Por Graciela Melgarejo
En un simple viaje en ómnibus, se puede descubrir cuán rápidamente avanza el mundo. ¿Cómo? Dedicándonos a la lectura de ciertos artículos; por ejemplo, éste de La Nación online: "Pequeños o con forma de peluches, los robots también pueden ser acompañantes terapéuticos" (http://bit.ly/1qVik7a), en el que se nos informa que una máquina con forma de bebe foca se utiliza como terapia para los enfermos de Alzheimer o con demencia senil. También, que se utiliza a los robots para entender cómo funciona la mente y que "se está trabajando en la construcción de una memoria autobiográfica y en el estudio de cómo aprendemos una lengua".
Cómo aprendemos una lengua es un tema que siempre desvela a lingüistas y antropólogos, y ahora también a neurocientíficos. Hay y habrá muchas teorías y explicaciones. Aquí, simplemente podemos observar cómo algunas palabras, por lo menos en el español nuestro de cada día, viajan y se quedan en otro lugar como en su casa. En un muy buen artículo sobre Lionel Messi, "El cartero Messi" (http://bit.ly/1E01XAC) en El País de España del 30/9, se comenta: "El pibe se ha vuelto un cartero y se lo ve feliz en su nuevo papel". La hermosa palabra pibe (http://bit.ly/1mQpiPD), tan popularizada por las anécdotas sobre Carlos Gardel, ha sido adoptada por los españoles, lo mismo que otro argentinismo, cuyo significado no es tan feliz: motochorro.
En una comunicación del 23/9, Fundéu advierte que "el sustantivo motochorro, ampliamente extendido en el área lingüística del Río de la Plata, es un neologismo válido para referirse a la 'persona que roba y huye en motocicleta'.
"El Diccionario de americanismos recoge el sustantivo chorro como 'ladrón, estafador' y tanto esta obra como el Diccionario académico definen la locución a chorro como 'dicho de un ladrón: Que arrebata a la carrera algún bien a alguien'. Se trata, pues, de un término ya asentado, a partir del cual puede formarse el compuesto motochorro, por analogía con motocross". Además de advertir que debe escribirse como cualquier otra palabra del idioma, Fundéu concluye: "Asimismo, por tratarse de un término que viene a cubrir un vacío léxico, se aconseja tenerlo en consideración no solo en la citada área lingüística, sino en todo el ámbito hispanohablante".
SERVIDORES DE DIOS
El profesor y periodista Jorge Rouillon agrega luz al significado de la expresión "siervo de Dios", tema de una columna anterior. Escribe Rouillon: "Cuando se inicia un proceso de beatificación, se llama así a quien se le inicia ese proceso. Si se inicia, es porque se considera que hay elementos suficientes para hacerlo; ya es un reconocimiento que se lo llame siervo de Dios.
"Luego se estudian antecedentes, escritos, testimonios de personas, su vida, etc. Y si tras ese estudio se considera que ha vivido la fe con «virtudes heroicas» se lo pasa a llamar venerable. Éste es un pronunciamiento oficial de los organismos competentes de la Santa Sede. Para la beatificación hace falta luego comprobar un milagro atribuido a su intercesión. Con la beatificación puede dársele al beato un culto limitado, en la diócesis donde vivió, en la institución que fundó, etc.".
[Fuente: www.lanacion.com.ar]
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