quarta-feira, 5 de outubro de 2016

¿Tenéis vergüenza?


¿Tenéis vergüenza?

Quizás sea una de las frases o ideas más compartidas, difundidas y oídas en lo que al objeto de la ilustración se refiere.

Esta ilustración del dibujante iraní Alireza Pakdel nos abofetea en la cara directamente, nos sacude el alma y nos proyecta una verdad incontestable; nos hemos convertido en los cronistas de nuestra propia vergüenza, no en la solución.

Nos molesta, nos ofende, nos indigna, nos escuece, claro que nos escuece.

¿Nos avergüenza?

“Hay niños ahogándose, ¡qué horror!” “¿hacía falta ser tan explícito?”. Estas son algunas de las reacciones más comunes.

Hay niños ahogándose, sí es cierto, pero que muy cierto. En los últimos años, podemos contar por miles los que se han ahogado en el Mediterráneo, y también por miles los que han desaparecido en tierra firme, en Europa, la Europa de las oportunidades.

¿Que si hacía falta ser tan explícito? La historia de lo que en el Mediterráneo ocurrió en pleno siglo XXI, no se escribirá en los libros con tinta, sino con vergüenza y sangre.

¿Tenéis vergüenza?

Esa es la frase que se lanza al aire, con un destino claro; la política y los políticos.

Apelamos a ellos, a su poder para cambiar las cosas, a su obligación, a su dedicación, a su honradez, a sus valores, a su sensibilidad, a su responsabilidad, a su ética, como si de un empírico caballo de Troya estuviésemos hablando, el cual blandiera justicia y equidad, rompiendo los muros de la injusticia que atenta contra las vidas y la libertad.

¿Prosaico, verdad?

¿Y nosotras? ¿Qué pasa con nosotras?

¿Qué pasa con las personas que lloramos viendo un dibujo y sin embargo, no entendemos que una parte de ese horror es culpa nuestra?

Uno solo vale uno, y eso nos da miedo, vértigo y en muchos casos, pereza, pero, ¿y dos? ¿y tres?

La manera de acabar con lo que no es justo no es paliar el efecto, sino acabar con la causa.

Está en nuestras manos que la humanidad pueda volver a escribirse con mayúsculas, sin dejar que nos tutelen nuestra capacidad de sentir, sin dejar que gobiernen en nuestra capacidad de decidir, sin dejar que nos vendan un miedo que no necesitamos temer, sin dejar que nos roben nuestro derecho a ser libres, sin que decidan por nosotras, quién vive y quién muere.

La humanidad no se compra, no nos la dejemos vender.


[Ilustración: Alireza Pakdel @alirezapakdel60 - fuente: unadikumrefugees.com]

Sem comentários:

Enviar um comentário