí en el
mundo que conecta el mesianismo -evangélico, cristiano o judío- con magnates
financieros y el complejo industrial militar, conservadores y neoconservadores,
partidos de la derecha, fascistas, y populistas, estos últimos unidos con
Israel por su islamofobia. 
Habrá que ver qué pasará, porque ahora no
es una buena idea invertir en Israel, está pasando por una crisis económica muy
profunda y esto puede tener consecuencias. 
El genocidio en
Palestina, la crisis climática, la pobreza o el racismo comparten causas: una
misma forma de hacer política
En su libro relata cómo operan estos
grupos de presión.
El lobby proisraelí es muy poderoso y usa
los métodos de una mafia. Por eso es poderoso. Puede arruinar una carrera
política, periodística o artística si piensan que estás poniendo en peligro la
imagen del Estado de Israel o la del propio lobby.  
En estos meses se están produciendo
acusaciones de antisemitismo contra sectores que defienden los derechos
palestinos, incluidas voces judías. 
La instrumentalización del antisemitismo
para silenciar críticas contra Israel es una herramienta muy poderosa, porque
nadie quiere ser acusado de ser antisemita o de ser un judío que se odia a sí
mismo, que es de lo que acusan a los judíos críticos con Israel. 
Funciona para intimidar a la gente, para
que se lo piensen dos veces antes de criticar las acciones israelíes. Pero a
largo plazo no funciona. Primero, porque esta acusación tergiversada, así
usada, provoca el aumento del antisemitismo. Y, lo más importante, porque esta
estrategia presenta el antisemitismo como algo muy diferente y mucho peor que
cualquier otro racismo. Esto es apoyado en Europa principalmente por Alemania. 
Esa tesis no va a funcionar. Las personas
que son víctimas de racismo y discriminación saben que lo son por su color, por
su identidad, por su género, etc. No aceptarán la tesis de que una forma de
racismo es peor que otra. Todas son graves. Por eso no es sostenible en el
tiempo. Porque mucha gente que está contra el colonialismo y contra el racismo
no aceptará ser acusada de racista. 
Israel practica
apartheid, genocidio y limpieza étnica, ha ido dando pasos hacia mayor
fanatismo y racismo
La relatora de Naciones Unidas para la
libertad de expresión, Irene Khan, ha advertido de que “la crisis de Gaza es ya
es una crisis para la libertad de expresión y protesta”, con capítulos serios
de represión o cancelación contra manifestaciones en favor de los derechos
palestinos.
Esto recuerda lo ocurrido tras los
atentados del 11-S en 2001, cuando todo tipo de agencias usaron esos ataques
contra las Torres Gemelas de Nueva York para justificar recortes en las
libertades de los ciudadanos, bajo la excusa de la guerra contra el terror.
Algo similar pasa ahora. Israel demanda que se señale como apoyo al terrorismo
cualquier crítica contra el Estado israelí, y esto es una buena excusa para
servicios secretos, policía, políticos, que lo emplean contra la libertad de
expresión. 
Vuelvo a la pregunta que me formulaste al
principio: ¿Qué podemos hacer? Si luchamos por nuestro derecho a hablar
libremente sobre Palestina, estamos luchando por nuestro derecho a hablar
libremente sobre otras cosas también. Las dos cuestiones no deberían ser
separadas, porque están interconectadas. El mundo tiene que entender que esto
no va solo sobre los palestinos. 
Estamos ante muchos gobiernos que tienen
miedo a la libertad de expresión, porque no les facilita las cosas, porque no
les gustan las demandas legítimas de la gente. Así que están usando este
contexto para girar hacia cierto autoritarismo. 
Usted nació, creció y vivió en Israel
hasta 2007 ¿Qué cambios fue percibiendo a lo largo de las décadas y cómo vive y
siente la situación actual como israelí? 
Israel ha ido dando pasos hacia un mayor
fanatismo y racismo, también con tintes hacia una especie de teocracia, que es
lo que persigue el sionismo más religioso. Ese es el cambio principal que he
visto en los últimos 50 o 60 años. Pero también entiendo, como historiador, que
el problema no es cómo se convirtió en un país más racista, porque hay algo
malo en la propia idea de imponer un Estado judío en Palestina, contra la
voluntad de los palestinos, contra la voluntad del mundo árabe. 
Lo que ha cambiado es que los israelíes ya
no aparentan democracia y universalismo. Ahora es más evidente que, si se apoya
el sionismo en Israel, no se está apoyando la democracia. La idea de “sí, somos
colonizadores, pero también somos socialistas o demócratas” se cae por su
propio peso. Ocupar ilegalmente, aplicar apartheid, negar derechos e igualdad
en función de la religión o la etnia no es demócrata ni socialista. 
Yo pienso en mis propios hijos, no en mí.
Siempre digo que es valiente luchar por un Israel diferente en Palestina, pero
si no quieres luchar por ello, deberías irte. Yo pretendo volver cada vez más,
porque creo que debemos luchar por un Estado democrático para todos. 
Israel quiere
expulsar a más gente del norte de Gaza al sur, trasladar población israelí
allí, anexionarse el norte e incluso más
¿Qué futuro ve en Gaza? 
Depende de lo que el mundo
haga. Israel sabe lo que quiere hacer: quiere expulsar a más gente del
norte de Gaza al sur, trasladar población israelí a la Franja, anexionarse el
norte e incluso el resto. Esperan que sea tan imparable que muchos palestinos
huyan a Egipto, como algunos ya han hecho. Ese es el plan israelí. 
No están pensando en la reconstrucción.
Pero no creo que logren su objetivo, porque Hamás seguirá existiendo y luchando
contra ellos. Ahora bien, depende también de lo que el mundo entero haga. ¿Se
permitirá que esto siga así? ¿Seguirá facilitándose esta política criminal que
implica un genocidio en sí misma? 
A corto plazo no habrá cambio. Pero en el
largo plazo sí pueden darse procesos que puedan beneficiar a Palestina. 
¿Qué papel está teniendo Europa, qué puede
hacer que no está haciendo? 
Debe imponer sanciones a Israel ya, mañana
mismo. Así de claro. Si quiere tener un papel en la historia, debe actuar. 
[Fuente: www.eldiario.es]

 
 
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