Escrito por Marisol Chevez Hidalgo
Muchos países alrededor del mundo son multiétnicos y pluriculturales, más allá de sus políticas de inmigración que incluso se oponen fuertemente al ingreso de extranjeros, sin asumir que entre sus habitantes existe una diversidad de razas, tradiciones y costumbres que reflejan la mezcla de varias culturas y etnias, las cuales por muchos siglos se han integrado lo quieran o no a la “identidad nacional” que los acoge en un momento dado.
Ya sea porque tuvieron que salir de sus lugares de origen, como refugiados a raíz de una guerra, en busca de nuevas y mejores oportunidades de empleo o porque formaron una nueva familia y aunque las causas pueden ser diferentes, todos albergan un sentimiento en común, el ser recibidos y acogidos como iguales en sus nuevos destinos.
Aunque esto no siempre es así y podemos escuchar miles de historias alrededor del mundo de inmigrantes que relatan no solo sus aventuras, sino también desventuras al encontrarse en una tierra extraña, sin embargo cada vez más, también escuchamos hablar de que ahora pertenecemos a la aldea global, donde todos estamos más que mezclados aunque se escuchen por allí algunos que todavía piensen que existe una raza pura o una identidad única.
Dejando de lado una serie de creencias, tradiciones y costumbres en donde todo es diferente pero a la vez igual y esto debido a que cuando hay un choque de culturas y en este mundo vaya que lo ha habido, quedan aunque sea los vestigios de una u otra civilización y el rescate por aquellos que son sus descendientes, a pesar del paso del tiempo y que se resisten a que les impongan una historia que les es completamente ajena.
O por el contrario, existen otros que no quieren recordar y menos revivir una serie de tradiciones que consideran obsoletas ya que con el fenómeno de la globalización y pos modernidad, lo verdaderamente autóctono se relativiza en una amalgama nueva de prácticas que son muchas veces procesos de la misma cultura reinventándose de nuevo.
Entonces, qué les queda a las generaciones que vendrán después de nosotros si no preservamos aunque sea un vestigio de lo que fueron sus antepasados, llámense estos indígenas, afrodescendientes, asiáticos, hindúes, judíos, no importa de dónde provengan porque el hecho de ser multiétnicos y pluriculturales nos debería entonces permitir, asumir que el mundo, no tiene una sola manifestación de identidad que nos acoja a todos, sino más bien, una múltiple representación de esta y por tanto debe preservarse de la mejor manera posible y esta sería respetando las diferencias, pero haciéndonos conscientes de que la idiosincrasia de una Nación se construye y reconstruye cada día, pero nunca destruyendo parte de una memoria colectiva que nos compete a cada uno.
Por ello, no confundamos el hecho de que ser multiétnicos y pluriculturales significa que te asimiles a otras culturas, perdiendo tu identidad propia, la cual es única e irrepetible, con lo cual debe ser respetada y preservada, entendiéndose esto como el hecho de que todos debemos apreciar con dignidad las tradiciones que identifican a los otros como diferentes pero también iguales, en esta aldea global que es el Mundo más allá de las fronteras impuestas de un país a otro.
[Fuente: www.diariojudio.com]
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