quinta-feira, 2 de outubro de 2025

«Las delicias del jardín», película de Fernando Colomo


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Fermín es un veterano pintor abstracto que, debido a sus años, está ya en el ocaso de su carrera, al que le han empezado a temblar las manos, lo que le dificulta para ejercer en lo que ha trabajado toda su vida. Está divorciado de Pepa, su esposa, una conocida galerista que siempre ha promocionado sus obras. Está al borde de la ruina, ya que ha recibido de Hacienda una gran multa de lo que ha dejado de pagar durante años.

Por este motivo tiene que mudarse a un garaje que su amigo Javier ha convertido en su estudio que comparte con él. El hijo de Fermín, Pablo, que ha vuelto de la India, guarda en el garaje su furgoneta, en la que ha dormido durante el viaje. Un día Pepa le aconseja que se presente a un concurso millonario sobre la pintura El jardín de las delicias, de El Bosco, y si lo gana podrá pagar a Hacienda, y Pablo le promete ayudarle, a pesar de tener ideas contrapuestas. Pablo defiende la pintura figurativa de Antonio López, Fermín pertenece a la pintura abstracta, y así padre e hijo podrán solucionar sus vidas.

Esta es la primera película que Fernando Colomo (79 años) protagoniza con su hijo Pablo, junto a veteranos actores españoles como Carmen Machi y Antonio Resines, entre otros. No es la primera vez que Fernando Colomo hace de actor en alguno de sus films, como en Isla bonita (2015). Pablo Colomo, que es pintor, debuta como actor y colabora en el guion con su padre, en el que tratan de que parezca que es una pura improvisación y sin embargo está muy trabajado. 

El director madrileño vuelve a tomar el camino autobiográfico con su particular sentido del humor, como ya lo hizo en La línea del cielo (1983) y en Isla bonita (2015), dos de sus obras favoritas.

A lo largo de esta cinta se permite opinar sobre la pintura contemporánea, satirizar sobre el mundo del arte, la política, el amor, el feminismo, los sentimientos, el mercadeo de la pintura, el absurdo de la vida y las relaciones entre padre e hijo, en esta comedia en la que se nota la ironía y el toque Colomo. Esta es la número 27 de su filmografía, en la que trata sobre la pintura, que fue su primera afición junto con la arquitectura, hasta que se pasó a la dirección cinematográfica.

El guion conjuga la parte autobiográfica con la ficción, mientras que José Luis Alcaine (86 años) experimenta con la fotografía rodando con varios teléfonos móviles, lo que permite la movilidad a los actores, que a veces improvisan los diálogos, sin necesidad de repetir tomas.

Siempre nos ha gustado el cine de Fernando Colomo, aunque en esta ocasión, no sé por qué, no me acaba de convencer, ya que no creo que sea el Colomo más lúcido, ni que sea su mejor película, sin su frescura habitual y sin más pretensión que la de entretener.  

 

 

[Fuente: www.criticalia.com] 

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