Por Graciela Melgarejo
Las casualidades, ¿existen? ¿O, para decirlo a la
manera bella e inigualable de Jorge Luis Borges, "el azar o el destino,
ambos términos son sinónimos"? Quizá sea así y por algún designio
superior la columna de la semana pasada, dedicada a agradecer a los
correctores su tarea, la mayoría de las veces invisible, pero tan
necesaria, se publicó el mismo día en que se publicó la nota necrológica
"Nevio Nacinovich. Un cultor del idioma y la ética periodística" ( http://bit.ly/1iz7C7n ).
Para los que en el diario LA NACION tuvimos el placer
enorme de tratar a Nevio Nacinovich hace muchos años fue un día un poco
triste, aunque la suya fue una vida afortunadamente larga, como
corresponde a los que nunca dejan de ser maestros para quien lo
necesite. Sin proponérselo, la columna de Línea directa se publicó
oportunamente, en homenaje a una figura querida y celebrada, que sabía
corregir sin reprender, con infinita paciencia y humor también infinito,
probablemente la mejor manera de enseñar.
El tema de la columna de la semana pasada fue motivo
también de algunos agradecimientos. Los correctores se hicieron
presentes: en nombre de la Comisión de Comunicación y Difusión de la
Unión de Correctores (UniCo), su representante, Amelia Padilla Roig,
agradeció así en un mail: "Hemos sabido, vía Facebook y a través de una
socia de UniCo de Buenos Aires, M» Gabriela Ortiz, que en su artículo
«Agradecimiento a los aliados del texto» cita a UniCo y el 3CICTE.
Queremos hacerle llegar nuestro más sincero agradecimiento, pues son
pocas las ocasiones en las que la figura del corrector es tratada y
reconocida como una profesión".
Un día antes de fin de año, el 30/12, el lector Marcos
Bordón también envió su correo electrónico: "Soy Marcos Bordón,
estudiante avanzado del Profesorado de Lengua y Literatura del Instituto
«Juan N. Terrero» de la ciudad de La Plata. Hace apenas un año emprendí
el oficio de corrector, que disfruto enormemente. Mediante esta hermosa
tarea tengo la posibilidad de enseñar, pero sobre todo de aprender. He
realizado trabajos de corrección para editoriales independientes de la
ciudad y para algunos colegas que se presentan a concursos literarios.
Es mi idea poder ser un profesional del área, así que haberme enterado
de que incluso existen Congresos Internacionales fue una muy agradable
noticia".
Un periodista nunca debe perder de vista que la misión
más importante de su oficio es informar. Por eso, quien esto escribe
quiere pasarles a los lectores de Línea directa un buen dato: en
YouTube, http://bit.ly/1ev2KuS
, pueden encontrar a Amelia Padilla Roig explicando qué es UniCo,
cuándo y cómo se fundó, y muchas más cosas interesantísimas sobre el
extraordinario oficio del corrector.
Como los redactores y los lectores, también los
correctores dudan. Y mucho más los de un diario, cuando el cierre
apremia. A veces ni el contexto en que aparece una palabra ayuda a
decodificar su correcta escritura. Mientras tanto, a la espera de ser
corregidos, las páginas y los artículos se multiplican, como en esa
versión de "El aprendiz de brujo" de Paul Dukas, de la película Fantasía, en la que un desesperado Mickey Mouse trata de volver las cosas a su orden natural.
[Fuente: www.lanacion.com.ar]
Sem comentários:
Enviar um comentário