"Cuando llegué a este país sentí la emoción de escuchar en la calle la lengua que había aprendido en casa"
J. M. S. Tres libros en español y dos documentales sobre la cuestión sefardí muestran el interés de Margalit Matitiahu por sus raíces en España. Está "ilusionada" con la oportunidad de conseguir la doble nacionalidad que hace veinte años le fue imposible obtener.
-"Historia, lengua y creación en judeo español", ¿qué quiere comunicar con su ponencia de hoy?
-Hablaré de la historia de los judíos expulsados en 1492 que emigraron a Salónica. Fueron 30.000 hebreos entre rabinos, médicos o docentes que formaron una comunidad judía española. La presencia hebrea en Salónica se remonta al siglo IX, pero la llegada de los emigrantes creó una civilización que influyó en los Balcanes. En 1515 impulsaron la primera imprenta para fabricar libros de religión, literatura o leyes. Los siglos posteriores se celebraban encuentros poéticos en judeo español, mientras que el hebreo se dejaba para los libros de religión. Ya en 1860 se publicó un periódico de literatura y actualidad. A principios del siglo XX, se publicaban más de tres mil libros al año en esta lengua. Como anécdota, cuando tenía solo nueve años, leí El Conde de Montecristo en judeo español con letras hebreas.
-Imagino que estas publicaciones fueron clave para mantener vivo el judeo español...
-Claro, porque la vida en Salónica se desarrollaba en judeo español. A finales del siglo XIX, sus habitantes eran 120.000, 70.000 de ellos judíos.
-¿Cómo ha sido la evolución? ¿Hay personas hoy que hablen español en Salónica?
-En 1492 se produjo de la expulsión de judíos que llegaron a Salónica. En 1942, la ciudad fue destruida, sus gentes acabaron en Auschwitz y la comunidad sefardí se terminó. Te puedes imaginar todo lo que se perdió con aquello.
-Es decir, que Auschwitz acabó con el judeo español en Salónica...
-Así es. Mi madre dejó Salónica en 1930 cuando solo tenía 19 años para emigrar a Israel. Desde allí le pidió al que después sería mi padre que la acompañara para casarse y accedió. Así fue como mis padres se salvaron del Holocausto y continuaron cultivando la cultura judeo española en nuestra casa.
-¿Le parece positivo que se otorgue la doble nacionalidad a los sefardíes?
-Me parece muy bien. Llevo en contacto con España desde hace veinte años. Quise obtener entonces la nacionalidad, pero me dijeron que debía pasar dos años viviendo y me fue imposible. Ahora me parece una idea que da una satisfacción a quienes se sienten con raíces españolas. Sin embargo, desconozco los criterios que seguirán para otorgar la nacionalidad.
-¿Qué criterios le parecerían adecuados?
-El apellido de la familia de mi madre es León y el de la parte paterna es Gaitán y Dueñas. Sé que son españoles. Yo creo que deberían contar los apellidos y la lengua que se habla en casa. En la mía, siempre fue el judeo español.
-¿Y el interés?
-Claro, el interés. Me siento muy conectada con este país. Cuando llegué a España oí por primera vez esta "lingua" (así la llamábamos) que solo había practicado en casa. Solo tuve la tristeza de no poder decir a mi madre la emoción que sentí en España.
-¿A qué se dedica la Oficina de Escritores Israelíes?
-Es una institución importante que representa a escritores, músicos o poetas y también los ayudamos a editar sus trabajos.
[Foto: J. L. F. - fuente: www.laopiniondezamora.es]

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