Los libros de Sebreli (1930-2024) son educativos, perspicaces y apasionantes: brillantemente implacables con las ideas que ataca y extraordinariamente generosos con los lectores.
Escrito por Daniel Gascón
Ha muerto a los 93 años el ensayista argentino Juan José Sebreli.
Sociólogo, estudioso de la vida cotidiana, sabio inverosímil y polemista
infatigable, alcanzó notoriedad con Buenos Aires, vida cotidiana y alienación.
Fue el introductor de Alexandre Kojève en Argentina, tradujo a Simone
de Beauvoir y György Lukacs, y formó parte del Frente de Liberación
Homosexual. En sus obras mezclaba la historia, la literatura, el estudio
de lo cotidiano, la filosofía y la sociología. Escribió obras de
referencia como Tercer mundo, mito burgués, Los deseos imaginarios del peronismo, Las aventuras de la vanguardia, así como las memorias El tiempo de una vida. El primer libro suyo que leí es El asedio a la modernidad,
por recomendación de Félix Romeo. Me impresionó; después leí la edición
ampliada en Debate, con la misma admiración o más. En esa apabullante
crítica del relativismo cultural desmontaba las premisas del populismo,
del nacionalismo, del indigenismo y del tercermundismo. Señalaba que
muchas veces defendemos lo exótico, sin pensar en que aquellos a quienes
condenamos a la “vida auténtica” no pueden elegir, mientras que
nosotros sí: lo exótico para nosotros puede ser una trampa de miseria
para los demás. Sobrevalorar la identidad cultural de los pueblos
llevaba a defender supersticiones y prejuicios, y a aceptar hábitos que
son estupideces o crímenes. Si ese libro trazaba la genealogía y las
contradicciones del relativismo en las ciencias sociales, El olvido de la razón
(Debate) estudiaba la corriente irracionalista en la filosofía
contemporánea. Allí escribía: “El pensamiento racional y crítico está
hoy acorralado entre dos fuegos: contra los fundamentalistas debe
reivindicar la libertad de expresión, el diálogo democrático, la
pluralidad. A la vez, contra el relativismo debe admitir que no todas
las opciones tienen idéntica validez; que hay algunos valores, como la
libertad y la igualdad, por encima de otros”. Sebreli adoptaba posiciones impopulares, siempre bien argumentadas, con claridad,
erudición y capacidad de persuasión. Criticó el peronismo y la Iglesia,
atacó en Comediantes y mártires mitos nacionales como Eva Perón
o Maradona. Reivindicaba la Ilustración, Hegel y el primer Marx. Tuvo
cambios ideológicos. Criticaba la derecha y la izquierda; se reivindicó
como “un marxista proscrito, un militante sin partido, un socialista
solitario”; también, como liberal de izquierda. Fue un gran detector y
enemigo de la estupidez. Sus libros son educativos, perspicaces y
apasionantes: brillantemente implacables con las ideas que ataca y
extraordinariamente generosos con los lectores.
[Fuente: www.elperiodicodearagon.com]
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