Pocas veces somos conscientes de la velocidad con que la tecnología ha ido modificando nuestros hábitos, rituales y, junto con estos, todo nuestro comportamiento.
El teléfono y sus distintas épocas y funciones es la materia sobre la que escribe el profesor Martín Kohan (Buenos Aires, 1967), en este variopinto ensayo, abarcador de muchas disciplinas al que denomina ¿Hola? Un réquiem para el teléfono.
Escrito por Gabriela Gomez
En una entrevista explica cómo fue relacionando los temas que luego desarrollará en el libro, como la lingüística, la literatura, la música, el teatro: “Fue tratar de detectar cuándo el teléfono cumplía una función determinada o de qué manera la aparición del teléfono en una canción, en un videoclip, en una película, en la literatura o en la cultura de masas revelaba algo sobre las características del teléfono y de eso que se pierde que me permitía pensarlo desde ahí. Ahí apareció enseguida, y me entusiasmó muchísimo, esta habilitación a trabajar con semejante diversidad de materiales porque una semana estaba con Emma Zunz y a la siguiente con Tangalanga”.
En este recorrido histórico cultural nos invita a realizar un análisis de la forma cómo nos plantamos frente al teléfono y a fijar la atención en ese ¿hola?, con signos de interrogación, que no saluda, sino que interroga, como “una especie de homenaje implícito ante el prodigio, nunca asimilado del todo, de poder hablar con otro aunque el otro no esté ahí”.
El concepto de teléfono ha variado muchísimo pero el nombre ha permanecido. Según Kohan se hace “para retener por lo menos el nombre”, porque un teléfono por estos tiempos también es cámara fotográfica, filma videos, es agenda, calculadora; y sin embargo se lo sigue llamando teléfono, en algunos casos “móvil” o “celular”.
De la misma manera, se vuelca hacia ejemplos tomados de la literatura y en este campo, se ocupa de la novela El castillo, de Kafka. Allí se repiten algunas estructuras propias de la literatura kafkiana donde algo se presenta pero inmediatamente será vedado: recurso frustrante, que marca toda la obra de Kafka. En este sentido, y volviendo a la novela, la intervención del teléfono como elemento de conexión entre la aldea y el castillo, aunque en un principio parece factible termina no prosperando.
En esta maraña de casos y recuerdos que afloran con la reconstrucción que va haciendo el libro aparecen por supuesto los verdaderos “verdugos” del teléfono: los teléfonos celulares y la posibilidad de no hablar con nadie. El hecho de poder dejar un mensaje grabado, nos permite no tener una comunicación instantánea con nuestro interlocutor o la posibilidad de dejar mensajes escritos que serán leídos más tarde.
Divertido y con mucha información en distintas áreas, el libro de Kohan nos abre una puerta a muchos mundos, con humor y conocimientos. A partir de entonces podemos recordar con más cariño aquellos aparatos grotescos de baquelita que esperaban sobre una carpeta de crochet a que sonara una campana y vinieran en su búsqueda.
¿Hola? Un réquiem para el teléfono. Martín Kohan. Ediciones Godot Argentina, 2022. 136 págs.
[Fuente: www.revistadossier.com.uy]
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